Anne Hathaway, ganadora del premio Oscar como Mejor Actriz por su papel en Los Miserables, reveló no haberse sentido feliz al momento de subir al escenario de la Academia y ser homenajeada por sus colegas.
Pero, ¿Cómo fue esto posible?. La morocha confesó que en aquel tiempo hizo cosas impensables para grabar el film. Perdió mucho peso y eso también la incómodó, tanto que debió fingir cuando tuvo la estatuilla dorada en sus manos.
“Me paré allí frente a tantas personas. Ganas un Oscar y se supone que ya eres feliz, pero no me sentía así. Me sentí mal al ver que estaba con un vestido que cuesta más de lo que algunas personas verán en su vida, ganando un premio por retratar un dolor que para ciertos individuos es real”, opinó la actriz.
Intentó como pudo aparentar felicidad, a lo grande, al menos para las cámaras. “Esa fue mi verdad y eso es lo que sucedió. Apesta, sí. Pero lo que aprendes de él, es que sientes que puedes morir de vergüenza justo en ese momento”, dijo Hathaway.
Poniéndolo en perspectiva, la talentosa artista tuvo una pésima noche, alejada de lo que otros actores sueñan con alcanzar al menos una vez en sus carreras. La cereza del pastel fue que recibió críticas por el vestido Prada en raso de seda que usó en la gala, pues según la prensa de espectáculos hacía lucir sus pezones sin que se diera cuenta de inmediato.
Anne se cambió de vestido y acudió a varias reuniones luego de los premios, como a la fiesta de Vanity Fair que ya es costumbre una vez baja el telón hasta el año siguiente.