Penny Frazier, de un año, nació rodeada de mascotas que ahora se han convertido en sus mejores amigos. Raven y Woodhouse, un perro Tamaskan y un gato mestizo, ambos de cinco años, se han convertido en inseparables del nuevo miembro de la familia.
Tanto el perro como el gato actúan de niñeros peludos de la niña, supervisando todos sus juegos en el jardín, arropándola en la cama e incluso haciendo de almohada durante sus siestas diarias.
La madre de Penny, Christina, de 30 años, siempre está dispuesta a documentar y compartir ese vínculo que tienen en Instagram.
Antes de la llegada de Penny, Raven y Woodhouse ya compartían un vínculo muy especial.
El primero en llegar a la familia fue Raven y, cuando sus dueños quisieron ampliar el número de mascotas, dejaron que fuera él el encargado de elegir de entre los gatos de un refugio a su futuro compañero. Fue así como comenzó su vínculo.
Cinco meses después de ese primer encuentro, la pareja congenió a la perfección, tanto que su historia se dio a conocer en diferentes medios de comunicación como ejemplo de cómo animales de diferentes especies pueden llegar a forjar un vínculo de amistad tan inusual como verdadero.
Fuente DPA.