María Florencia Freijo es una gran referente en redes, especializada en ciencias políticas y sociales con perspectiva de género.
Además, es autora de exitosos libros como Maleducadas, Decididas, Solas (aún acompañadas) y De fuegos y flores (historias de poder, pasión y muerte).
Esta semana, la influencer asistió a la gala de los Martín Fierro Digital por su nominación a los Más votados en redes, y Ciudad tuvo la oportunidad de hablar con ella y abordar diferentes temáticas actuales, transversales al mundo del espectáculo y la sociedad.
FLOR FREIJO SOBRE EL ROL DE LA MUJER EN LOS MEDIOS Y LA POLÍTICA, EL HATE EN REDES SOCIALES Y LA FIGURA DEL VARÓN DEL SIGLO XXI
- Bueno Flor, vos construiste una comunidad en redes con una temática quizás no tan popular como es la política y las mujeres. Digamos, es más difícil tal vez entrar a la gente con estos temas, ¿no?
- Totalmente, sí. Es una temática que genera conflicto, que genera diálogo social, y el diálogo social en las redes a veces se manifiesta con cierta conflictividad. Por consiguiente, hay que saber llevarlo.
Siempre tuve como objetivo divulgar desde la ciencia, desde los datos, sobre todo cosas que nos remiten muy al sentido común, entonces hay que ir al dato.
Y desde ahí creo, o traté, de lograr una comunidad muy linda, muy amena. Es un lugar muy amable para conversar cosas que a veces no son tan amables.
Así que estoy contenta, siento que vengo en representación de esa comunidad (a los Martín Fierro).
No es todos los que estamos haciendo este trabajo. No es nuestro trabajo. Es la gente que se copa. Si los demás no se copan, uno no puede hacer nada.
- Y bueno, hablando un poco de eso, ¿cómo manejás el tema de que haya críticas o hay hate? Porque nadie se salva...
- Mirá, tuve distintas etapas, ya son muchos años... dentro de las primeras etapas, tuve que trabajar mucho el tema de la salud mental con psicólogos, con psiquiatras, porque hay momentos que realmente tocás fondo.
Pero hubo un momento en mi vida en que hice el click que fue, bueno, pensar “vos por qué estás haciendo esto, ¿lo estás haciendo por tu persona o lo estás haciendo por un objetivo social?”.
Cuando hacés ese click, trascendés, no sé si “trascender el ego”, porque tampoco quiero sonar como Buda, porque molesta y duele, pero decís “mi trabajo es esto”.
Y después todo lo demás va a venir con el trabajo.
Pero en realidad, en definitiva, a mí lo que me importa al final del día es que una mujer se sienta identificada, representada, que sienta que tiene más herramientas, que los varones sientan que es un lugar amoroso de diálogo...
Porque es necesario que los varones se involucren en el cambio.
Así que una vez que hacés eso, a mí el trabajo ya no me pertenece.
- ¿Sentís que entre tus seguidores hay muchos varones que quizás pueden llegar a entender algunas cosas? Desde la forma como vos lo explicás, obvio, también.
- Mirá, es casi esquizofrénica la lectura social que podemos hacer hoy, porque es como que parece retroceso-avance, retroceso-avance.
Yo te digo, hace tres años, cuando explotó el feminismo, en la agenda yo tenía 3% de seguidores de varones, hoy tengo 15% y sigue creciendo.
Entonces digo “¿cómo puede ser que dentro de la política pública, del contexto, parece que hay una retracción?”
Pero esto está pasando y me escriben papás, o sea, varones, realmente con una mirada muy buena, muy leída, que leen Maleducadas, por ejemplo.
Así que yo me quedo con eso. Al final del día, sí, uno no puede ser tan ambicioso de querer abarcar todo.
Así que para mí ese granito de arena ya es uno.
- Y por último, te hago una pregunta que tiene que ver un poco con la última tendencia, que es que la mujer está muy en la lupa...
- La tradwife. Yo quiero ser una tradwife. ¡Mirá lo que te digo!
Las tradwives, para poner en contexto, son mujeres en las redes que muestran todo lo que son los mandatos de los años 50, de la esposa tradicional, y quieren ubicar ese lugar.
Bueno, yo creo que hay que dejar de criticar tanto lo que hacen las mujeres. En definitiva, también es un producto comercial, un producto cultural.
Digamos, nadie se queja de los varones que están todo el tiempo cosificando o burlando, imitando a las mujeres desde la burla, y todo el mundo habla de las tradwives.
Dejemos de mirar tanto a las mujeres, que eso también fomenta la violencia.