Alex Colbeck, de 34 años, de North Yorkshire, es un parapentista profesional que lleva a su schnauzer miniatura de seis años, Stan, a volar en parapente.
Alex, de profesión contratista de informática, decidió llevar a su cachorro a los cielos con él después de ver lo emocionado que se ponía al verle volar. Encontró una empresa que podía hacer un arnés a medida para su perro, lo que significaba que Stan, amante de la aventura, podía participar en la afición de su dueño.
"Stan está acostumbrado a estar cerca de los parapentes que despegan y aterrizan, así que las vistas y los sonidos no le afectan", explicó el parapentista. Tanto es así, que no dudó en grabar un vídeo donde muestra lo excitado que se siente el perro cuando está en el aire.