Este miércoles se supo un detalle fundamental de la batalla judicial que mantiene Meghan Markle contra los tabloides británicos. En concreto, contra la editorial Asociated Newspaper Limited, empresa que engloba medios como el Daily Mail o el Mail on Sunday.
Se trata de la famosa carta que le envió a su padre, Thomas Markle, que pudo no redactarla completamente la duquesa de Sussex. Como es obvio, esto cambiaba de una manera crucial el curso del litigio tanto o más que si finalmente, como pidió expresamente el propio Thomas hace algunas semanas, le dejasen a él testificar de motu proprio porque "este caso le está provocando ansiedad y quiere acabar con él lo más pronto posible".
Pero entre unas cosas y otras, lo que se ha revelado ha sido realmente novedoso y puede suponer, nuevamente, un nuevo escollo para la esposa del príncipe Harry de salir victoriosa de esta cruzada mediática, una de las grandes razones por las que se sintió "la persona más troleada del mundo entero de 2019" y que, si se tira del hilo, es condición sine qua non del Sussexit que tantos quebraderos (como su drástica reducción de popularidad) le ha dado al matrimonio.
Y es que si los seguidores de la familia real británica recuerdan bien, este verano se publicó la biografía de Meghan Markle y del príncipe Harry, que lleva por título Finding Freedom, y que estaba escrita por el experto en asuntos monárquicos Omid Scobie y la periodista Carolyn Durand.
En el libro había momentos de anécdotas muy locas (un secuestro falso o hacer pis en el campo, por ejemplo) y había pasajes con revelaciones muy duras, como la enemistad entre Harry y su hermano mayor, el príncipe Guillermo, o el racismo aristocrático del que había sido víctima Meghan.
Pues bien, en esta última tanda de grandes páginas dedicadas a los grandes problemas también hablaban los biógrafos de la infancia de la duquesa, con especial atención al abandono por parte de Thomas Markle de la pequeña Meghan y de su madre, Doria Ragland.
Ahora se ha sabido que era tan importante para Meghan que esta parte del libro se comprendiese bien que filtró a los autores del libro (del que luego han renegado en parte) información de primera mano, a pesar de que siempre se dijo que los royalties no estuvieron implicados o involucrados en el proceso de documentación ni en la escritura per se.
La duquesa de Sussex se sirvió de un amigo para que hablase con los biógrafos y les diese su punto de vista tanto de su padre como de la carta que le envió y por la que comenzó toda la demanda. Y eso entronca con el actual juicio, en cuya corte se ha dicho que Meghan buscaba con esta "filtración" una cosa muy simple: "evitar más tergiversaciones pudiendo comunicar a los autores lo que pasó en realidad".
Los abogados de la actual filántropa (ya está en funcionamiento la web de Archewell) y productora han declarado: "Ella indicó a una persona -a la que sabía que ya se le habían acercado los autores [para obtener información]- que la verdadera postura [de la duquesa] podía ser comunicada a los autores a través de él para evitar cualquier tergiversación futura".
En un documento enviado a la corte, Meghan Markle ha expresado que no sabe "en qué medida ni en qué términos se compartió con los autores esta pieza de información" acerca de sus comunicaciones con su padre.
Fuente: 20minutos.es