Apenas se conoció la noticia de que compartirían elenco, comenzaron las especulaciones de romance. Él, uno de los galanes más reconocidos (y seductores) de su generación. Ella, una bomba tan explosiva como talentosa. La combinación resultaba letal… y los pronósticos no fallaron. El destino unió finalmente a Nicolás Cabré y Laurita Fernández, quienes se entregaron a vivir un amor que los “tomó por sorpresa”, como ellos mismos le confiesan a Ciudad en una entrevista íntima.
El motivo del encuentro es el gran debut de Departamento de Soltero, la obra que se estrena este miércoles 22 en el Teatro Lola Membrives, un proyecto que los entusiasmó tanto que lo eligieron para volver a protagonizar juntos tras el suceso de Sugar, donde se conocieron.
La expectativa por esta historia de amor ambientada en la década del sesenta, donde él interpreta a Beto y ella a la señorita López que llegará para revolucionar su vida, es alta y ambiciosa. Ellos lo saben. “Estamos viviendo el proceso con mucha intensidad, la comedia es una historia de amor hermosa, muy compleja a nivel técnico porque tiene una escenografía para nada convencional, con proyecciones y está planteada como una película 3 D”, cuenta Laurita ante la mirada siempre atenta de Nico sobre la pieza que encabezan junto a Martín Seefeld y dirige Daniel Veronese.
- ¿Sienten la responsabilidad de estar al frente de una súper producción?
Nico: -No, pero sí siento felicidad por tener la oportunidad de contar esta historia. Es una responsabilidad hermosa. Hoy por hoy, con la situación del país, es un lujo que productores como Adrián Suar, Nacho Laviaguerre y Gustavo Yankelevich inviertan lo que invierten porque tranquilamente se podría contar con una escenografía tipo, pero ellos le buscan una vuelta. ¡Y uno se entusiasma! Me siento dichoso, orgulloso y sobre todo me da tranquilidad saber que la gente que venga y pague su entrada se va a sentir más que respetada. No es que pusimos una madera, dos puertas y salimos a hacer la obra. La gente va a ver todo que lo que vinieron a ver vale cada peso, que no es fácil en este momento.
Laurita: "Nico es el mejor en lo que hace y lo digo desde antes de salir con él. Está buenísimo trabajar juntos, hay confianza, pasamos tiempo juntos y hay entendimiento. No hay ningún punto negativo"
- Justamente en estos momentos complicados para la gente, ¿los reconforta provocar risas en el público?
Laurita: -Sí, totalmente. Está buenísimo. El plus que tiene la obra es que al ser una historia de amor tiene momentos muy dulces, íntimos y emotivos. Cuando termina, te vas con una linda sensación. A mí me pasa eso cada vez que la veo. Otro aspecto interesante es que Nico le habla mucho al público, que es algo que nunca le había visto hacer. Te deja con una linda sensación, habla de valorarse a uno mismo para querer a los demás.
- ¿Se sienten cómodos haciendo comedia, que es un registro que ambos manejan muy bien?
Nico: -Sí. Cada uno tiene marcado el tipo de humor que hace o que le piden; también hay que estar muy atento a no repetirse. No es “de taquito”. A veces uno recae instintivamente donde sabe que puede apoyarte. Entonces, tratar de saltar esos obstáculos hace que pueda ser más difícil hacer comedia que drama. Es algo complejo hacer comedia.
-¿A vos Laura qué es lo que más te gusta de trabajar con Nicolás en el escenario?
Laurita: -¡Uy, muchas cosas! Para mí es un desafío y algo nuevo. El hilo de la comedia lo lleva él en esta obra, a mí me toca ir otro camino, mi personaje es mucho más sufrida y looser en el amor. Tengo que tocar otras teclas, muy diferentes a lo que había hecho antes. Y me apoyo mucho en él, en sus consejos, en que me esté encima. Profesionalmente, me encanta lo que él me ayuda, me hace crecer y cada decisión que tomo laboralmente es para ir creciendo. En ese sentido esta obra es un gran paso. También disfruto verlo, para mí es lo más en lo que hace…
Nico: -Esta es la parte que me da vergüenza (risas)
Laurita: -Es que es así. Obvio. Me siento, lo disfruto, lo admiro y me encanta. Para mí es el mejor en lo que hace y lo digo desde antes de salir con él. Entonces, volver a compartir escenario es un placer. Y en lo personal está buenísimo, hay confianza, pasamos tiempo juntos y hay entendimiento. No hay ningún punto negativo. Encontramos bien el equilibrio como para llevar el trabajo a casa, hasta ahí (risas). Le encontramos la vuelta para que sea todo positivo.
Nico: "Descubrí un amor inmenso, que me sorprendió y no tuve necesidad de ocultar absolutamente nada. Fue algo que yo nunca lo había sentido así y por eso creo que lo demostré de otra manera"
-Ahora te toca a vos Nico ponerla colorada a Laurita, contándonos qué es lo que más disfrutás de trabajar con ella...
