Allen Stewart Konigsberg, popularmente conocido como Woody Allen, es un polémico director de cine estadounidense, guionista, actor, comediante y dramaturgo, cuyos filmes cómicos agridulces rayan en lo irracional, mientras sus dramas de temas sombríos lo ubicaron entre los grandes de la industria.
Su época dorada ocurrió en los setenta. Se le consideraba uno de los cineastas más consumados y un tesoro en su país. Luego en los ochenta y noventa ciertos temas desastrosos de su vida privada empañaron su imagen hasta el sol de hoy.
Es muy amplia su trayectoria en la pantalla grande, sea como actor o director. Sin embargo. recordaremos varios de sus mejores trabajos, clasificados previamente por los críticos Robbie Collin y Tim Robey.
Husbands and Wives (1992)
Abrió con una de las mejores escenas escritas, filmadas y actuadas de Allen, cuando Judy Davis y Sydney Pollack anunciaron sus planes de separarse. La forma en que sus mejores amigos, Allen y Mía Farrow, respondieron -conmocionados y ofendidos- lo convirtió en una maravillosa caracterización de cuatro vías.
Fue la última película de Woody con Farrow, y se sintió como una brutal autopsia de su relación.
Manhattan (1979)
Fue una tarjeta de agradecimiento desde Nueva York, vía Allen. El director convirtió edificios y calles en un sueño milagroso de una ciudad. En teoría, era una comedia romántica, aunque lo sentimental y humorístico fuese ansioso y melancólico.
En tanto, sus personajes lucieron abrumados por sus múltiples defectos y neurosis, como el extraño romance entre Isaac y Mariel.
Another Woman (1988)
El trabajo más subestimado y menos visto de Allen, también fue uno de sus más cortos, con sólo 84 minutos. Gena Rowlands interpretó a Marion, una profesora de filosofía quien por medio de las sesiones de terapia que realizaba el personaje de Farrow, tuvo varias reflexiones sobre su vida.
En la escena más inquietante de la película, se topó con una amiga de la secundaria (Sandy Dennis) que dejó una sorprendente lista de quejas en su regazo, revelando la visión autocrítica de Marion como un espejismo.
Annie Hall (1977)
Fue una comedia romántica que el cine nunca había visto antes ni después. Allen y Diane Keaton eran perfectos como pareja, con tal calidez e ingenio que era un poco mágico. El nombre preferido de Allen para la película era Anhedonia, término griego para la inhabilidad de sentir placer.
Hannah and Her Sisters (1986)
No sólo fue el pináculo creativo de Allen, sino quizás el mix de comedia y drama más puro del cine estadounidense. Era realista sin ser cruel y profundo sin caer en lo estricto… era humano.
Allí Hannah (Farrow), Lee (Barbara Hershey) y Holly (Dianne Wiest) proporcionaron una estructura ideal en el mundo a veces incomprensible de Woody. La química de los actores y el poderoso guión la situaron como la mejor película de su carrera, sin pretensiones.