A sus 53 años, se la nota segura de sí misma, sabiendo qué quiere y por qué. Embarcada en un gran proyecto que verá la luz el lunes a las 14.45 por eltrece, Viviana Canosa no esquiva ningún tema en la charla con Ciudad.
Su profesión, su vida íntima, cómo es como mamá de su hija Martina Borensztein (11), por qué no está en pareja, cómo es en la intimidad y otras jugosas confesiones.
“El único lugar en el mundo en el que me siento en paz, además de mi casa, es en la tele. Nunca tengo miedo en un estudio de televisión”.
-¿Cómo fue que te convencieron para volver a la tele con Viviana en vivo?
-Ay, fue todo un tema, ¿eh? Te juro que no es que me hice rogar, pero no fue tan fácil. Porque pude aprovechar el año pasado, que fue así como más sabático, obligado, pero más sabático, y viajé más, y me fui a Uruguay a hacer conferencias, y me gustó también esa vida, porque hace 34 años que trabajo y los últimos 7 u 8 habían sido de una intensidad tremenda. Descubrí el año pasado que podía tener una vida normal, y ya me había acostumbrado, dije, “bueno, seguiré dando conferencias, voy a hacer documentales para Estados Unidos”, y de repente aparecen Adrián Suar y Pablo Codevilla con esta oferta y estuvimos como 2 o 3 meses viendo si era el horario, si era el formato. No es que me hacía la interesante, pero quería saber. Quería hacerlo convencida, y bueno, nos pusimos de acuerdo, me encantó el proyecto, y acá estamos.
-Estabas en una búsqueda personal y también profesional en el último tiempo.
-Sí, claro, bueno, esto vino a sacarme de mi zona de confort absolutamente, porque no tenía pensado volver a un programa a la tarde, un magazine. Ya me había acostumbrado a la noche, aunque era muy sacrificado porque era muy tarde. Encima, en un país tan caótico como la Argentina, capaz que producía todo el día el programa, y a las 10 de la noche el país era otra cosa.

-Imagino que eso igual lo disfrutabas un poquito.
-Me encanta, sí, pero es un nivel de adrenalina y de cortisol que no te das cuenta hasta que parás. De hecho, cuando paré dije, “¿cómo pude hacer radio, tele, tres pases por día, un programa pensado con mi cabeza, darlo todo, acostarme tarde, no dormir, la maternidad, la casa?“.
-¿Sentís nervios antes del debut todavía?
-¡Todos! Sí, todos los que se te ocurran. Me despierto a la madrugada y no puedo parar de pensar en el programa, en cómo va a salir, en qué voy a hacer, en qué voy a decir. Y todos los días, desde que empezamos a planearlo con Andrés, el productor ejecutivo, hacemos un programa como si ese día saliera el programa. O sea, que somos dos trastornados que hablamos a la noche y a las nueve de la mañana estamos armando un programa, hacemos la venta, todo, todo como si estuviéramos al aire, con los editores, productores, todo el mundo activo. O sea, que el día del debut tendremos los nervios del debut, pero no los de que, por ejemplo, la venta no salió como queríamos.
-La improvisación no te gusta.
-Claro. No estamos improvisando. Yo improviso mucho al aire, pero siempre sobre una base de cosas de las que sé, en las que puedo jugar y me siento firme. Obviamente que te aparece una cosa de último momento, vos tenés toda la información en la cabeza y le vas sumando la actualidad, más el equipo. Pero que todo lo que tiene que salir bien, salga bien. Somos un grupito de obsesivos, pero creo que las cosas hay que pensarlas siempre desde la perfección, aunque después nunca salgan perfecto, pero nivelar para arriba. Que hay esta gente que dice, no, bueno, vamos y que sea lo que Dios quiera. Siempre es lo que Dios quiere, pero si uno cree que tiene un poquito el control de algo, está mejor. Después, igualmente, siempre es Dios el que tiene el control de todo. Pero si uno puede ayudarlo, está bueno. Dios recompensa, ¿viste?
