Con 26 años y oriundo de Rio Negro, Juan Sartor se consagró como uno de los finalistas de Corte y confección y se volvió una verdadera revelación entre los seguidores del reality de eltrece. El joven ingresó al ciclo conducido por Andrea Politti sin saber prácticamente nada de costura, pero dio todo de sí. ¿El resultado? ¡La rompió!
Mano a mano con Ciudad, Juan se animó a una producción de fotos exclusiva y habló de todo: su proceso de aprendizaje, los rumores de que estaba "acomodado", su relación con Gerardo Casas -el ganador de la primera edición-, cómo le va con los chicos después de su paso por la tele y mucho más...
- ¿Cómo surgió la idea de anotarte en Corte y confección?
- La idea para mi cayó en un momento justo porque yo estaba medio perdido, el país estaba en un momento medio inestable y a mi marca no le estaba yendo del todo bien y me quería ir a vivir afuera. De la nada, un día recibo un mensaje en Instagram de una persona que me dice que iban a abrir el casting para Corte y confección. Ahí tuve una reunión y me contaron todo, fue como un “pre-casting”. Yo no sabía coser encima, me mandé porque tenía una marca y sé diseñar. Al mes me llaman y me dicen que en una semana iba a tener el casting en el que iban a evaluar todo lo que sabía. ¡Y yo no sabía nada! Ahí me metí en un intensivo de 8 días para aprender las cosas básicas y me mandé. A las dos semanas me llamaron y me dijeron que había quedado seleccionado.
- ¿Y cómo fue el encuentro con la costura, algo nuevo para vos?
- Yo sabía que quería aprender y que en algún momento de mi vida lo iba a hacer pero no imaginé que así, a los cachetazos ja ja. Yo arranqué con el curso básico pero una vez que quedé había que ver qué pasaba. Pensé que me iba a la primera semana. Pero estudié mucho, yo salía de grabar y tomaba clases particulares, y los fines de semana también. Y terminé llegando a la final. En el camino fui aprendiendo muchísimo, porque cada desafío que teníamos para mí era una cosa nueva que estaba haciendo por primera vez, a diferencia de otros chicos que ya venían haciendo costura. La verdad es que me re gustó todo, estuvo buenísimo.
- Durante el ciclo hubo muchos rumores de que estabas acomodado, ¿cómo lo manejaste?
- La verdad es que nunca le di tanta importancia. Primero porque soy una persona muy segura de lo que hago, de con quiénes me rodeo...Y mientras mis amigos y mi familia sepan lo que soy, está todo bien. Si alguien habla de mí y no me conoce, es tema del otro. Además es algo con lo que yo vengo lidiando toda mi vida. Mi viejo laburó en política entonces desde chiquito; si en el colegio me iba a bien, estaba acomodado, si en algún deporte me iba bien, estaba acomodado... Entonces esta vez no me generó nada.
- Una vez que se apagaban las cámaras y dejando el show de lado, ¿sentías algún tipo de resentimiento de parte de tus compañeros?
- No, con los chicos nunca lo sentí, de hecho nos hicimos amigos. Se armó un grupo muy bueno, no estabamos en un papel tan competitivo. Entonces ellos mismos me fueron conociendo, capaz al principio sí desconfiaron pero después cuando nos fuimos conociendo un poco más, estuvimos conviviendo casi 6 meses, se dieron cuenta que no estaba acomodado. Ellos veían el esfuerzo que yo hacía de salir de grabar e ir a clases, los fines de semana no salía y me ponía a estudiar… eso no lo hace un acomodado.
- La buena onda que había entre ustedes se notaba mucho en el programa, incluso cuando habías pequeñas "picas" entre algunos participantes...
- Sí sí, eso estuvo muy bueno e hizo que todo sea más llevadero. Y que nosotros nos llevemos también ayudó al éxito del programa, me parece. No fue un programa que se dejara llevar por las peleas o los conflictos. Había una cuestión de competencia lógica porque todos queríamos ganar, pero no eso de andar peleándonos todo el tiempo. Sí hubo algunas discusiones o enfrentamientos pero, en lo personal, mi mayor pelea era conmigo mismo, porque si yo no me superaba a mí mismo, me dejaba comer por los otros, digamos. Ellos venían mucho más avanzados, entonces si yo me metía en una pelea y gastaba energía en eso, terminaba perdiendo.
