Titanic fue uno de los mayores éxitos de taquilla en el cine norteamericano, con un largo historial de situaciones insólitas que pasó, mientras su equipo de producción sacaba a flote la historia.
Quedó como la película más costosa de Hollywood. Estuvo llena de peligros, y no por inesperados choques contra icebergs o caer en aguas heladas. Hablamos de los gastos para la filmación, las escenas de riesgo y los accidentes laborales que sufrieron varios actores.
Fue un viaje difícil, en muchos sentidos. Lo que se mantuvo intacta fue la visión de su creador, James Cameron. Hoy te contaremos algunos hechos que por poco opacan el brillo de su épica labor cinematográfica.
Visita al Titanic
Mucho antes de comenzar el rodaje, Cameron pasó tiempo visitando los restos del transatlántico. Tuvo la oportunidad de ver por sí mismo el lugar del descanso final del Titanic.
Ocurrió varias veces. A la prensa dijo que la experiencia fue inspiradora, permitiéndole un mayor enfoque de lo que quería en su cinta.
Hundimiento en tiempo real
Es legendario el perfeccionismo de Cameron. Él tomó dos horas con cuarenta minutos del trabajo final en pantalla, para exponer la colisión y posterior hundimiento del Titanic.
Fue el tiempo real que le tomó al barco desvanecerse bajo las olas. James intentó que el público viviera de alguna forma lo que ocurrió esa noche del 15 de abril de 1912.
Cameron entregó su salario
Los elevados costos para la grabación, junto con los largos horarios en el set, pusieron a los ejecutivos de la Paramount muy nerviosos. En un punto, Cameron tuvo que colocar de su dinero para que la producción no se detuviera.
Fue su manera de decirles que confiaran en lo que hacía. El director renunció a su salario y al porcentaje de estudio. Resultó ser una movida arriesgada, que más adelante rindió frutos y consolidó su reputación.
Sin tiempo para ir al baño
El cineasta estuvo tan presionado por grabar lo más rápido y mejor posible, que durante las escenas de los botes salvavidas amenazó con despedir a cualquier actor que tomara un descanso para ir al baño.
¿Qué podían hacer ellos al respecto? Orinar en la piscina donde se encontraban. Hasta la actriz Kate Winslet (Rose en el film) admitió eso.
Celine Dion no fue la primera seleccionada
Cameron imaginó tener en su banda sonora a la diva irlandesa Enya. Desafortunadamente, la cantante dijo no al proyecto. James recurrió a su colaborador musical James Horner. Éste contactó a Celine Dion y a su equipo, con los cuales trabajó en la que hasta ahora es la banda sonora más vendida del cine.
Lesiones de una estrella
Winslet no estuvo exenta de recibir golpes durante la producción. Llegó a un punto en que los artistas del maquillaje usaban los hematomas de su cuerpo como referencia fotográfica para mantener la continuidad de su aspecto en la película.
Se lesionó el codo en el rodaje y hasta le dio neumonía. Estuvo a punto de abandonar todo.
Largas horas
Antes de que se lanzara el film, algunos jefes de estudio tenían miedo de que fuese demasiado largo y querían recortar material. Cameron se rehusó.
El director supuestamente respondió a los ejecutivos de la Fox que, si querían recortes, tendrían que despedirlo y también acabar con su vida.
Tiempo de grabación
El cronograma original dispuso 138 días para la fotografía principal, es decir, unos cuatro meses y medio de producción. Al final, tomaron 22 días más terminar el trabajo. Fue una historia de amor con un final triste y una gran recepción pública.
Severa intoxicación
Ya finalizando la película, hubo un receso donde la compañía de catering contratada sirvió un tazón grande de sopa de pescado a cada miembro. Muchos comieron el plato con gusto, el problema fue que alguien colocó en la comida PCP.
La sustancia alucinógena puso a 60 actores y extras en descontrol, hasta Cameron sintió los efectos. Todavía se desconoce quién fue el culpable de semejante broma.