La relación amistosa entre la legendaria voz de Queen, Freddie Mercury y David Bowie, se remonta a finales de la década de los sesenta, antes de unir su talento para crear el éxito mundial “Under Preassure” en 1981 y llegar a convertirse en artistas icónicos para la historia musical.
Para aquel entonces, Bowie tenía solo un poco más de relevancia musical que Mercury, y fue invitado para tocar en un pequeño evento en Ealing Art College. En ese momento, Freddie le siguió fascinado y se ofreció a llevarle el equipo a Bowie y éste pronto lo puso a trabajar empujando mesas para crear un escenario improvisado.
No mucho después, Mercury y Roger Taylor (baterista de Queen) abrieron un puesto en el mercado de Kensington, donde vendían ropa vintage para complementar sus escasos ingresos de la música.
Los para aquel entonces poco conocidos músicos, se vestían con ropa similar a la de la época o Era Eduardina, conseguían bolsas con pañuelos de seda baratos, los planchaban y colocaban para venderlos. En una entrevista a la revista Rolling Stone, incluso Brian May recordaba que la ropa que vendían en el puesto de mercado era sencillamente ropa usada con la que esperaban ganar dinero.
Mercury y Taylor no estaban bien preparados para dirigir sus propios negocios, y el amable Alan Mair, que manejaba el puesto de ropa al otro lado del pasillo, finalmente los contrató.
"Siempre fue eficiente, fue muy cortés", dijo Mair sobre Mercury en el documental de la BBC Freddie's Millions (2012). "Nadie nunca se quejó de él, nunca tuvo ningún problema de actitud. Siempre llegaba un poco más tarde, pero eso no importaba ".
Por su parte, Mair era un conocido del primer manager de Bowie y un día la estrella llegó a su puesto. En ese momento, Mair ante la impresión le dijo al artista que tomase unas botas gratis.
Freddie, quien era el gerente de la tienda, fue quien le colocó el par de botas a Bowie para que se las probase y éste finalmente se las llevó.