Que un artista tenga un tono de voz similar al de Frank Sinatra no es cosa de todos los días, pero que además tenga el propósito de levantar un legado como el del Rat Pack es aún más especial. Esas dos cualidades están reunidas en un solo hombre y ese es Michael Bublé.
El canadiense, que está a la espera de su tercer hijo con la argentina Luisana Lopilato, es considerado en nuevo Frank Sinatra, aunque se empeñe en negar que sea incluso mejor que el maestro.
Sus canciones legendarias son el principal elemento que no puede faltar en una boda y, tras entregar el último CD que había logrado autofinanciarse, una llamada de invitación para participar en la boda de la hija del ex primer ministro canadiense, Brain Mulroney fue su salto hasta la oficina del presidente de Warner, quien le preguntó a Bublé por qué debía contratarlo si Frank Sinatra ya estaba muerto y la compañía ya tenía todos los derechos. Su respuesta fue todo un reto: “Aún se puede llenar ese vacío”.
Aunque se estimaba que la joven proeza vendiera hasta 20 mil copias, en 2005 las estimaciones fueron superadas con creces al alcanzar su álbum It’s time las ocho millones de copias vendidas. Pero no todo quedó allí, en 2013, con To Be Loved esa cantidad pasó a 30 millones de ventas.
Poseedor de una elegante y poderosa voz, así como de una modulación única, Michael Bublé odia las comparaciones que no dejan de ser inevitables. Una anécdota curiosa fue que Bublé acudió al mismo estudio donde Sinatra grabó Call me irresponsible y fue tal la emoción que debió esperar varios minutos antes de empezar a cantar.