El actor británico Tom Felton comentó un poco sobre su experiencia en el filme Rise of the Planet of the Apes, aplaudiendo el uso de imágenes generadas por computadora (CGI), para darle vida al personaje principal del chimpacé Caesar (Andy Serkis), así como ocurrió con otros complicados ambientes del guion.
“Me enorgullece todo lo que avanzaron en ese aspecto. Sobre el CGI, es algo que me gustaría investigar más. Si lo pensás, hay muchas historias y guiones que hace veinte años hubieras leído pensando: ‘Es imposible recrear eso físicamente’. Ahora hay muchas opciones. Algunas cosas resultan alcanzables”, opinó el joven artista para Philstar.
Agregó que con esa increíble tecnología ya se puede desechar aquellos disfraces peludos, que fueron fundamentales para las primeras películas de la franquicia El Planeta de los Simios.
“Es una etapa diferente para el cine, y pienso que las innovaciones continuarán. Será interesante ver lo que pasará en unos cuantos años. Lo que se logró con esta producción, fue grandioso”, opinó quien hace más de una década también interpretó al siempre malicioso Draco Malfoy en la saga Harry Potter.
La película Rise of the Planet of the Apes, trató de la historia de Will Rodman (James Franco), un científico empleado en una gran corporación farmacéutica, que realiza investigaciones genéticas para desarrollar un virus benigno que restaura el tejido cerebral humano dañado.
Está comprometido a curar el Alzheimer, enfermedad que aflige a su padre Charles (John Lithgow). Antes de comenzar los ensayos en humanos, la compañía inicia pruebas en simios. Estas fallan cuando los animales demuestran agresividad.
Pronto Will encuentra a un chimpancé recién nacido, descendiente de un sujeto de pruebas prometedor. Lo nombra Caesar, interpretado por Serkis, papel que marcó su mayor actuación artística en CGI.
El tiempo pasa y Rodman ve que las habilidades del simio crecen rápidamente, así como los síntomas de su padre se reducen. El problema es que el científico cree que Caesar se vuelve algo más grande que él. Decide llevarlo a un santuario de primates en San Bruno, que a puertas cerradas funciona como una muy mala prisión.
El sitio lo dirige Landon (Brian Cox) y su despreciable hijo, Dodge, interpretado por un muy cruel Felton. La película recaudó casi 500 millones de dólares en el mundo y obtuvo buenas críticas dentro y fuera de Estados Unidos.