-¿Sos muy creyente, rezás todas las noches?
-Rezo todas las noches, rezo todo el tiempo, todos los días. Ahora por Kim, la nena que mataron en La Plata, no paro de rezar. Tengo un momento y rezo. Para mí el rezar es como la meditación. Rezo y medito también, pero con el correr del tiempo, medito todo el día. Puedo estar meditando en este momento, en la nota, sí. Tengo mucho camino recorrido y mucho dolor atravesado. Entonces, bueno, finalmente hoy veo los frutos de eso. También me gusta mucho rezar por los demás. Me fascina. Rezo por gente que no conozco: “Dame el nombre que yo le rezo”, les digo. Me gusta, lo hago siempre. Lo hago desde muy chica. Y ahora ya lo hago más a nivel consciente.
“Mi hija va a tener su bat mitzvah este año. Su papá (Alejandro Borensztein) es judío, y yo decidí mandarla a un colegio de la comunidad, de común acuerdo con él. Y bueno, hace un par de años ella siente pertenencia ahí. A mí me parece genial. Yo soy re católica. Pero no la convencí para que se ‘venga’ de mi lado, porque aparte yo también tengo algo de mucha conexión con el pueblo judío. Amo Israel”.
-¿Y con el tema de la meditación?
-La aprendí. Pero a la vez rezar es meditar. Por lo tanto, eso ya vino conmigo y lo que hice fue con el tiempo pulirlo y mejorarlo. Me da mucha paz. Meditar y rezar, que son como lo mismo, me dan mucha paz. Vivimos en un mundo caótico, no solo en un país caótico. Entonces, con la meditación y los rezos, te conectás con lo espiritual, porque no te queda otra cosa más que pedir Justicia y conectarte con lo espiritual y siempre poder ayudar al prójimo, obviamente.
La relación con su hija Martina
“Hasta que mi hija cumplió 6 años no trabajé de esta manera en la que trabajo ahora. Ella, entonces, me decía ‘las madres no trabajan de noche en televisión’. Ahí le expliqué que hay mamás que no trabajan en la tele, pero que trabajan de noche y son cocineras, enfermeras, doctoras. Y que las mamás trabajan cuando pueden”, relata Viviana con dulzura.
-¿Y ahora cómo lo toma?
-Bueno, ahora está feliz de la vida con mi trabajo. Nos vamos a levantar juntas a desayunar. Eso para mí era muy importante, especialmente porque empieza el secundario. De hecho, la postergación del programa me vino bien para poder llevarla y buscarla el día que arranca el cole. La disfruto y la disfruté tanto, tanto. Finalmente todo lo que hago yo es para las dos.
-Antes de empezar la nota se estaban mensajeando y organizando el día.
-Sí, nos mandamos unos “te amos” y organizamos porque después me voy a buscarla al templo, pronto va a tener su bat (mitzvah) este año, si Dios quiere.
-¿Le copa, entonces, que trabajes en la tele?
-Sí. Ya está en una edad en la que le gusta lo que la mamá hace. Antes no quería que haga política, pero bueno. Este es un magazine y vamos a tener la mezcla de todo, de espectáculo, de la política, de la actualidad. Bueno, lo que sea noticia va a estar. Y aparte la política es lo que nos pasa a todos.
-Y a vos te encanta también.
-A mí me fascina. Si no hubiera políticos corruptos sería política, pero bueno, es muy difícil. Pero, ¿quién te dice? Me encantaría. Creo que cuando Martina tenga algunos añitos más, me voy a dedicar seguramente a algo de eso, porque me apasiona. Me apasiona lo social, me apasiona estar en el día a día con la gente. Me apasiona la calle, me apasiona lo que nos pasa a nosotros, a los seres humanos. No me sentaría en un sillón a hablar de lo que le pasa a la gente como si no supiera quién es la gente. Creo que los políticos se pierden una gran experiencia.
