El legendario actor y productor John Travolta ha entretenido al público desde su debut como Vinnie Barbarino en la serie de TV Welcome Back Kotter (1970). Con su éxito, siguió los pasos de otros actores jóvenes y guapos, que decidieron poner su mano en la industria de la música.
Para 1976 lanzó un single titulado Let Her In, que alcanzó el número 10 en el Billboard Hot 100. Los años 70 marcaron una punto increíble de su corta vida.
Protagonizó tres grandes películas, entre ellas Saturday Night Fever y Grease. Después, experimentó cierta desaceleración en los noventa. Sin embargo, en 1994 consiguió un papel que lo convertiría en figura de culto popular.
Como Vincent Vega, asesino a sueldo en Pulp Fiction, volvió a la cima. Eso le valió una nominación a los Premios de la Academia como Mejor Actor, que estuvo cerca de llevarse.
Ahora, con 64 años, Travolta no muestra signos de desaceleración. “Siento que, mientras sea saludable, seguiré haciéndolo ... No sólo hago películas porque las necesito. Realmente me encanta actuar”, confesó.
Otro de sus fuertes es su capacidad para ofrecer frases sólidas de película, y si bien hay mucho material para elegir, estas son algunas de las mejores que conseguimos.
“¿Alguna vez oíste la filosofía de que una vez que un hombre admite que está equivocado, es inmediatamente perdonado por todas sus malas acciones? ¿Alguna vez oíste eso?”, fue sólo un poco de su actuación en Pulp Fiction.
“Tienes que aprender a reír, es el camino hacia el verdadero amor”, conmovedora interpretación de John como el arcángel Michael en la película Michael (1996).
“¿Podrías mirar el cabello? Sabes que trabajo en mi cabello por mucho tiempo”, lo dijo en la piel de Tony Manero, en Saturday Night Fever, sin duda uno de sus trabajos más memorables.
“Voy a decirte algo realmente escandaloso. Te voy a decir la verdad”, para la película Primary Colors, donde interpretó a Jack Stanton, un gobernador del sur que estaba tratando de ganar la nominación demócrata a la presidencia de los Estados Unidos. En una película sobre el retorcido mundo de la política, ¿qué podría ser más escandaloso que la verdad?.
“Ahora no soy un aspirante a cineasta sucio que está buscando el existencialismo a través de una neblina de humo o algo así. No, es fácil separar la mala actuación, la dirección miope y un enredo de palabras que muchos en los estudios llaman ‘prosa’. No, estoy hablando de la falta de realismo”, fue su monólogo de apertura como Gabriel Shear para el film Swordfish (2001).