Hace más de 20 años que Gustavo Méndez (41) ejerce el periodismo, pero desde que la China Suárez lo eligió para romper el silencio en una entrevista cobró inusitada popularidad, al punto de que Wanda Nara lo coloque como enemigo y vocero también de Mauro Icardi.
Con padre plomero y gasista, y madre ama de casa, el panelista de Mujeres Argentinas tuvo una infancia feliz hasta que un tumor en la médula espinal casi lo deja paralítico, pero gracias a la pericia de los médicos del Hospital de Niños Garrahan, su fe y fuerza de voluntad logró torcer el destino.
Méndez nació en San Nicolás de los Arroyos, en el límite entre Buenos Aires y Santa Fe, viajó a estudiar a Buenos Aires “buscando el sueño de ser periodista”. “Vengo de la escuela periodística del rigor, de la información, de Héctor Ricardo García”, afirma orgulloso desde el Centro de Contenidos Multiplataforma de Artear.

-¿Cuántos años tenías cuando te diagnosticaron el tumor de médula?
-Fue a los 13 años, pero los síntomas empezaron a los 11. Me levantaba llorando por el dolor de espalda y daba vueltas alrededor de la mesa para que se me pase. Dormía sentado porque apaciguaba el dolor y después me iba al colegio.

-¿Cómo era tu vida a esa edad?
-Jugaba al fútbol y al básquet federado. Mis viejos no tenían obra social y terminé en el Hospital Garrahan. Tenía bajo peso, la columna desviada, no orinaba ni iba de cuerpo. En 1997 me operaron.

-¿Y se resolvió todo?
-Ahí vino lo peor. Fueron diez años para estar bien. Empecé en silla de ruedas, pasé al andador, después a la muleta, para poder volver a caminar. Me quedó la pierna derecha atrofiada, reflujo renal, vejiga neurogénica, me apareció la enfermedad de von Willebrand, que es que no te coagula, pasé por estudios muy duros de urología.
-¿Ahora cómo estás?
-Estoy bien, a base de muchos sacrificios. Si hasta había usado un Corsé Milwaukee porque tengo 28 grados de escoliosis. Se sentía como que estaba durmiendo empalado. Ahora me hago controles con mi neurocirujano Carlos Routaboul, y Mariano Noel, que fue mi traumatólogo. Tengo plantillas de dos centímetros en el calzado.

-¿Cómo te cuidás diariamente?
-Trato de cuidarme mucho con la alimentación por el tema del riñón, porque además me operaron de reflujo renal. Pero lo más fuerte fue lo del tumor: los médicos decían que podía quedar paralítico. Ahí fue cuando recé muchísimo, me aferré a la fe, y siento que la Virgencita María del Rosario de San Nicolás me ayudó. Fue un milagro. Lo viví así, con mucha fe… porque no solo superé todo, sino que después volví a caminar. Para mí, eso fue una segunda oportunidad que vino de la mano de ella
-¿Cómo fue esa cirugía?
-Era horrible. Ahí sí lloré, la pasé mal, porque ya tenía 18 años y querían que orine por el ombligo con una cirugía estética para no utilizar la vejiga. Pero recé tanto que la urodinamia salió bien y solo me operaron del reflujo renal, no por la vejiga neurogénica.

-¿Tenés la posibilidad clínica de ser padre?
-Es algo que me da miedo por lo que yo transité de chico. No es algo que descarto, es algo que me interesa. Puedo hacerlo por suerte, soy fértil. Es algo que he hablado con mi pareja y que está en un plan futuro, pero no cercano.
CÓMO SE CONVIRTIÓ EN EL PERIODISTA ELEGIDO POR LA CHINA SUÁREZ
-María Belén Ludueña te bautizó como el “vocero de la China Suárez”. ¿Cómo te sienta ese mote?
-Me río, porque sé que Belu lo dijo con la mejor de las intenciones, de una manera amistosa. Vocero es Manuel Adorni, a quien le dicen lo que tiene que decir, pero a mí no. En Bendita hicieron un muy buen informe sobre esto. A la China le escribo como a un montón de artistas. Ella me responde.

-¿Por qué crees que te eligió?
-Me eligió a mí por algo, no lo sé. Eso lo sabrá ella.

-¿Cómo nació la relación profesional con la China?
-La conozco desde 2007, en entrevistas a solas o con otros actores en la época de los Teen Angels. Creo que ella entiende que soy un periodista, no un chimentero. Que soy un periodista que informa y no opina.
-¿Sos amigo de la China?
-No, no soy amigo de la China. Me cae bárbaro. La he visto jugar al fútbol con los técnicos de Polka, tirada en el pasto.

-Pero la conocés bastante...
-Hay diferentes tipos de amistades, ¿no? Podés tener una muy buena onda con alguien como sucede con la China. Se dio de manera natural, porque me empezó a seguir en Instagram. Yo la seguía como sigo otros artistas. Pero no quiere decir que soy amigo. Es una actriz a quien yo le consulto y ella me responde como periodista. Podemos tener charlas íntimas. Pero quedan ahí.

BELÉN, EL GAN AMOR DE GUSTAVO
-¿Cuál es tu situación sentimental?
-Estoy de novio hace seis años con una periodista que trabaja en Crónica, pero hace muy poco estamos conviviendo.

-¿Cómo se llama? ¿Cómo lo conociste?
-Se llama Belén. Es de Rosario, así que es cerca de San Nicolás. Nos conocimos en Buenos Aires. Cuando trabajaba en Perfil yo daba Espectáculos en el posgrado de periodismo en la Universidad de El Salvador. Ella era una de mis alumnas, después yo dejé de dar esa cátedra.
-¿Estaban los papeles limpios?
-Los papeles limpios también de cada lado. No nos seguíamos en redes, pero al año siguiente me comentó una historia de un estado WhatsApp, y la invité a desayunar unos mates un domingo a la mañana a los bosques de Palermo.

-¿Qué edad tiene? ¿Qué proyecto de vida tienen juntos?
-Tiene 32 años. Por ahora es disfrutar de la convivencia, y también posicionarnos en los medios de comunicación, que no es nada fácil. A corto plazo irnos de vacaciones porque no damos más.
Es que Gustavo Méndez no para. Trabaja en Mujeres Argentinas, en el streaming de la Televisión Pública, en Implacables y Love Streaming en el Shopping Abasto. Además, es activo en sus redes sociales, al punto de pelearse con Wanda Nara por X, y comparte el ciclo digital La Posta con su amiga Naiara Vecchio.
“Estoy cumpliendo el sueño de aquel chico que se vino en el año 2002 con un bolsito a vivir a Buenos Aires. No tenía ni para una pensión, y ahora estar en eltrece es un orgullo para mí y para mi familia”.
VIDEO Y EDICIÓN:
FERNANDO HALPERÍN