El paso del tiempo se hace sentir en Hugh Grant (53), quien se resiste a evadirlo con cirugías estéticas o tintura, y todavía se mantiene atractivo con sus ojos claros y su sonrisa indeleble. El actor inglés fue uno de los espectadores de lujo que el domingo presenció la final de Wimbledon, que Novak Djokovic le ganó a Roger Federer.
Con un look muy sofisticado con aire de intelectual y clásico, el galán lució un traje gris con camisa blanca, corbata de interpolación y anteojos de marco negro. Firme a su lado estaba Anna Elisabet Eberstein, la productora de televisión sueca y madre de su hijo menor, vestida con un elegante equipo en blanco y negro. El reencuentro de ambos hizo cundir las especulaciones sobre una eventual reconciliación de la pareja.
Sin embargo, el título de la nota lo llevó esa sobriedad de Hugh, sumada a su tez pálida, que dejó al descubierto las "patas de gallo" al costado de los ojos y sus nutridas canas. Algo que muchas mujeres pueden encontrar atractivo, más allá de las virtudes en la intimidad que la actriz Elizabeth Hurley reveló en una entrevista televisiva: "Era un 10 en la cama. Estuve con él durante 13 años".
Mientras tanto, Hugh Grant continúa con roles destacados en Hollywood, donde finalizó la filmación de la película de la serie de acción y aventura El agente de CIPOL, que se estrenará en agosto. Además, se encuentra en el rodaje de Florence Foster Jenkin.