La hemeroteca de la BBC recuerda cómo una lluvia de un millón de pétalos de rosa cayó sobre la Reina Madre durante el desfile con el que, el 19 de julio de 2000, el Reino Unido celebró su 100º cumpleaños.
Treinta niños vestidos de trozos de tarta emergieron de un pastel gigante para repartir tartas de verdad entre los más de 21.000 espectadores de un espectáculo en el que participaron tanto camellos, como toros de angus, ovejas, dos de los corgis de la propia madre de la reina Isabel II, el primer coche Mini de la historia, niños del coro, bailarines, o el popular actor sir Norman Wisdom.
La viuda de Jorge VI era la primera reina británica que alcanzaba el siglo de vida y el Reino Unido no quiso escatimar los fastos para celebrar una efeméride que ahora, veinte años después de aquel desfile, está a punto de repetirse: el 10 de junio del año que viene, el duque de Edimburgo cumplirá 100 años y se convertirá tanto en el primer consorte de la historia de Reino Unido como en el primer Windsor hombre que llega a esa edad.
Parece, sin embargo, que el marido de Isabel II no se ve recibiendo un baño de pétalos de rosa como su suegra. Según ha declarado una fuente del palacio de Buckingham al diario The Telegraph, el príncipe Felipe no desea “armar un alboroto” con motivo de su 100º cumpleaños, ni quiere “tener nada que ver” con la celebración que, según lo previsto, comenzará a planearse a partir de la semana que viene.
La pandemia, en cualquier caso, impedirá una celebración pública como la del cumpleaños de la Reina Madre y lo más probable es que la familia real británica lo celebre en privado en alguno de sus palacios o castillos. Eso, claro, si las restricciones vigentes en ese momento lo permiten y si Felipe de Edimburgo logra animarse.
“Digamos que tenemos a un cumpleañero bastante reacio. No puedes hacer nada para alguien que no quiere que se haga nada”, cita The Telegraph a su fuente en el palacio de Buckingham.
En 2000, precisamente con motivo del 100º cumpleaños de la Reina Madre, el duque de Edimburgo ya declaró al diario The Telegraph que llegar al siglo de vida no le hacía particular ilusión. “No me puedo imaginar nada peor. Pedacitos de mí cayéndose por ahí”. Felipe de Edimburgo tenía entonces 80 años y no imaginaba la buena forma física en la que se encontraría cuando los 100 estuvieran a la vuelta de la esquina.
Retirado de la vida pública desde el verano de 2017, el marido de la reina Isabel II siguió conduciendo su propio coche hasta que en enero de 2019 sufrió un accidente y no solo bate récords con su edad: el año pasado, el príncipe Felipe se convirtió en la primera persona en conseguir cultivar trufas en suelo británico.
Fuente: revistavanityfair.es