Desde que se conoció la noticia del trágico accidente en el que murió Kobe Bryant, su nombre volvió a estar en boca de todos y ya se convirtió en leyenda.
Pero en el medio del impacto y la tristeza, cabe recordar un episodio que protagonizó el astro de Los Lakers en 2003, cuando fue denunciado por violación por una joven de 19 años. Relaciones no consensuadas que primero negó y que luego debió admitir haber tenido, acorralado por las pruebas de ADN en su contra.
Todo empezó en el hotel Lodge & Spa de Eagle, Colorado, donde el deportista se alojaba para recuperarse de una operación de rodilla. Allí conoció a una empleada, a quien le pidió que le mostrara las instalaciones del lugar y con quien terminó en su habitación, a los besos. Hasta ese momento, la situación era consentida. Pero luego, todo cambió.
Según la declaración de la chica, Bryant la tomó del cuello y la violó. El basquetbolista, en cambio, declaró que no habían tenido sexo, hasta que los policías le dijeron que el cuerpo de la joven tenía restos de ADN suyo y que además presentaba heridas compatibles con un abuso. Recién en ese momento, Kobe confesó que habían tenido relaciones sexuales y que ella se había negado.
"Creí que los dos estábamos de acuerdo, ahora entiendo que ella no quería que aquello pasara y que no lo ve como yo. Ahora entiendo cómo le ha afectado", dijo en su pedido público de disculpas con el que intentó limpiar su imagen.
Finalmente, sus abogados llegaron a un millonario acuerdo extrajudicial con la víctima y una semana antes de que le tocara sentarse en el banquillo de los acusados la chica anunció que no iba a testificar en su contra.
"Creí que los dos estábamos de acuerdo, ahora entiendo que ella no quería que aquello pasara y que no lo ve como yo".
Así, cuando empezó la temporada 2006/2007, Kobe hizo borrón y cuenta nueva: cambió el número de su camiseta y recuperó sus sponsors. Al retirarse, la NBA le rindió honores y ya nadie se acordaba de esta mancha de su pasado.