“A mí me gusta medir, pido que me digan minuto a minuto. Sé que si estamos en un rating que a mí me gusta, puedo seguir. Y si caímos un poquito, puedo irme a otro tema. Vengo a la tele a hacer rating. El que te dice que no, te miente. Porque si no, te echan”.
-Volviendo a lo que contabas de tu hija, y aunque sé que a los adolescentes no les gusta mucho que hablen de sus vidas, te repregunto sobre su decisión de volcarse de lleno al judaísmo y cómo lo tomaste vos.
-Bueno, su papá (Alejandro Borensztein) es judío, y yo decidí mandarla a un colegio judío, desde era muy chiquita, de común acuerdo con el padre. A mí se me ocurrió que ese era el colegio para ella. Y bueno, hace un par de años siente pertenencia ahí. A mí me parece genial. Yo soy re católica. Pero no la convencí para que se “venga” de mi lado, porque aparte yo también tengo algo de mucha conexión con el pueblo judío. Amo Israel. Fui con su papá hace muchísimos años y la quiero llevar a ella. No ahora, por supuesto, que es lamentablemente una locura lo que está pasando. Y bueno, es una decisión que tomó, que a mí me encantó, me parece que está bueno. Y es muy lindo acompañarla. Yo ahora voy y la busco en el templo y me quedo ahí también, rezando a mi manera y acompañándola para su celebración.
-Claro, el bat es un momento importantísimo.
-Sí. Y aparte es muy emotivo, con las velas, haciéndole un reconocimiento a todos los seres que te acompañan y que te quieren y diciéndole a la gente que la querés, cuánto la querés y cuánto le agradecés. Creo que eso tenemos que tomar también, los católicos, porque es muy interesante. Yo tengo la mezcla de las dos religiones, se puede convivir y es hermoso.
La tele, su gran amor
-¿Te arrepentís de algo que hayas dicho o hecho al aire?
-No, de nada. Seguramente diré barbaridades también ahora. Pero, mirá, el único lugar del mundo donde yo me siento en paz, además de mi casa, es en la tele. Nunca tengo miedo en un estudio de televisión. Los gerentes dirán, “un poco podrías tener, querida”.
-¿Sos de mirarte ahora por YouTube o rebobinando en Flow?
-Poco. A veces me miro y digo “Dios mío, qué brava”. O “qué atrevida”. Pero bueno, también todo eso me llevó hasta acá. Volviendo a la pregunta anterior, no es que no me arrepiento porque digo “todo lo hice bien”. No me arrepiento porque ya está hecho. Aprendo de lo que me pasó y de lo que hice. Pero el vivo tiene algo que, al que le gusta esto y al que le pone pasión, le resulta inexplicable. Nunca consumí drogas, pero calculo que la gente que se pega esos viajes siente algo así... Y bueno, soy muy atrevida, pero es mi personalidad.

-¿Te preocupa el rating?
-¡Obviamente, sí! No me preocupa, me ocupa. No me preocupa porque trato de hacer cosas para tenerlo y para que a la gente le guste lo que hago. Pero por supuesto, si vos tenés un restaurante y vendés milanesas pero la gente no las come, por más que sean ricas, no sirve. A mí me gusta medir, pido que me digan minuto a minuto. Sé que si estamos en un rating que a mí me gusta, puedo seguir. Y si caímos un poquito, puedo irme a otro tema. Vengo a la tele a hacer rating. El que te dice que no, te miente. Porque si no, te echan. Es así de simple. Medir con las cosas que a mí me gustan, por supuesto.
La intimidad de Viviana
-Bueno, tengo que preguntarte por todo lo que tiene que ver con tu vida privada. Porque vos decís que no salís con hombres, que no tenés citas y yo no te creo nada.
