Ansiosa por el nacimiento de su primer bebé con Orlando Bloom, Katy Perry contó que en 2017, cuando se separaron durante un tiempo, la pasó tan mal que recuerda esa época como la peor de su vida.
En diálogo con radio SiriusXM CBC, reveló que además de la ruptura no le fue tan bien como esperaba con su disco Witness y eso la derrumbó.
"Mi carrera iba en camino ascendente y, de repente, tuvo esta pequeña mierda, que no fue tan malo desde una perspectiva exterior. Pero para mí fue un terremoto. Le había puesto tanto y literalmente me partió al medio. Acababa de separarme de mi novio, que ahora es el padre de mi bebé en camino, y estaba emocionada con el próximo álbum, pero no fue bien valorado, entonces me hundí", reveló, sincera.
"Acababa de separarme de mi novio, que ahora es el padre de mi bebé en camino, y estaba emocionada con el próximo álbum, pero no fue bien valorado, entonces me hundí".
En la misma línea, confesó que logró volver a ponerse de pie gracias a su fe. "Fue tan importante para mí estar quebrada para poder encontrarme y empezar a mirar las cosas desde otro lugar. La gratitud es probablemente lo que salvó mi vida porque sin ella me hubiera revolcado en mi propia tristeza y probablemente hubiera caído. Pero encontré la forma de agradecer. Si se pone difícil, muy difícil el camino, digo: 'Estoy agradecida, agradecida', aunque esté de muy mal humor", remarcó.
"La gratitud es probablemente lo que salvó mi vida porque sin ella me hubiera revolcado en mi propia tristeza y probablemente hubiera caído".
Actualmente, Katy se siente bien y es muy feliz con su familia. Remarcó que entendió que ella es quien controla su destino, aunque siempre se refugia en Dios. "Mi esperanza es que alguien más grande que yo me creó por una razón, que no soy prescindible y que toda persona fue creada con un propósito", concluyó, reflexiva.