Dakota Johnson es una de las actrices que más ha revolucionado a los espectadores por su participación en la trilogía Cincuentas sombras de Grey, estrenada en 2011. La película está basada en el libro del mismo nombre, el cual es una novela romántico-erótica.
Johnson, quien confesó que solo había leído uno de los libros y los otros dos los revisó cuando estaba haciendo el casting para la película, obtuvo el papel de Anastasia Steele, protagonista del film.
La actriz expresó que lo que más le gusta del personaje de Steele es la confianza que tiene de sí misma, su autoestima. “Anastasia es cien por ciento ella misma, auténtica, y tiene mucho honor y valentía. Creo que la pérdida de la virginidad es uno de los momentos más profundos en la vida de una mujer, y ella lo experimenta junto con los intereses particulares de Christian”, dijo en una entrevista.
Johnson, de 28 años de edad, reveló que le encantan los libros y las pinturas eróticas, como por ejemplo las de Egon Schiele. Sin embargo, lo que la atrapó de la novela de Cincuentas sombras de Grey fue la historia de amor entre los protagonistas, pues le parecía una pareja muy interesante e intrigante.
Asimismo, la estadounidense manifestó sentirte muy cómoda sin ropa, pues adora su cuerpo. “Siempre me he sentido muy a gusto con mi cuerpo. En esta película, las escenas eran tan técnicas que nunca me enfoqué en cómo se proyectaba la imagen de mi cuerpo. Crecí en un ambiente donde me inculcaron desde chica la idea de sentirme cómoda conmigo misma”, expresó la actriz, quien también participó en la película como ser soltera.
Johnson reveló que la directora de la película, Sam Taylor-Johnson, decidió dejar las escenas de sexo para el final del rodaje. “Eso nos dio tiempo para desarrollar confianza entre Jamie (Christian Grey) y yo, conocernos y entender la fuerza de cada uno de nosotros, sabiendo dónde necesitábamos ser apoyados y protegidos”, indicó la actriz, quien agregó que tanto ella como el protagonista tuvieron que ir al gimnasio y entrenar fuerte.
La actriz fue a clases de pilates, donde conseguía quemar entre 400 y 500 calorías por sesión.