Camila Deniz llega a la redacción de Ciudad Magazine con su característica sonrisa a flor de piel. Está contentísima porque su vida cambió para bien en este 2024: es la participante estrella de Cuestión de Peso, ya lleva 25 kilos bajados (desde mayo) y mejoró su calidad de vida.
Además, según ella misma cuenta, aprendió a comer y a tener hábitos más saludables.
Además, Camilota cuenta en esta emotiva entrevista la entrañable relación que entabló con Karina, la mujer que ella eligió como madrina y “segunda mamá” a sus 9 años y que la acompañó a transitar los momentos más duros de su vida.
La participante del ciclo de eltrece también desnudó uno de sus mayores sueños: que Cris Morena la llame para trabajar con ella.
-¿Cómo estás, Cami? Sé que muy contenta porque llegaste a los 25 kilos bajados desde que estás en Cuestión de Peso.
-Sí, feliz. Creo que me faltan 10 para el alta. Es mi logro, ahora estoy sintiendo el cambio. Y más desde que Victoria y Melina, dos de mis compañeras del programa, están de alta. Así que ahora lo que pienso es que se puede y quiero ser la tercera.
-¿Qué hábitos sentís que incorporaste?
-Duermo mejor, aprendí a comer. Porque no sabía comer. La verdad, me pasaba mucho cuando salía a la calle y por ahí había un vendedor que compraba cualquier cosa.
Uno de estos días me pasó que estaba lloviendo, ideal para comer un chocolate y veía a una señora que estaba comprándose algo y yo estaba atrás con una manzana... Pero creo que ahí me demostré lo fuerte que soy. Le gano a la cabeza en esas situaciones.
-¿Físicamente cómo te sentís?
-Me siento mejor, me veo más linda. O sea, cuando entré a Cuestión de Peso dije “me amo como soy”. Pero creo que lo decía y no era tan así. Soy segura de mí, pero hoy por hoy que me veo, estoy más flaca, más linda. Y lo digo en el sentido físico porque yo soy toda linda, ja, ja.
Mirá, mi madrina Kari, siempre me insistía para que haga dieta. Y yo le contestaba: “me voy a morir así”.
“Llevo 25 kilos bajados desde que estoy en Cuestión de Peso. Me demostré lo fuerte que soy”.
-¡¿Decías eso, en serio?!
-Sí. Pero bueno, ahora cambió. Ayer justo hablábamos de esto con ella en su casa porque me estoy quedando ahí para poder viajar menos durante la semana, ya que de lunes a viernes estoy en la clínica de Cormillot.
Ella me abrió las puertas de la casa para seguir el tratamiento porque cuando empecé era mucho cambio y uno necesita contención.
-¿Cómo es tu relación con Karina?
-Primero te quiero aclarar que ella es mi madrina pero es un título que le puse yo. Ella me conoció cuando yo tenía 9 años. Era compañera de mi papá en una remisería en Ramos Mejía.
En ese momento mis hermanos y yo vivíamos con mi papá. Éramos tres chicos. Mi mamá nos había dejado con mi papá para que él nos críe y nos pueda dar una mejor calidad de vida, pero bueno, yo no era nada tranquila.
Entonces un día, Karina hablando con mi papá se enteró que me tenía que hacer ver por un tema de una disminución en la audición que tengo, pero él trabajaba de noche. Me tenía que llevar al médico y comprar unos medicamentos que costaban una fortuna.
-Y ustedes estaban en una situación difícil.
-Sí. En ese tiempo no había mucha plata. Vivíamos al día. La cosa es que me acuerdo que todos sus compañeros pusieron un poco para que mi papá me pueda comprar los remedios. Y ahí conocí a Karina.
-¡Y pegaron buena onda!
-Sí. No solo buena onda, ahora soy como... ¡soy la hija! Esto pasó hace veintitrés años. Ella estuvo en los momentos más duros de mi vida, hasta me fui a vivir con ella. Y como siempre digo, no tuve el amor de mi mamá, pero tuve el amor de una persona que la quiero como mi madrina, como mi segunda mamá.
-¿Qué sentís que te enseñó Karina en todos estos años?
-Ella es lo más, la amo. Mirá, yo vengo de muy de abajo y ella siempre me inculcó que siga estudiando y así terminé el secundario a mis 28 años, por ejemplo. Y muchas otras cosas buenas gracias a ella, creo que es como un ángel.
