A seis meses de su emotiva despedida definitiva de la danza, Paloma Herrera (40) se acostumbra a su nueva vida en la Argentina, lejos de los escenarios. Y a juzgar por sus declaraciones, vive el día a día como una persona común, lejos de aires de divismo.
“Soy feliz acá en Buenos Aires tomándome el colectivo. De repente, la gente me descubre y me pregunta: ‘¿Qué hacés acá?’”, le contó a la revista Pronto.
”Claro que tomo colectivo. Tengo la tarjeta Sube y soy feliz viajando en transporte público. La gente se sorprende y quizás me pide una foto. Para mí, la misma persona que le da la mano al presidente es la que se sube al colectivo. Con ese ejemplo, estoy probando algo: que los valores van más allá de lo material y el glamour".
”Claro que tomo colectivo. Tengo la tarjeta Sube y soy feliz viajando en transporte público. La gente se sorprende y quizás me pide una foto. Para mí, la misma persona que le da la mano al presidente es la que se sube al colectivo. Con ese ejemplo, estoy probando algo: que los valores van más allá de lo material y el glamour. Así como puedo ir vestida por el mejor diseñador de la Casa Blanca, me subo al colectivo y no me baja nada. Soy la misma Paloma”, agregó.
En cuanto a las lecciones de manejo, señaló: “Nunca aprendí a manejar. Viviendo en Manhattan, no lo necesitás. Allá me manejaba en subte y como cada cual hace su vida y a nadie le importa nada, podés tener al lado a una mega star y nadie se mosquea. Es otra onda. Y me encanta acá que me saluden, que la gente me demuestre su cariño. El argentino es más sensible que el norteamericano”.
“Nunca aprendí a manejar. Viviendo en Manhattan, no lo necesitás. Allá me manejaba en subte y como cada cual hace su vida y a nadie le importa nada, podés tener al lado a una mega star y nadie se mosquea. Es otra onda. Y me encanta acá que me saluden, que la gente me demuestre su cariño. El argentino es más sensible que el norteamericano”.
Por último, se refirió a su situación sentimental actual: “Me acabo de separar. El 1º de enero me separé después de un año de relación. Él es argentino y como el último año lo pasé mayormente acá, me acompañaba a las giras de despedida. Todas mis exparejas fueron de Argentina, y sé que hubiera sido más cómodo enamorarme a la vuelta de mi casa de Manhattan, pero siempre me sentí atraída por lo nuestro. Hay algo que me atrae y me encanta de los argentinos”.