- ¿Te imaginaste llegando a la final?
- No, la verdad es que hasta último momento no. Mi objetivo, una vez pasado el repechaje, era llegar a la final. Más allá de ganar o no, quería ser finalista. Y una vez que quedé me pude relajar y disfrutar mucho más, y mostrar mi arte. Entonces los últimos desafíos quise mostrar, desde mi identidad, todo lo que había aprendido en estos meses de programa.
- Y finalmente ganó Gerardo: ¿cómo te llevabas con él?
- Justo Gerardo fue una de las pocas personas con las que no tuvimos mucho feeling. Pero no sólo yo, sino en general. Él entró como en un personaje, no sé, es raro en sus actitudes... Por ejemplo, a mitad de programa nos bloqueó a casi todos, nadie podía seguirlo en Instagram. Y yo ni me ato a eso, pero es raro, todos los que estábamos en el programa estábamos viviendo un momento épico que se va a dar una sola vez en nuestra vida. Está bueno formar vínculos y, de repente, él nos bloquea. Después nos desbloqueó porque “hicimos las paces”, pero cuando terminó el reality nos dejó de seguir. Como que se comió otro personaje… Yo la mejor con él, si me lo cruzo todo bien, pero son actitudes o cosas que no te cierran en una persona.
- Quizás se tomó la competencia desde otro lugar, ¿no?
- Yo creo que sí. Su objetivo era ganar. Y ganar seguidores y fama. Lo logró y está buenísimo. Mi objetivo en todo esto era formarme como diseñador.
-Pero los seguidores y la fama me imagino que llegaron igual, ¿cómo te llevás con eso?
- Sí, ¡re llegaron!. Me llevo bien pero lo que me cuesta ahora es que no puedo chamuyar con nadie (risas). Subo una foto y tiene 4000 likes. ¡No puedo saber si un chongo le puso like o no! Pero re bien igual, es divertido, además en mi caso tengo muy pocos haters. Y eso está bueno porque el amor se siente y no tengo la parte mala. Igual todavía me estoy acostumbrando a esto, es algo muy nuevo para mí. Ahora me pasa que me despierto y capaz tengo 100 mensajes nuevos, e intento responder todos pero algunos se enojan si no les respondo.
- ¿Y en el cara a cara también se complica el chamuyo o la fama ayuda?
- Mmm no tanto, la gente como que se aleja ahora. Por ahi alguien que no te conoce se acerca, te pide una foto y te quedás charlando un rato, pero no se acercan taaanto ahora. Como que se acercan desde otro lado, más como “fanáticos” por así decirlo, que para entablar un vínculo con alguien. Pensé que por estar en la tele iba a levantar más, pero no che... ¡cero ja ja!.
- Quizás les da un poquito de cosa la exposición...
- Sí, quizás va por ahí, se inhiben.
- El otro día leí una nota donde contás que estuviste con Facu Mazzei, capaz tienen miedo de que en la próxima nota hables de ellos.
- Jajaja una vez me pasó igual. Estaba en un boliche chamuyándome un pibe, la estaba remando yo mucho más que él… Y yo la verdad con Facu tengo un vínculo muy bueno porque, si bien pasan cosas de vez en cuando, no somos novios. Somos amigos, nos llevamos muy bien, y fin. Y cuando apareció Facu me cagó todo el teje, ya está ja ja.
- ¿Y hay algún otro chico del medio con el que te gustaría salir? ¿O te llegan mensajes?
- Mensajes llegan, sí. Pero yo no sé... Famosos me gusta Maluma ja ja. No es algo que me mate salir con un famoso. De hecho: menos famoso, menos conocido, ¡mejor! Si no tiene Instagram más todavía, pero bueno es muy dificíl hoy en día que alguien no tenga Instagram.
- ¿Vos te consideras medio adicto a las redes? WhatsApp, Instagram…
- Con WhatsApp soy un desastre, no respondo nunca y tampoco me enrosco. Pero Instagram me divierte más, subir una foto y todo lo que implica. Pero no soy adicto al tema de los likes, de quién la vio y quién no, y eso. Lo uso para entretenerme y ya, de hecho ahora no sé ni dónde tengo el celular y no me molesta. No estoy pendiente.