Le digo a ella a veces: “Tía, ¿qué sería de mi vida si no te hubiera conocido?”. Quizás ya tendría hijos o no, no sé. Pero no sé si estaría esta Camila que hoy está hablando acá.
-Para ella también debes ser muy especial y le habrás cambiado la vida.
-Ja, ja. Y no sé... Mirá, ayer llegué a casa, a la casa de ella bah, y me dijo, “ay, llegó mi compañera de mate” y como que me sorprendí. Y nomás nos sentamos a tomar mate y a hablar. La estoy disfrutando cada vez más.
“Karina es la madrina que yo elegí a mis 9 años. A veces le digo a ella: ‘Tía, ¿qué sería de mi vida si no te hubiera conocido?’. La amo y por todo esto me hice un tatuaje con su nombre hace dos años”.
-Me la imagino muy orgullosa de vos, ¿es así?
-Sí, muy orgullosa. Es como mi segunda mamá realmente. No quiero llorar, pero me emociono. Hizo mucho por mí. Sé que muchas veces dejó muchas cosas de lado para atenderme.
Viví en su casa, me llevó al colegio, me aguantó todo ese tiempo en el que estuve muy caprichosa cuando falleció mi mamá y se cayó mi mundo.
-Era lógico que estuvieras así en ese momento, Cami. Es muy lindo todo lo que dijiste sobre Karina.
-Sí. También quiero aprovechar a agradecerle a mi papá, que me dio la oportunidad de conocerla. Fue duro también para él dejarme ir a vivir a otro lado. Ah y me tatué el nombre de Karina acá en el brazo derecho hace dos años (lo muestra a la cámara).
Camilota y su popularidad
-¿Cómo te llevás con la fama?
-No sé si soy famosa, soy conocida. Creo que la gente me quiere por la clase de persona que soy. Soy transparente, sincera, también por la clase de vida que tengo, hoy por hoy estoy acá.
-¿Te sentís un poco un ejemplo?
-La verdad que sí. Cuando voy contando un poquito de mi historia de vida sobre todo. A veces me pregunto qué es lo que genero. No sé, pero sé que le caigo bien a la gente.
Y cuando estoy mal los que me siguen ya rápido se dan cuenta, no pongo una foto en ningún lado porque se me nota y la gente ya me conoce.
-¿Qué te imaginás haciendo en un futuro, aprovechando esta popularidad?
-A mí me encantaría trabajar en teatro, tele, ser actriz. Mirá, te voy a contar algo. De chica siempre miraba las cosas que hacía Cris Morena y decía, “algún día me van a llamar”, aunque sé que no estudié nada relacionado a eso... Pero, bueno, ese es el sueño que yo tenía de pequeña.
-¿Cómo estás a nivel pareja ahora después de tu ruptura de Natee?
-Estoy sola.
-¿Fue verdad lo del romance con ella?
-Sí, me enamoré. No lo quería contar porque pensé que mi familia me iba a juzgar y al final nada que ver, me acompañaron. Pero bueno, ahora no quiero hablar mucho sobre ella.
-¿Estás buscando algo?
-Siempre hay algo, tengo lo mío. Esta noche tengo una cita por ejemplo. Pero, ¿sabés lo que pasa? Me estoy enfocando en mi tratamiento.
-¿Cómo están tus sobris gemelas, Aimé y Laia, las hijas de tu hermano Thiago y Daniela Celis? ¿Cómo sos como tía?
-¡Hermosas! Thiago nos cambió la vida totalmente. Mirá, yo siempre cuento que me había anotado yo a Gran Hermano. Era medio conocida en TikTok, tenía medio millón de seguidores y me cerraron la cuenta.
Yo estaba muy enojada. Y algo quería hacer. Entonces vi que estaba el casting para GH y me anoté, anoté a mi hermana y a Thiago también. Él me decía: ¿para qué? somos pobres nosotros”. Yo le contesté: “capaz que entramos cualquiera de los tres”.
Me acuerdo que pusimos las manos una arriba de la de los otros, entre los tres. Y a las dos semanas lo llamaron para su primera entrevista.
-Pasó mucho desde esa situación y ahora estás pasando un gran momento.
-Sí, estoy contenta. Estoy tranquila. Saber que bajé 25 kilos y que estoy cerca del alta. Me veo más flaca, saludable me siento mejor. Mi vida antes era levantarme, irme a trabajar, cocinarle a mis hermanos. No tenía tiempo de pensar en mí.
Hoy, por ahí, estoy primero yo.