Todo el 2017 fue un año de grandes cambios y también de nuevos e impresionantes avances tecnológicos, que ayudaron a que varios se preocuparan sobre lo que podía pasar a futuro con la así llamada inteligencia artificial, entre ellos el excéntrico inventor, Elon Musk, quien aseguró que de no mantenerse ciertos niveles de control, ésta lograría matar a miles de personas.
Pasaría algo similar a lo que concibió -en su momento- el director norteamericano, James Cameron, con su éxito cinematográfico Terminator, pero nada que involucra a sofisticados sistemas informáticos o grupos de fuerzas armadas, sino a un objeto bastante curioso: El robot sexual… sí, como leyeron.
No es una novedad, aunque sí podría catalogarse como tabú. Sin embargo, el robot sexual, según una “descabellada” teoría de expertos en el tema, conseguiría asesinar a sus usuarios, cuando su objetivo principal es brindarles un tipo alternativo de placer. Esto incrementa aún más la controversia en torno a ese androide, que no termina de convencer a todo público.
“Ellos (los robots sexuales) serán más fáciles de acceder y controlar para cualquier hacker, que por ejemplo una computadora o un móvil. Podrían controlarlos a distancia y ser usados para todo medio nefasto, sea violencia directa o asesinato”, destacó el doctor Nick Patterson, profesor de seguridad cibernética de la Universidad de Deakin, en Australia.
Esta persona afirmó que, así como los teléfonos inteligentes, los robots sexuales requieren un sistema operativo conectado a internet, que facilitaría el acceso a algunas “manos inescrupulosas”. Ese escenario, aunado a que cada uno de ellos pesa 90 kilos y que posee mucha fuerza, los convierte en instrumentos claves para cualquier hacker experimentado.
Si bien falta mucho tiempo para saber si tal especulación se hará o no realidad, no se puede negar que la tecnología continúa desarrollándose a pasos agigantados, por lo que no hay forma de predecir con certeza lo que pasará en un futuro cercano.