Paul David Hewson, conocido como Bono, es un rockero, compositor y filántropo irlandés líder de la banda U2, quien hace unos meses atrás confesó para la página Mirror que padecía de una fuerte enfermedad.
El músico de 58 años recordó haber tenido una experiencia muy dolorosa y cercana a la muerte en el 2016. Por tanto, el haberlo superado lo transformó en “el hombre más afortunado del planeta”, según su criterio.
“Sigue siendo un evento difícil de hablar para mí, me sentía solo y asustado. No pensé que tuviera miedo a una muerte rápida. Pensé que sería un inconveniente porque tenía discos por hacer, ver crecer a mis niños, una hermosa mujer a mi lado y mis amigos. No quería dejar eso”, señaló el intérprete.
En la entrevista, Bono admitió que su problema sí fue físico; sin embargo, no quiso entrar en detalles sobre qué trataba y ni siquiera dio el nombre de su enfermedad. Contó que al ser cantante, debía tener buena resistencia, y por su salud sentía que se sofocaba.
“Fue lo más aterrador que me pudo pasar, porque estaba sufriendo como nunca. Ni a mi pareja (Ali Hewson) le podía explicar lo solo y asustado que estuve. No podía traducir mi miedo”, relató el que hasta hoy se le considera todo un ícono del rock.
En el 2000, Bono discutió la posibilidad de someterse a pruebas de cáncer de garganta y dijo que uno de los especialistas quería realizar una biopsia, lo que habría puesto en riesgo sus cuerdas vocales, pero terminó resultando muy bien.
Cinco años después tuvo un accidente de bicicleta que le dejó una amnesia temporal. Luego en el 2010, el cantante pospuso una gira de U2 por Estados Unidos cuando sufrió una hernia de disco en la espalda, que le obligó a someterse a cirugía.
“He tenido una lluvia de golpes en los últimos años. Obtenés señales de advertencia y luego ves que no sos un tanque”, concluyó sobre sí mismo.