En un clima mundial dominado por el horror de guerras como la de Vietnam, la violencia racial y el recrudecimiento de enfrentamientos entre grupos de protestas y fuerzas represoras, John Lennon lanzó hace 50 años "Imagine", un utópico himno que abogaba por la paz y la comunión absoluta entre las personas, que se convirtió en la canción más representativa de su prolífico catálogo y lo convirtió en un ícono pacifista.
Con una sencilla, pegadiza y bella melodía; el exbeatle proponía en la lírica imaginar un mundo sin fronteras ni religiones, en la que además de la manifiesta invitación a una soñar una existencia regida por la paz y el entendimiento, lanzaba sutiles cuestionamientos contra los poderes fácticos, como la religión, al responsabilizarlos de la división entre los seres humanos.
Esta gran síntesis entre calidad artística y la fuerza de un mensaje atemporal y abarcador hizo que esta canción, que abre el disco homónimo lanzado el 9 de septiembre de 1971, haya trascendido generaciones y sea reconocida incluso por aquellas personas ajenas a la obra de Lennon; además de establecerse como un tema insignia en actuales campañas por la paz.
"Imagine" erigió también a Lennon como un referente mundial del activismo por la paz, una etiqueta que se impuso y diluyó otras facetas de su compleja personalidad, presente incluso en otras canciones de ese mismo álbum.
"En `Imagine', John mezcla un poco todo, sus ideales, sus sueños, su lucha política y también su poesía y su arte. Tiene un lado tierno pero, si rascás un poco la olla, te das cuenta que no es solo un himno de paz y amor, esa cosa medio tonta de `cantemos todos juntos agarrados de las manos', sino que tira un par de consignas y palitos, como cuando dice `imagina que no hay religiones'. Y además tiene esa cosa de involucrar al oyente cuando lo invita a unirse", analizó a pedido de Télam el músico Fernando Blanco, líder de Nube 9.
El periodista especializado Sergio Marchi, co-autor junto a Blanco de varios libros dedicados a analizar la obra de Los Beatles y la carrera solista de sus integrantes, definió a esa canción como "un himno de paz y amor universal, expresado de manera muy simple y muy clara" y recordó que Lennon en aquellos días estaba muy activo en su campaña por la paz, por lo que esta canción se convirtió en su jingle.
Pero más allá de que tanto Marchi como Blanco coincidieron en destacar que el exbeatle ya había exorcizado algunos padecimientos internos, comenzaban a cicatrizar las heridas de la ruptura de la legendaria banda y estaba a punto de iniciar su etapa más radical a nivel político, el periodista relativizó que esas circunstancias tuvieran real influencia en la composición de "Imagine", porque "sabía cómo componer una canción que reflejara un estado de ánimo contrario al que tenía en ese momento".
Desde el punto de vista musical, el tema presenta una gran sencillez tanto en su composición como en el tratamiento sonoro a la hora de ser registrado, con una instrumentación resuelta solo con un piano que se limita a acompañar la voz, la batería y el bajo haciendo una base simple, y unas sobrias cuerdas añadidas de fondo.
"John sabía que tenía un tema importante por la letra y la melodía, y quiso dejarla simple", señaló Blanco, en tanto que Marchi apuntó que "después de Los Beatles, Lennon buscó una estética más simple, más despojada, alejada del barroquismo que podría tener un Paul McCartney".
Pero si la simple belleza de su melodía hizo que el tema calara hondo en el público, un espacio igual de importante merece la letra de la canción, inspirada originalmente en un poema de su esposa Yoko Ono, incluido en el libro "Grapefruit".
La invitación a soñar un mundo sin barreras de ningún tipo y la idea de lograrlo a partir de la unión de esos deseos fueron un factor decisivo en el rumbo que tomaría esta canción en el imaginario popular.
Cierto carácter bucólico que a simple vista pareciera atravesar la letra queda sepultado si se tiene en cuenta la crítica solapada que contiene, según lo remarcado antes por Blanco, y por el carácter cada vez más político que estaba adquiriendo la obra de Lennon, con marcadas inquietudes que lo acercaban a grupos de izquierda.
Aunque se ha señalado que "Imagine" era una lectura personal de Lennon al Manifiesto Comunista, el historiador Horacio Tarcus, especialista en socialismo y marxismo, opinó que "se inscribe más en la tradición del `socialismo utópico'.
"Marx y Engels, con su énfasis en el carácter científico de su sistema, le pusieron un freno a la imaginación utopizante. Para ellos, el comunismo no sería la realización de un ideal, sino la resolución de las contradicciones del capitalismo. `Imagine' tiene, en cambio, ecos de Henri, de Saint-Simon y de Charles Fourier, que le dieron rienda suelta a su imaginación utopizante", explicó ante la consulta de Télam.
En este punto, advirtió que estos pensadores ?cuyo mote de "utopistas" fue puesto por los propios Marx y Engels- "no creían en la utopía como quimera, sino como anticipación visionaria" y recordó que "en la cultura británica, ese género fue muy potente desde Tomás Moro", por lo que concluyó que "`Imagine' está más en la línea del socialista británico de William Morris que en la de Marx".
Acaso la mayor demostración del ineludible carácter de himno pacifista en que se convirtió la canción sea el hecho de que en 2017 Amnistía Internacional publicó un libro con la letra ilustrada y prólogo de Yoko Ono, dirigida a niños y docentes "para continuar con el legado de la construcción de un mundo pacífico", tal como recordó a Télam Mariela Belski, la directora ejecutiva de esta organización en nuestro país.
"Creemos en el arte como una poderosa forma de activismo que tiene el poder de comunicar ideas complejas apelando a un costado emocional, con un tono inspirador, para que más personas se tomen las injusticias de forma personal. Tiene la capacidad de generar comprensión y promover empatía y vínculos solidarios. Todas sus formas tienen el potencial de dar a las personas una voz", dijo la directiva en relación al papel que puede jugar una obra, como en este caso, en una campaña de difusión.
Ese parece haber sido el recorrido realizado por esta composición que marcó para siempre la imagen de Lennon, a pesar de su prolífico y diverso catálogo.
"La gente tiende a simplificar lo que es ser un pacifista. John era una persona bastante compleja, con una variada agenda de intereses. John era mucho más activo eingenioso y, este mismo disco, alterna momentos donde busca transmitir paz, o donde tiene estados de ánimos más acalorados", apuntó Marchi.
"Siempre está la injusticia de parcializar a un artista, pero la verdad que esta es una gran canción y por eso llega a la gente. Ejerce una síntesis que no muchas canciones tienen entre simpleza musical, una melodía que penetra la barrera de lo emocional, una letra más profunda de lo que parece y un título con toda una significancia", concluyó Blanco.