El 80% de las aplicaciones de citas amorosas tienen la capacidad de compartir o vender la información personal que publican sus usuarios en sus perfiles con fines publicitarios.
Esta situación fue descubierta por Fundación Mozilla.
Aunque la mayoría de aplicaciones de citas afirman que hay más probabilidades de hallar el amor cuantos más datos personales se compartan, “fallan espectacularmente al proteger esa información”.
25 APLICACIONES DE CITAS ANALIZADAS
Así lo ha afirmado uno de los investigadores, Misha Rykov, que ha trabajado con Jen Caltrider y Zoë MacDonald en el informe de Fundación Mozilla.
Los investigadores han determinado que, de las 25 aplicaciones de citas analizadas, solo tres de ellas obtenían el visto bueno en materia de protección de datos y privacidad.
Se trata de Lex, eHarmony y Happn. Si bien han reconocido que, “no son las mejores”, parecen respetar y proteger la información personal “un poco mejor que las demás”.
PRIVACIDAD NO INCLUIDA
Contrariamente, Badoo, Muzz, Her, Tinder, OkCupid, Match, Hinge, Plenty of Fish, Bumble, Jdate, Elite Y Scruff, OurTime se encuentran entre aquellas que incluyen la etiqueta ‘Privacidad no incluida’.
Esta es considerada la calificación más baja en términos de seguridad en el lenguaje de Mozilla, tal y como sostiene TechCrunch. El caso más sorprendente fue el de Lovoo.
Este último, a pesar de que está disponible para su descarga en países de habla inglesa, no dispone de una política de privacidad cuando se escoge el inglés como único idioma.
EL CASO OKCUPID
Los investigadores adelantaron que hoy las aplicaciones de citas pueden solicitar información que va mucho más allá del nombre, la dirección o la edad.
En este sentido, hasta es posible que los usuarios deban responder qué harían si sus padres están divorciados o cómo reaccionarían si se resbalasen con una cáscara de plátano.
Es el caso de la aplicación OkCupid, que suma un cuestionario de inicio para conocer mejor a los usuarios, que no se puede omitir, y que precede a la fase de creación del perfil.
Allí, se solicitan fotos, vídeos e, incluso, contenidos de voz.
DE LA RELIGIÓN HASTA EL ORIGEN ÉTNICO
Según su investigación, estas aplicaciones también pueden pedir datos relacionados con la religión, la raza, el origen étnico, las opiniones políticas, la sexualidad.
Incluso, llegan a pedir información biométrica si los usuarios desean que la ‘app’ muestre a otros usuarios que realmente están chateando con una persona real.
Mozilla también apunta que, a pesar de que las políticas de privacidad de estas aplicaciones apuntan a que brindar esta información es opcional, en otros casos se ofrece como tal algo que realmente no es.
VENDER INFORMACIÓN CON FINES PUBLICITARIOS
Así ocurre con Tinder, que señala que únicamente accede a la geolocalización del usuario con su consentimiento, aunque en realidad en esta ‘app’ de citas se necesita tener activada la ubicación.
En esta línea, el informe determinó que el 80% de las aplicaciones de citas pueden compartir o vender la información personal de los usuarios con fines publicitarios.
Esto se da, a pesar de que algunas de ellas funcionan mediante un modelo de suscripción y, por tanto, no precisan principalmente de anunciantes para generar ingresos.
UN MAL HISTORIAL
Han precisado que los investigadores no pudieron confirmar si la mitad de las ‘apps’ analizadas cumplen los estándares mínimos de seguridad para proteger la información de los usuarios.
Sin embargo, el 52 por ciento de las estudiadas cuenta con lo que se denomina ‘mal historial’ por una violación o una filtración de datos en los últimos tres años.
Las consecuencias resultado de estas acciones maliciosas fueran “realmente malas”.
Argumentan esto con una ocasión. En ese entonces, los datos de ubicación de la aplicación de citas para el colectivo LGTB Grindr “terminaron en manos de intermediarios de datos”.
