Más allá de las idealizaciones que cada uno prefigura acerca de cómo tiene que ser el parto, llegado el momento los nacimientos lo único que importa es la salud y el bienestar de la persona que pare y del ser que llega al mundo.
A casi un mes del nacimiento de Felicitas, la hijita que tuvo con Nicolás Colazo y que convirtió a Salvador en hermano mayor, Sol Rivas contó cómo fue que, a último momento,que decidieron con su pareja realizar una cesárea a pesar de buscar en una primera instancia un parto vaginal.
"A dos días de cumplir la semana 41 (plazo límite que había pactado con mi obstetra) se desencadenaron naturalmente las contracciones de parto. 16 horas intensas, avasallantes, dolorosísimas, con fisura de bolsa", comenzó su relato.
Y siguió: "Cuando Lara, la partera, me revisa, me cuenta que estaba de 1 centímetro. Venía para largo. Los latidos de la beba estaban perfectos, así que me alentó y me dijo que estaban dispuestos a esperarme. Podía tardar varias horas más, quizás un día o dos".
"Con plena consciencia y voluntad pedí mi segunda cesárea. Tenía otro hijo en casa; Salvi me estaba esperando. No quería que pasara muchos días sin mí. Además, quería darle a Feli una mamá entera y sentí que estaba a mi límite. La cesárea fue un momento hermoso, pacifico y amoroso. Con música, vimos por primera vez los ojos de nuestra pequeña. Apenas nació, me la pusieron en el pecho y se prendió a la teta en el mismo quirófano".
"Tenía otro hijo en casa, Salvi me estaba esperando. No quería que pasara muchos días sin mí. Además, quería darle a Feli una mamá entera y sentí que estaba a mi límite. La cesárea fue un momento hermoso, pacifico, amoroso".
"Me hubiese gustado tener un parto (natural), claro, pero el nacimiento ideal es tan distinto del que nos toca. Esta cicatriz con forma de sonrisa que me acompañará por el resto de mis días es un guiño a la vida. Estoy reconciliada con ella. La amo por ser el canal de paso de mis hijos", continuó Sol.
Y cerró su posteo con agradecimientos para el equipo médico que la acompañó en el proceso y un contundente mensaje: "No fue una cesárea programada, pero fue electiva y no por eso soy menos mamá".