Desde su primer matrimonio con Martín Barrantes, la vida amorosa de Pampita ha sido todo menos tranquila. Aquel divorcio escandaloso, que perdió por infidelidad, dejó claro lo atrasada que estaba la justicia en aquel entonces.
¿Cómo puede ser que, en pleno siglo XXI, una mujer fuera castigada y perdiera todo por ser infiel? Ese juicio la dejó sin nada en la división de bienes.
Pampita, que ya era una figura pública, pasó a estar en el ojo de la tormenta. Y aunque esa infidelidad fue con Benjamín Vicuña, lo que siguió fue aún más intenso.
Vicuña fue, en mi opinión, el gran amor de su vida. Juntos tuvieron cuatro hijos y, durante años, fueron la pareja perfecta del espectáculo. La imagen de esa familia que compartían con el público era intachable.
Pero claro, nada es tan ideal como parece. Infidelidades constantes por parte de él terminaron esa relación en medio de otro gran escándalo: la ya conocida aparición de la China Suárez.
Ese momento fue un antes y un después, tanto para ella como para el público. Porque desde ese instante, Pampita dejó de ser solo la modelo perfecta y pasó a ser una mujer con la que muchas empatizaron.
La diosa inalcanzable que parecía tenerlo todo era, al final, una mujer que también sufría por amor.
Después llegó Pico Mónaco, una relación que parecía prometedora pero que estuvo marcada por altibajos y varias idas y vueltas. ¿Quién no recuerda el final en Ibiza?
Muchos pensaron que, esta vez, Pampita había encontrado una relación sin tantas complicaciones, pero, dicen las malas lenguas, no terminaron en buenos términos y él no guarda el mejor recuerdo de ella. Pero, ¿cómo se atreve Pico Mónaco a hablar mal de Pampita?
Finalmente, llegó quien muchos pensábamos sería su príncipe azul: Roberto García Moritán. Un amor fugaz que se consolidó en un casamiento de cuento de hadas, con una mega fiesta y una hija en común.
Todo era perfecto… hasta septiembre de este año, cuando surgieron nuevos rumores de infidelidad que sacudieron el cuento. Y ahí estamos nosotros, los espectadores: ¿quién tiene la culpa de esperar que su vida sea perfecta?
¿Nosotros, que la idealizamos como la princesa de Disney, o ella, que siempre parece mantener esa imagen inmaculada?
Es que la vida de Pampita ya se volvió un verdadero reality. Y parece que su historia de amor sigue ese mismo guión donde, a pesar de todo, sigue buscando el amor ideal.
Vivimos su reality, vimos su vida desde la ventana como si fuera una novela. Pero al final, Pampita es tan real como cualquiera de nosotros. Una mujer que sufre por amor, una y otra vez.
Quizás eso es lo que la hace tan exitosa. Parece inalcanzable, pero, en el fondo, tiene los mismos problemas que todos.
Y ahora, otra vez, aparece un nuevo rumor de romance. ¿Otro príncipe azul? Polo, millonario, familia de oro… y nosotros, una vez más, compramos la idea de que esta vez sí la van a rescatar.
Pero, ¿tendremos que aprender de una vez o seguiremos cayendo en este cuento repetido? Pampita sigue siendo esa mujer que parece hecha para los finales felices, aunque la vida se empeñe en demostrar lo contrario.