Son muchos los argentinos que triunfan en el exterior, como el caso de Ricardo Hornos, quien dirige Jardines Salvajes, la obra que protagonizan Carlos Portaluppi, Viviana Puerta, Nazareno Casero y Mica Vázquez, y que se estrena el 12 de junio en el Multiteatro.
En una entrevista mano a mano con Ciudad, el talentoso director explicó por qué regresó al país, elogió a los actores de la comedia y comparó el teatro argentino con el de Estados Unidos e Inglaterra.
-¿Cómo llegaste desde Broadway a Calle Corrientes con Jardines Salvajes?
-Valentina Berger, que es la productora, junto con Carlos Mentasti, venimos trabajando juntos hace tiempo. La conocí en Broadway y venimos trabajando juntos hace tiempo en adaptación de obras y demás. Yo después de haber dirigido la película En la Mira estaba buscando qué dirigir próximamente.
Yo antes tenía, tengo, pautado dirigir una obra en Madrid, que empiezo a ensayar en octubre. Y tenía este lugar y Valentina me convenció de que intentara venir acá a dirigir. Es una obra muy interesante como para hacer en este momento, en particular en Argentina. Y bueno, me tenté y dije que sí.
-¿Qué diferencias tiene producir y dirigir Buenos Aires, Madrid o Broadway?
-Argentina tiene que sentirse muy orgullosa de lo que significa Buenos Aires en el mundo teatral. Porque realmente está al nivel, hay tres ciudades que tienen la mayor cantidad de teatros en el mundo y son en ese orden Londres, Nueva York y Buenos Aires. Yo creo que si contás todos los teatros off que hay además, es posible que Buenos Aires tenga más que las otras dos.
Así que fíjate en el nivel en el que estamos. Las diferencias son presupuestarias en particular. Porque es un tema geográfico y de idioma, somos país terminal. Entonces ahí es donde los presupuestos, no tenés la posibilidad de amortizar una obra durante tres, cinco, diez años. Puedes tener un Toc Toc. Puedes tener un Salsa Criolla. Pero son excepciones.
Presupuestos más acostados significa que podés hacer menos en escenografía y demás. Pero también te da un desafío de cómo puedo hacer menos de esto. Vamos a incrementar la creatividad. Y hay mucha libertad creativa acá y es algo muy atractivo para hacer.
-¿Estás contento con los cuatro actores?
-Tengo un elenco fantástico. Tengo a Carlos Portaluppi que es un actor no para de trabajar. Vivi viene de hacer Madres, que duró más de casi tres años. Que fue una adaptación mía. Yo ya la conocía de ahí. A Mica no la conocía. Me encontré con un sol, una persona, una energía y un carisma fabuloso.
Con Nazareno yo me lo había recomendado en su momento mi gran amigo Mariano Torre. Porque habían trabajado juntos en Maradona. Me había dicho que era una persona divina y demás. Y yo ya tenía ganas de trabajar. Así que es un lujo la verdad el elenco.
-¿Cómo fue la selección?
-Me los propusieron Valentina y Carlos. Cuando hice la adaptación, la cual reescribí mucho, ya tenía en mente a algunos de ellos. El personaje de Portaluppi, por ejemplo, lo escribí bastante específicamente para él. Ya la gente lo va a descubrir cuando lo vea. El rango que tiene Carlos es maravilloso.
-¿Qué se va a encontrar la gente cuando vaya al teatro?
Se va a encontrar con una comedia sumamente divertida. Pero que un poquito debajo la superficie está revelando los conflictos habituales de los seres humanos. Yo ahora me dedico a esto, pero inicialmente fui psicólogo, psicoanalista. Entonces siempre estoy buscando lo que Freud llamaba el narcisismo de las pequeñas diferencias.
En esta comedia todo empieza con una cosa más banal o no tanto. Son dos parejas de vecinos de distinta generación que tienen casas lado a lado. Con lo cual los jardines tienen un límite natural. Y ese límite es lo que dispara una serie de conflictos que estaban subyacentes.
Y lo que tiene es un final, un clímax, porque después hay un epílogo. Creo, pocas veces he visto, me quedo corto, creo que nunca he visto. Y no voy a decir más..
-Después de haber ganado cinco premios Tony en Broadway, Estados Unidos, ¿tenés expectativas de acá de que te reconozcan con un ACE también? ¿O lo tuyo es más el público y la felicidad tuya?
-Creo que para ser feliz lo más importante es estar conforme con lo que uno hace. Los reconocimientos pueden venir o no venir, y te sentís orgulloso. Pero de lo que tenés que estar orgulloso es de tu trabajo y del resultado final. Por ejemplo, me encantaría que el público la abrazara y que esto durara años. Pero lo que yo puedo controlar, el refrán chino, es el trabajo.
-¿Te vas a quedar acá unos meses?
-No, una vez que estrenamos me vuelvo a Estados Unidos. Estoy escribiendo otras dos cosas. Por suerte, el trabajo está. Volveré, ojalá haya suerte y dure, para ver cómo está, Cómo se suele trabajar en Estados Unidos e Inglaterra, que pasás de un proyecto al otro y como no estás necesariamente en la misma ciudad, dejas a un ayudante o un director residente que la va chequeando semana a semana, pero vos pasas al próximo proyecto.
-¿Qué se viene entonces?
-Lo próximo que tengo es una obra de teatro que voy a estrenar en Madrid en el 21 de noviembre. Una obra completamente nueva que se va a hacer en Buenos Aires también, porque tengo los derechos. Ahí voy a estar más como productor para todo latinoamericano y para América. Tengo muchas expectativas también con eso.
-¿De qué se trata?
-Es una comedia también, bastante, lo que tiene realmente como novedoso, es que es una adaptación teatral de la única comedia que escribió y dirigió en su vida Lars von Trier, el enfant terrible de la cinematografía europea. Ganó un Oscar por Breaking the Waves. Y después hizo la famosa Dogville con Nicole Kidman.
Y en esta comedia hay un poquito de shock y es muy efectiva. Y se va a hacer acá el año que viene, si andamos bien. Pero no lo voy a dirigir yo ahí. Lo va a dirigir un grande que es Javier Dolores.
Video y edición:
Fernando Halperín.