Nico: -No mucho… (risas). Yo la disfruto. Soy feliz. La verdad es que verla actuando, interactuando y opinando me sorprende. Me enamora. La miro y soy feliz. Hoy por hoy tengo la posibilidad de compartir esto con ella, que es una experiencia única, y también disfruto mucho estar en un lugar como este teatro, donde mi hija Rufina creció porque es la cuarta temporada que hago acá. El año pasado, que no tuvimos mucho tiempo para estar juntos, lo sufrimos. Estar emprendiendo este nuevo desafío es importante, es algo nuevo para mí y me hace feliz tener un segundito en el escenario para verla a ella, lo disfruto. Así que la obra tiene ese plus que está buenísimo para mí. Por momentos me separo un poco y la veo cómo crece, hace cosas nuevas, que no se queda con lo que ya sabe. A mí me da un orgullo que va más allá de todo. Me llena de felicidad cuando siento que la obra empieza a andar y la veo haciendo su camino, tomando impulso y haciéndose más grande.
-Dicen que la admiración es fundamental en el amor, ¿ustedes sienten que les pasa eso?
Laurita: -Sí, disfrutamos mucho el día a día. Pero yo no solamente lo admiro por su talento, sino también por su modo de trabajar. Ya lo conocía, pero hoy puedo disfrutarlo desde la etapa de ensayos y cómo llega a hacer lo que hace. Él conoce también mi intensidad y que me acepte ya es un gran paso (risas).
Nico: -Claro, aparte nosotros en Sugar no vivimos esta etapa de ensayo. Todos en el elenco decíamos en ese momento que nos sorprendía cómo Laura entró (en reemplazo de Griselda Siciliani) con su fuerza y sus ganas. Los cambios por lo general son traumáticos y ella entró siendo perfecta. Nosotros no la vimos ensayar, ni nos cruzamos. Ahora vivimos esta experiencia con distintas escuelas, rigor y maneras porque cada uno tiene obsesiones.
Laurita: "Disfrutamos mucho el día a día. Yo no solamente lo admiro por su talento, sino también por su modo de trabajar. Él conoce también mi intensidad y que me acepte ya es un gran paso"
Laurita: -Al venir del baile tengo otra cabeza y puedo estar diez horas sin parar hasta que algo salga.
Nico: -Nosotros no (risas).
Laurita: -Y él, de repente, viene con una idea genial y lo miro preguntándome ‘¿en qué momento lo pensó, si estuvimos juntos?’.
-¿Cómo hacen para llevar “hasta ahí” el trabajo a su casa, como decía Laurita? Estar tanto tiempo juntos imagino que puede ser muy intenso, tanto para bien como para mal.
Laurita: -Tratamos de poner límites. En la etapa previa al estreno es imposible porque estás todo el tiempo con la cabeza en eso. A mí me gusta meterme en todas las áreas y él está metido desde temprano en todo también. En ese sentido, somos parecidos.
Nico: -Somos dos hinchapelotas (risas).
Laurita: -¡Sí! Así que estuvimos hablando mucho del tema. Ahora que estrenamos vamos a aflojar y vuelve todo a la normalidad.
Nico: -Pusimos algunas reglas, no todas las cumplimos… deberíamos hablarlo (risas). La principal era esa: hablamos de trabajo hasta la General Paz, después de otras cosas.
-¿Qué sentís Nico cuando dicen que Laurita te cambió y que ahora tenés otro trato con la prensa o que hablás más de tu vida personal?
Nico: -Sí, ¿qué sé yo? A ver… estoy feliz. Y esta historia me sorprendió. Nos pasó algo maravilloso, de lo que no nos dábamos cuenta. Nosotros casi no teníamos relación abajo del escenario en Sugar. Y, de repente, hablamos y esta sorpresa fue en todo sentido. Descubrí un amor inmenso, que me sorprendió y no tuve necesidad de ocultar absolutamente nada. Lo vivo con mucha alegría. Me da mucha paz, tranquilidad. Tengo una hija y fue muy fuerte lo que nos pasaba; entonces decíamos ‘¿para qué nos vamos a esconder?’. Fuimos claros desde un principio, nos entendemos desde un principio y lo disfrutamos. Entonces, cuando tuvimos que hablar dijimos ‘¿qué hacemos? ¿vivimos escondiéndonos? o ¿vivimos con normalidad el amor que sentimos y desdramatizamos?’. Fue algo que yo nunca lo había sentido así y por eso creo que lo demostré de otra manera. Muchas veces estoy en el auto con mi hija y no quería que viviera situaciones raras. Sí me cambió el amor que siento o la manera en que lo puedo expresar, por la tranquilidad que me da el saber que todo es real. Es eso a lo mejor lo que me pudo haber cambiado la forma de comunicarlo y de vivirlo.
Nico: "Decíamos '¿para qué nos vamos a esconder?'. Fuimos claros desde un principio. Cuando tuvimos que hablar dijimos '¿qué hacemos? ¿vivimos escondiéndonos? o ¿vivimos con normalidad el amor que sentimos'"
-A lo largo de la charla mencionaste a Rufina, ¿cómo vive ella tu trabajo?
Nico: -Rufi es la dueña del teatro (risas). Hoy disfruto y elijo los trabajos que me permiten estar con gente que quiero y también en un lugar como esta sala, donde Rufi viene desde los dos años, así que conoce a todos porque es el mismo equipo de El Quilombero y Sugar. Así que es la dueña del teatro y hasta tiene su camarín con sus cosas. Yo entro acá y la pierdo: hace lo que quiere y con quien quiere. Es eso lo que me permite hacer una actividad que me gusta y disfruto. El círculo se cierra ahí: estoy con ella (señala a Laurita) y veo a mi hija feliz, desenvolviéndose con normalidad. Esto es hermoso para mí.
Video y edición: Leandro Bevilacqua.