A lo largo de la vida, las personas se consiguen con muchos obstáculos. Algunas se dejan vencer, otras siguen adelante, pese a las adversidades.
Incluso mucho se dice que lo importante no es caer, pues eso siempre suele suceder, sino que lo fundamental es levantarse y andar de nuevo.
Salma Hayek tuvo claro ese consejo de vida y nunca se amilanó ante aquellas cosas que parecían difíciles de alcanzar, a pesar de que muchas personas le repetían que era poco probable que lo lograra. A ellas les demostró que todo resultó una mentira y que el que persevera, vence.
Una de las primeras opiniones negativas que enfrentó fue cuando reiteradamente le dijeron que ser mexicana y trabajar como actriz en Estados Unidos era imposible; sin embargo, la artista no se acobardó y siguió su meta hasta entrar en la industria cinematográfica estadounidense e interpretar, entre otros roles, a una de las personas a quien más admira, la hoy fallecida pintora mexicana Frida Kahlo.
Otro presagio que superó con éxito fue cuando le aseguraron que después de los treinta y cinco años de edad “hay que empezar a bajar el listón con los hombres”, a lo que la artista restó mérito y finalmente encontró el amor de su vida cuando tenía 40 años, en un momento donde pensaba que no encontraría a alguien que quisiera estar a su lado.
Se trata del empresario francés y multimillonario Francois Henry Pinault, de 56 años de edad, cinco más que ella, con quien tiene 12 años de relación y a quien ella calificó como el mejor hombre que ha conocido y que cambió su vida de forma radical.
También la actriz se enfrentó a muchos vaticinios que daban cuenta que después de los 40 no tendría ofertas de trabajo y, aunque ahora está algo alejada de las pantallas, asegura que en esa época estaba en un momento óptimo de su carrera profesional en la gran pantalla.
La actriz atribuye el triunfo en todos esos desafíos a un poco de rebeldía de su parte y a su espíritu de lucha que nunca se intimidó.
Ser madre después de los 40 años fue otro reto para la actriz, quien en 2007 trajo al mundo a Valentina Paloma Pinault-Hayek. La pequeña, hoy de 11 años, es su prioridad de vida junto a su esposo y familia.
Y aunque mudarse a París, Francia, era algo que también asustaba a la actriz, por estar lejos de su casa y las expectativas que eso representaba, hoy asegura sentirse plenamente feliz en la ciudad parisina.