-¡Te lo juro! Estoy absolutamente desinteresada. Me deberían pasar algo la China (Suárez) y Wanda (Nara), que están como prendidas fuego. Bueno, tienen otra edad. Yo soy más grande. Capaz que a esa edad era más atrevida. Ahora encontré la felicidad en la paz. Y entonces un hombre que llega a mi vida tiene que traer mucha paz. Cuando digo paz quiero decir que no me fastidie. Que no sea posesivo, celoso, demandante, tóxico. Ya tuve un montón de tóxicos. Yo también lo fui. Porque no tenés un tóxico si vos no lo sos. Entonces ahora, no sé. Es difícil. Porque, ¿viste? ahora todo el mundo es “pareja abierta”. Todo es joda. Jamás aceptaría eso.
-¿Cómo te encontrás estando soltera? Porque has estado muchísimo en pareja a lo largo de tu vida.
-Y, me costó mucho al principio. Pero ahora estoy bien. Me divierto. Me enamoré de mí. Cuando no lo viviste decís, “¿qué dicen estos ridículos que se enamoraron de ellos?“. Pero cuando encontrás esa tranquilidad está buenísimo. Me di cuenta que la felicidad es que no te rompan las pelotas. Ni vos al otro, ¿eh? Porque yo también soy “rompepelotas” en pareja. Hace mucho que no estoy por ende, no sé. Pero digamos que sí, sé que soy “hinchapelotas”.
-¿Dejás la puerta abierta a volver a enamorarte?
-Creo que no llegó la persona. Pero no es que me hago la que no te quiero contar. Te juro que no... Todavía no me sedujo nadie para una cita.
“Si hablamos de hombres, me divertí mucho. Hice todas las travesuras. ¡Era tan sexópata que ahora podría irme a un convento!“.
-¿Y tus salidas son con amigas, con tu hija?
-Soy súper ermitaña. Además, me gusta mucho trabajar. Soy un plomo con eso. Me gusta mucho leer en mi casa. Los fines de semana me ocupo más de mi casa. Podemos salir, divertirnos. Aunque soy más de invitar a casa que de salir. Para mí el mejor plan siempre es en mi casa. Soy re vaga para salir. Así que no sé si son los años también. Igualmente, la verdad es que me divertí. Si hablamos de hombres, me divertí mucho. Hice todas las travesuras.
-Debe haber cosas que nunca nos enteramos, ¿no?
-Por supuesto. Que nunca se van a enterar y que todo lo que dicen es mentira. Y lo más divertido no lo saben. Y aparte porque si vos no querés que se sepa, no se sabe. Y ahora, si aparece esa persona será mucho mejor. Más ganancia. Porque tengo más cosas para ofrecerle. Pero si no viene a sumar, no. Para igualar o restar, ni que se le ocurra.
-Te escuché contar, no sé si es verdad, pero me gustaría preguntarte si lo es. ¿Tuviste sexo hasta el último día que pariste a tu hija?
-Sí, claro, por supuesto. Y creo que durante todos mis años de casada lo hacía varias veces por día. ¡Era tan sexópata que ahora podría irme a un convento! Pero bueno es el amor. Cuando estás enamorado te pasa eso. Además, tuve un embarazo fabuloso. Me re empoderó. Me embaracé a los 41 años y mi hija nació cuando tenía 42. Estaba plena, feliz. Me sentía divina, monísima, espléndida. Y sí, se me despertó todo eso. Ya lo tenía. Pero se despertó mucho más.
-Mencionaste a Wanda y a la China, ¿seguís ese escándalo, por ejemplo? ¿O estás totalmente alejada del espectáculo?
-Lo sigo. Aparte en el programa vamos a tocar todo tipo de temas. Lo que sí, hoy lo miro más desde un lugar que me causa gracia. Salvo que sea una tragedia. Pero en el caso este ya es como que no entiendo nada. Entiendo todo, pero a la vez digo, esto es una locura. A veces siento que esto es una cortina de humo. ¿Qué están tapando con esto? Porque a mí me parece que es mucho todo lo que cuentan. Algo que te tiene que quedar para vos. Hay un límite. Hay cosas que vos podés evitártelas. No hace falta.
Mirá la entrevista completa con Viviana Canosa en el canal de YouTube de Ciudad Magazine.