El compromiso de Nicolás Pauls (46) con el medioambiente viene desde chico, y se reafirma con su participación estelar en Respira, un film que cuenta la historia de una familia en un pueblo que vive del cultivo de la soja, pero que a la vez sufre las consecuencias de los agroquímicos.
Protagonizada por Sofía Gala, Leticia Brédice y Gerardo Romano, y con un elenco completado por Lautaro Delgado Tymruk, Nicolás Pauls, Paula Brasca, Daniel Valenzuela, Joaquín Rapalini y Chucho Fernández, está dirigida por Gabriel Grieco, con quien Nicolás ya había trabajado en Naturaleza Muerta.
Y en una distendida entrevista con Ciudad, Pauls reflexiona alarmado: “Lamentablemente, lo que sucede en la película en un pueblo es algo que sucede en Argentina desde mediados de la década de 1990 cuando el gobierno permitió la entrada de grandes empresas a devastar absolutamente todo. Por lo tanto, para mí es una película absolutamente necesaria. Creo que a partir de una ficción se pueden contar muchas cosas y permitir que gente que no se aventura a ver documentales, vea algo que sucede día a día con la comida que tiene en el plato”.
"A partir de una ficción se pueden contar muchas cosas y permitir que gente que no se aventura a ver documentales, vea algo que sucede día a día con la comida que tiene en el plato”.
Sin dudas, el futuro es algo que ocupa y preocupa a Nicolás Pauls, quien es padre de Olivia (12) y León (10) fruto de su vínculo con Sofía Suaya. Además, el artista espera su tercer hijo producto de su relación con Catalina Morano (32). Feliz por agrandar su familia, el actor posa para la cámara de este sitio a horas del estreno de su film, a la vez que se reconoce más cómodo en su rol de músico.
-Se te nota muy comprometido con la causa...
-Me parece gravísimo lo que está sucediendo en Argentina, y en el mundo. Pero Argentina es el país en donde más venenos se esparcen en lo que va a terminar en nuestros platos. Me parece un tema que hay que tratar a diario y que lógicamente es algo muy silenciado por los medios de comunicación porque es tan grande el lobby y tan fuerte el negocio, la convivencia entre el gobierno y las empresas, y ciertos medios de comunicación, que es entendible y alarmante a la vez que no se hable.
-¿Esto es algo que te preocupaba desde antes de conocer el libreto y entrar en los detalles del tema?
-Estoy absolutamente involucrado en esta barbaridad que estamos viviendo hace muchísimos años. Cuando hace unos cinco años Gabriel Grieco, con quien ya había trabajado en Naturaleza Muerta, me comentó que tenía el guión de esta película para que lo leyera, mi devolución fue que era una película que se debía filmar como sea y que quería ser parte como fuera. Es una temática que al ficcionar la realidad se abre la puerta para la gente que no mira documentales empiece a entender. Ojalá que esta película despierte el interés de todos los que la vean. Mi idea de esta película es que se empiece a investigar un poco. Las películas, como los libros o los discos, son móviles que te llevan a ver otras cosas. Esto es como hablar de respirar, porque uno no deja nunca de comer, se tenga mucho o poco presupuesto, hay que comer todos los días. Y si lo que uno come es lo que los gobiernos en convivencia con las empresas te ponen en el plato, estamos fritos. Es alarmante. El negocio es tan inmenso, perfecto y macabro para las empresas. Porque las que te dan el alimento envenenado son las mismas que fabrican un medicamento que supuestamente te va a curar de ese mismo veneno.
"Soy vegetariano hace 30 años y vegano hace 14".
-¿Hablás de estos temas con tus hijos?
-Absolutamente, sí. Está todo totalmente abierto. Hay tantos temas sin trascendencia que se hablan, pero es como que los temas importantes parecieran no tocarse. Es como cuando veo que el ser humano pasa días o meses decidiendo qué celular se va a comprar, o la camisa, o el auto, pero al momento de comer nadie se pregunta qué ingiere. Y lo que se come es veneno a nivel industrial todo el tiempo.
-¿Cómo es tu alimentación?
-Soy vegetariano hace 30 años y vegano hace 14. En la medida de lo posible, mientras me dé la economía, procuro comprar verduras orgánicas. Pero no es tanta la diferencia. Prefiero ahorrar en pagar en un servicio de cable para ver televisión, que no me interesa, e invertirla en la comida que sí es trascendente. Prefiero ahorrar por un lado para invertirla en algo que da salud o enfermedad.
-¿Cómo se alimentan tus hijos?
