Después de ocho temporadas signadas por la venganza, la ira y las estrategias de guerra y poder, finalmente el personaje de Game of Thrones que terminó mostrando más temple, piedad y altura moral fue... ¡un dragón! Esto es lo que los fanáticos de GOT están debatiendo hoy.
Drogon, el hijo de Daenerys Targaryen (Emilia Clarke) pudo haber aniquilado fácilmente a Jon Snow (Kit Harington) al tenerlo a centímetros, luego de presenciar cómo atraviesa el pecho de su madre con un puñal en el momento más dramático y emotivo del capítulo. Pero, sin embargo, no lo hace: ¿por qué?
Así cómo Jon cayó en la cuenta de que su amada Daenerys había perdido la cordura luego de la masacre a King's Landing y que era un peligro para el mundo, Drogon entendió que el único responsable por el asesinato de la Madre de Dragones era el maldito Trono de Hierro y la ambición de poder que la terminó enfermando.
Por eso, decide fundirlo en fuego en vez de eliminar a Snow.
Así, Drogon no culpó a Jon sino al Trono de Hierro que, una vez eliminado para siempre, le permitió desaparecer en el cielo con el cuerpo sin vida de Daenerys, en una de las escenas más sensibles y desgarradoras de toda la serie.
Y, si bien el final de GOT no fue el esperado por los fans, muchos coinciden en que la última aparición del querido Drogon fue una de las mejores escenas de toda la entrega.