Anoche, Café Berlín fue escenario de una verdadera celebración al legado de Soda Stereo.
La banda tributo Ruido Stereo volvió a Capital con un show impactante que logró algo pocas veces visto: transportar al público al corazón mismo de una época dorada del rock latinoamericano.
Con entradas agotadas y una sala colmada de fans de todas las edades, la banda demostró por qué no son simplemente un tributo más.
“No solo somos una banda tributo. Somos un puente”, declaran en sus redes sociales y anoche lo dejaron claro.
Desde los primeros acordes hasta el último bis con su versión de Prófugos, mantuvieron viva la magia de Soda y Gustavo Cerati, no solo con fidelidad musical, sino con una interpretación cargada de emoción y presencia escénica.
El cantante —cuya voz sorprendentemente similar a la de Cerati dejó sin palabras a los presentes— fue uno de los puntos más altos de la noche.
Su tono, su forma de frasear y la conexión con la audiencia hicieron que por momentos el espíritu de Gustavo pareciera habitar el escenario.
La lista de temas repasó grandes himnos como Zona de promesas, La Cúpula, La Ciudad de la Furia y De música ligera, entre otros clásicos que el público coreó sin pausa, además de algunos de Cerati solista: Adiós, Crimen, La excepción y Magia.
La cita del 24 de julio en Café Berlín, ubicada en el corazón de Villa Devoto, no fue una fecha más. Fue una noche para agendar, como bien prometían, y para muchos, una forma de volver a sentir a Soda Stereo en vivo.
Ruido Stereo no solo rinde homenaje: reaviva. Y anoche, el eco de Cerati y su banda sonó más fuerte que nunca.