-Mis hijos son vegetarianos desde su gestación, nacieron de un vientre vegetariano y lo son desde ese momento. Es una patraña absoluta la idea instalada de que solo en la carne o en los derivados de la carne animal se encuentran ciertas vitaminas o proteínas. El sistema te dice una cantidad de cosas para que dependas de ellos. Hace unos años se hablaba de la Gripe A, y al mismo tiempo te vendían los barbijos y el alcohol en gel. Es un sistema tan perverso que te hace tener miedo para consumir lo que venden. Con la alimentación pasa lo mismo, mis hijos no han tenido ni un problema de salud nunca, a diferencia de otros hijos de amigos que veo que se han alimentado de un modo, que han tenido una idea sobre la medicina que va por otro lado. He visto una cantidad de patologías tremendas. Hay que desterrar la idea de que se tiene deficiencia a partir de la alimentación vegetariana o vegana.
"Mis hijos son vegetarianos desde su gestación, nacieron de un vientre vegetariano y lo son desde ese momento".
-¿Cómo te manejas con tus hijos cuando se encuentran con comida chatarra en alguna fiesta de sus amigos?
-Yo pretendo que no coman esas cosas, pero se agarran tremendas indigestiones y dolores de panza a partir de comer eso. Y está bueno que pase eso. Yo no les prohibo nada. Tampoco les prohibo que coman carne, sino que elijo lo que creo que es mejor para ellos y para mí. Ellos no piden hambuergesas porque no tienen la voluntad y saben los motivos por los cuales sus papás no comemos carne, pero eso no significa que mañana no vayan a comer carne. Quizá mañana empiecen a comer carne y será su decisión. Yo elijo lo mejor para mis hijos porque creo que es lo mejor para mí y para ellos.
-Sobre tu rol en TV, ¿cómo te sentiste como galán de Marcela Kloosterboer en Separadas?
-Fueron 10 capítulos nada más los que grabé y lo pasé muy bien. Siempre es lindo volver a Polka, donde trabajé al comienzo de carrera actoral, allá por 1998. Volví a encotrarme con gente que conozco desde ese momento, y me siento como en mi casa. Volver a trabajar con Marcela, que ambos somos vegetarianos y compartimos campañas en defensa de los animales, fue espectacular. Puede ser que regrese el personaje, pero no depende de mí sino de los guionistas y productores.
-¿Cómo marcha tu proyecto musical?
-Genial. Soy un abandonador serial de proyectos. Desde chico me pasa que arranco cosas y las dejo. Lo único que no abandoné desde mis 11 años es la música. En marzo del año pasado lancé Interior, un disco con canciones propias después de haber sido baterista muchos años. Con ese disco hice una gira de 15 conciertos por Alemania, Francia, España y Portugal. Al volver terminé otro disco que salió en diciembre y se llama De otros, donde interpreto canciones de músicos que amo. Sigo con las grabaciones del segundo volumen de De Otros, mientras además hago un disco propio que se llama Desnudez y con la producción de Canciones de cuna, que es un proyecto que dirijo a beneficio de Casa de la cultura de la calle, la Asociación Civil sin fines de lucro que montó mi hermano Gastón para darle clases de arte a los niños de la calle. Ya estamos por sacar el cuarto disco de esa colección, que toma las letras de niños de entre 6 y 20 años a partir de las cuales convoco a artistas de todo el mundo para que les pongan la música, como Fito Páez, Ricardo Mollo, Pedro Aznar, Miguel Cantilo, Lisandro Aristimuño, Alejandro Lerner, Julieta Venegas y un montón más.
"La música es lo que siento que con lo que más estuve relacionado durante toda mi vida y jamás me alejé, como lo hice con otras cosas".
-¿Te sentís más músico que actor?
-La música es lo que siento que con lo que más estuve relacionado durante toda mi vida y jamás me alejé, como lo hice con otras cosas. Es el vocabulario con el que mejor me llevo porque siento que ahí hablo de mí. Actuar es un amor enorme que tengo, pero descanso de mí mismo porque hago personajes, no soy yo. En cambio, con la música soy yo. El que quiera saber cómo soy que escuche mis discos o que lea lo que escribí. Después de muchos años de tocar grabé mi primer disco en 1995 y recién en 1998 Alejandro Agresti me llamó para actuar en Buenos Aires Viceversa. Ahí fue que empecé a encontrarme con la actuación.
-¿Cómo sigue tu 2020?
-Me encantaría acompañar a Respira en su camino por los festivales de cine, pero va a depender mucho de otros compromisos. En agosto del año pasado me fui a Suecia a filmar un mediometraje de una película los hermanos David y Gustav Bengtsson que se llama Torasidis last masterpiece, que también se va a estrenar en festivales y la idea es acompañarla. También filmar de nuevo con ellos. Por otra parte, tengo dos películas además en Argentina, una para mayo y otra para septiembre.
-¿Cómo te sentís con la nueva paternidad?
-Siento una gran felicidad. Estoy en pareja, feliz, conviviendo y eso es maravilloso...
Fotos: Musepic
Producción: Aldana Moreno Lusianzoff
Agradecimientos: Lucille Bar / Punto Tiff