Antes de escuchar siquiera de la película Cocaine Godmother, asombrosa producción televisiva de Asylum Entertainment para Lifetime, donde la oscarizada actriz Catherine Zeta-Jones interpretó el papel de Griselda Blanco, la esposa de Michael Douglas ideaba la forma de recrear a una asesina despiadada sin tanto esfuerzo, al menos así lo comentó en un artículo de The Guardian.
“No es fácil tomar un papel como ese, porque sabes que el peso de la producción recae en ti. Recuerdo que estaba por salir de casa a rodar la película, y de pronto Michael se acercó y me dijo: ‘Te diré un secreto. No tienes que hacer mucho porque, cariño, aterrorizas más cuando no haces nada’… y yo no supe cómo reaccionar”, detalló Zeta-Jones.
Añadió que pensaba que se estaba burlando de ella, hasta que sus hijos intervinieron y manifestaron: “Sí mamá, él tiene mucha razón”. “Lo bueno de esto es que, después de 19 años, ya ni siquiera tengo que levantar la voz en casa. Sólo les doy una mirada y salen corriendo”, aseguró entre risas la ex protagonista de The Mask of Zorro sobre su vida hogareña.
Lo que parecía ser una no tan agradable opinión familiar, lo tomó como la ayuda que necesitaba para desarrollar uno de los mejores papeles que ha tenido en largo tiempo.
“Era en lo que pensaba cuando estábamos grabando. En algunos momentos cuando sentía una sobrecarga me decía: ‘Esta bien, no voy a hacer nada’. Dejaba mi rostro inexpresivo y tenían razón. Era aterrorizante. ¿Quién lo diría?”, añadió la morocha.
No fue la primera vez que Catherine actuaba como una mujer latina, o en algo involucrado con las drogas, pero para ella fue un proyecto personal, para el cual contó con el apoyo del actor Juan Pablo Espinosa y del director Guillermo Navarro.
“Fue complicado encarnar a esa mujer tan diferente de mí. Ambas somos fuertes, dispuestas a hacer lo necesario por el trabajo. Fue un proyecto con mucha pasión. Trabajé duro para lograr que se hiciera y contar su historia.”, finalizó la galesa.