Toti Ciliberto conoció la fama de la mano de Marcelo Tinelli, haciendo reír con sus personajes desopilantes en VideoMatch. Era otro contexto y el humor, claro, también era otro.
Entrevistado por Ulises Jaitt en El Show del Espectáculo, por AM 1300 La Salada, el humorista se definió como "un laburante de la profesión" que debió "bajarse de un trasatlántico, subirse a un bote y empezar a remar" cuando el programa que lo llevó al éxito dejó el humor y se volcó al baile.
Y en ese esfuerzo por abrirse camino, Toti tuvo que aggiornarse a los tiempos que corren. Un contexto en el que el "humor machirulo", que Ciliberto reconoció de su generación, encuentra sus límites.
"Yo sigo laburando y muchas cosas tienen que ver con la onda que lo digas. Contar un cuento de heteros o gay es una cosa y, contarlo con mala onda, es otra", dijo.
Luego, explicó cómo hace para seguir con su estilo de humor: "Lo que hice fue adaptarlos y los llevé a primera persona para no herir a nadie. Yo trabajo en el show cargándome mucho a mí con todos los altercados. No generalizo".
"Lo trato de manejar con respeto. No soy un tipo grosero, salvo que la situación lo requiera", señaló. Toti, además, contó que siempre tuvo sus restricciones personales: "En la época de Marcelo Tinelli no hacía cámaras ocultas porque me parecía que era ir a faltarle el respeto a alguien".
"Trato de manejar el humor con respeto. No soy un tipo grosero, salvo que la situación lo requiere".
Ciliberto opinó que el formato de humor que hacía en dicho programa "caducó en algunas cosas". "El personaje del Martín Fierro, el del porteño fanfarrón o el gallego, no creo que sean cosas complicadas. Otras no podrían ni estar", indicó.
"Estaría bueno que haya programas de humor y de todo tipo. Yo hablo de hacer programas distintos, nuevos… Lo que habría que entender son los límites que no hay que cruzar", concluyó.