DATOS COMPRADOS POR UN GRUPO CATÓLICO
A su vez, señalaron que dichos datos fueron comprados por un grupo católico”. Dicho grupo, de origen estadounidense, los utilizaron para monitorizar a los miembros del clero.
Los responsables del análisis también han mostrado su preocupación por la integración de la Inteligencia Artificial (IA) en estos servicios.
Si bien algunas ya incluyen herramientas de utilidad -por ejemplo, Bumble, que tiene un detector de contenidos inapropiados en los chats- otras están teniendo problemas con sus propuestas.
Es el caso de OkCupid. Esta estuvo apuntada por la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos por una cláusula que le permitía entrenar ‘software’ de reconocimiento facial sin consentimiento.
MATCH GROUP Y SPARK NETWORK
El análisis apunta a que la firma Match Group es propietaria de diversas aplicaciones de citas, entre las que se encuentran Tinder, OkCupid, Match, Plenty of Fish, OurTime o Hinge, por citar algunas de ellas.
Por su parte, Spark Network posee Christian Mingle, Jdate, Elite Singles, Zoosk, Badoo y Bumble.
El hecho de que una empresa desarrolle servicios con los mismos propósitos implica que los datos personales pueden compartirse desde cualquiera de las aplicaciones dentro de la misma empresa.
PRÁCTICAS DE VENTA MANIPULADORAS
Otra de las conclusiones DE los investigadores guardan relación con los métodos de suscripción que ofrecen algunas de estas aplicaciones cuando introducen “prácticas de venta manipuladoras”.
Ejemplo de esto es eHarmony. La intención es hacer creer a los clientes que con el pago de una cuota existen más posibilidades de encontrar el amor.
Por otra parte, Fundación Mozilla cree que “la IA no es tan inteligente al emparejar humanos” y que es posible que en estos servicios se puedan los perjuicios, el racismo sexual o la gordofobia.
NO SERÁ OBLIGATORIO UN NOMBRE REAL
No obstante, como punto positivo, el informe menciona que los alias ‘online’ “están de vuelta” en aplicaciones como Muzz y Her.
Esto quiere decir que está empezando a dejar de ser obligatorio introducir un nombre real para identificarse.
UN PROBLEMA QUE VIENE DE LEJOS
No es la primera vez que se realiza un estudio con el objetivo de conocer cómo las ‘apps’ de citas tratan y almacenan los datos confidenciales de sus usuarios.
En 2018 se informó de que Grindr compartía información aportada de forma voluntaria por los usuarios, como su estado de infección por VIH.
El Consejo de Consumidores de Noruega lanzó uno similar en 2020, denunciando que esta y otras aplicaciones de citas compartían datos sobre la dirección IP, la sexualidad o la localización.
En su análisis, se determinó que Match Group habría enviado a terceras empresas información de usuarios de Tinder y OkCupid sobre el uso de las drogas, el origen étnico y las opiniones políticas.
CÓMO PRESERVAR LA PRIVACIDAD DE NUESTROS DATOS
Además de recomendar las tres únicas aplicaciones que se pueden salvar de la criba, la Fundación propone que los usuarios entiendan su perfil de citas como si se tratase de uno de LinkedIn.
Esto significa que debe asumir que cualquier persona lo puede ver y que conviene publicar únicamente fotos y detalles que considere de utilidad porque van a ser públicos.
Por el contrario, no conviene iniciar sesión con cuentas de terceros, ni mucho menos vincular las cuentas de redes sociales al perfil.
Esta indicativa obedece a que eso ayuda a compartir aún más la información personal en espacios que no siempre la administran de forma correcta.
LIMITAR PERMISOS
Por último, es importante limitar los permisos de las aplicaciones -para impedir el acceso de la ‘app’ a la ubicación o a la cámara, por ejemplo- siempre que sea posible.
Destacan, finalmente, que esto pueda ser accesible a través del apartado de Configuración del dispositivo.
Fuente: EP.