- ¿Te sirvió para tu marca de ropa?
- Sí, estoy hace casi tres años con Anunnaki pero la historia arranca mucho antes. Yo soy de Río Negro, terminé el colegio, me vine a vivir a Buenos Aires y al toque empecé a trabajar como modelo. Ahí me hice un montón de contactos: fotógrafos, maquilladores y demás. Mientras tanto estudié Relaciones Públicas y cuando terminé me di cuenta que quería combinar todos mis conocimientos y armar una marca de ropa. Mi idea también era mostrar algo que no se estaba viendo tanto en Argentina, que es la ropa “sin género”. Prendas para hombres y para mujeres, intercambiables. Es un camino difícil porque es algo complicado de posicionar, a la gente le cuesta un poco más aceptarlo o no se anima...
- Y después de tu paso en Corte y confección, ¿no te dieron ganas de un trabajo en los medios?
- Si la oportunidad aparece probablemente la agarre, porque ahora estoy en un momento en el que quiero trabajar mucho y de todo. Pero yo sé que trabajar en los medios puede durar un momento y después desaparecer, en cambio mi marca es algo que quiero que perdure. Si aparece una propuesta mediática, genial, pero tampoco me desvivo por eso.
- ¿Te ves en un programa como el Bailando por ejemplo?
- Pero sí, ¡obvio! Yo te agarro todo. Yo entre a Corte y confección sin saber coser y llegué a la final. Si voy al Bailando sin saber bailar, llego a la final también ja ja.
- ¿Y con el jurado del reality cómo te llevabas?
- Bien, ¡súper bien! Capaz con Fabián Zita no me llevaba tan bien, pero la verdad es que ahora que terminó el programa y estoy mucho más relajado, me doy cuenta que era más que nada por la exigencia y por el estrés que tenía. Pero con Vero y con Benito me llevo súper bien. Con Vero se dio una relación re linda, con mucho cariño; sus devoluciones me sirvieron muchísimo.
- ¿Y Andrea Politti, la conductora?
- Andrea es lo más, hizo que todos nos sintamos muy cómodos en el programa. Te hacía sentir contenido y relajado.
- Era un poco la mamá del grupo, ¿no?
- Sí, ¡tal cual! Todos, Andrea, el jurado y Matilda eran como nuestros padrinos.
- ¿Y con Matilda qué tal? Es brava a veces...
- Sí, pero re bien. A mi ese personaje me divierte mucho. Además sabe muchísimo, entonces hay cosas que ni le podés discutir porque sabés que tiene razón. A mi lo que me pasó es que me jugó muy en contra el estrés. Porque imaginate, aprendo a coser, le meto a la costura, le metó al diseño, a todo, y de repente viene Matilda y me dice “eso me parece horrible”, y miro la hora y me quedan 10 minutos, ¿cómo hago? Te la agarrás con ella pero no es la culpable, es como que todo tu estrés lo canalizás en eso. Yo creo que hicimos más de lo que una persona puede hacer en una carrera entera. Fue un desafío por día durante más de 100 programas.
- Y para cerrar, ¿qué fue lo peor y lo mejor de tu paso por Corte y confección?
- Peor no hubo nada para mí, porque entré siendo una persona y salí siendo otra, que creo que es lo mejor. No terminé siendo ganador, pero todo lo que aprendí es lo que gané y nadie me lo va a sacar. Así que malo no hubo nada, por ahí que dormíamos poco, y nos estresábamos y se me caía el pelo ja ja. Todo lo que pasó ahí adentro fue positivo y creo que ahora se viene lo mejor.
Fotos: Musepic https://www.instagram.
Videos y edición: Leandro Bevilaqcua https://www.instagram.com/
Producción: Aldana Moreno Lusianzoff https://www.
Maquilló y peinó: Marina Sahores para Marra Make up https://www.instagram.com/
Vestuario: Anunnaki https://www.instagram.com/
Agradecimientos: Made in Chola https://www.instagram.com/