Los recién casados Elvis y Priscilla Presley pasaron su luna de miel en Palm Springs, Estados Unidos. Después de un par de días regresaron a Memphis, donde el 29 de mayo de 1967 volvieron a vestirse como novios, para cumplir una recepción en Graceland con sus parientes, amigos y unos pocos fanáticos afortunados.
Menos de dos meses luego de la boda, Elvis comenzó a trabajar en el film Speedway (1968), y el 12 de julio anunció en el set que Priscilla estaba embarazada. Lisa Marie, su única hija, nació el 1 de febrero de 1968.
Elvis fue un padre cariñoso para su nena. Hasta el final de su vida, Elvis adoró a Lisa Marie. Sus allegados decían que la malcriaba y la llenaba con joyas y regalos cuando lo visitaba, por cuanto rara veces la disciplinaba fuerte.
Para algunos, el amor de Elvis por su pequeña era excesivo. En una de sus tantas biografías, se contó que una vez la llevó a bordo de su avión privado para que pudiera jugar en la nieve.
También, para su cumpleaños, alquiló el parque de diversiones Libertyland. Priscilla contó al público que ambos disfrutaban su rol de padres.
En uno de los libros publicados por la que fue la única esposa del Rey, se leyó que hubo una última conversación telefónica entre ambos, donde reflexionaron sobre si más adelante podían resolver sus conflictos y vivir juntos de nuevo.
“Sí”, bromeó Elvis, “Cuando tenga setenta años, tal vez. Ambos seremos tan viejos. Nos veremos realmente tontos, corriendo en carritos de golf”.
El divorcio se vino en el año 1973. Luego, Priscilla abrió una boutique y la dirigió durante cinco años, antes de entrar en el modelaje y la actuación. Debutó en la TV en los ochenta, como co-anfitriona de la serie de ABC, Those Amazing Animals con Burgess Meredith.
También se le vio en la telenovela Dallas de 1983 a 1988, y trabajó junto al desaparecido Leslie Nilsen en la trilogía de The Naked Gun.
Después de la muerte de Elvis, el 16 de agosto de 1977, Priscilla tomó el control de Elvis Presley Enterprises. Aprendió a lidiar con el negocio. Observó a otros, incluyendo al administrador de mucho tiempo de Elvis, el coronel Tom Parker, y dirigió los bienes por ensayo y error.
“El desafío con el patrimonio es mantener la calidad, y mantener su legado para que siempre se respete”, destacó la morocha en su libro Elvis y Yo.