Nancy Dupláa es una de esas actrices que no pueden faltar en la TV argentina, y pese a que la pandemia puso en pausa varios proyectos, ella volvió hace un año y medio como la fiscal Roberta Candia en El Reino, serie que ahora estrena su segunda temporada.
La actriz le brindó una entrevista en Ciudad en la que habló sobre el destino de su personaje, una funcionaria judicial empeñada en descubrir la verdad, en la premiada serie de Netflix y qué espera de este nuevo formato.
Nancy habló también sobre el estado de la Justicia en el país y en el mundo, de los vínculos con sus compañeros de trabajo, y sobre todo de los 23 años que lleva junto a Pablo Echarri, y confesó que le gustaría volver a trabajar con él pese a que parezca algo imposible para algunos colegas.
NANCY DUPLÁA CONTÓ CÓMO ES LA SEGUNDA TEMPORADA DE EL REINO
-En el final de la primera temporada termina entre la espada y la pared. ¿Cómo serán los siguientes pasos de esta fiscal atrevida y osada en los nuevos episodios?
-Sin spoilear, y teniendo en cuenta cómo se maneja la Justicia en el mundo y en la Argentina, se puede llegar a ver un poco más, no es algo donde se suele ganar con la verdad. Y ella terminar definitivamente contra la pared, sin su equipo de trabajo, sin su despacho y con una causa que es arrebatada nada más y nada menos que porque el presidente de la Nación es un pedófilo, como ya se vio. En esta nueva temporada, Roberta Candia tiene pocas aspiraciones de poder llegar a la verdad, porque Emilio ya llegó a la presidencia hace dos años en la segunda temporada. Entonces mi personaje termina estando a la sombra de todo, fundamentalmente porque tiene miedo. Se encuentra amenazada por el Poder, sin tener herramientas para defenderse.
De pasar a ser una persona que se rige por los procedimientos de la ley al pie de la letra, pasás a ser alguien en la clandestinidad….
Alguien clandestino, exacto. No puedo contar mucho, pero de alguna manera lo que salva a la fiscal es esa necesidad de poder llegar a la verdad, con todo lo que eso implica porque viste que hoy la verdad no es tan importante. Ella va en búsqueda de eso y lo tiene como un objetivo en su vida, pero está sola. Y ante la aparición de jóvenes personajes jóvenes, vitales y con ganas, ella se enciende de nuevo y empieza a utilizar las herramientas que tiene.
¿Te basaste en algún fiscal de la vida real?
Me acuerdo de que en un momento la procuradora de la Nación (Alejandra) Gils Carbó fue amenazada porque querían correrla de su cargo y que se publicaron los teléfonos de sus hijas. Yo en ese momento es que percibí el miedo que podía tener esa persona y que sería con lo único que ella podría prescindir de su búsqueda de la verdad para poder seguir viviendo. Siempre se me venía esa imagen a la cabeza, porque como toda actriz de telenovela, que siempre iba en búsqueda de la verdad, le heroína que llevaba el bien al fin de la historia, me faltó eso, y después empecé a entender el contexto en una Argentina un tanto distópica.
Después de años de hacer tiras en Argentina de tinte costumbrista, El Reino te proyecta internacionalmente. ¿Recibiste ofertas para trabajar para el exterior?
Cero. No estoy atenta a eso, ni loca. Nunca fue mi aspiración, más allá de lo que surge, porque en realidad, si hay algo que puedo decir es que soy una privilegiada en cuanto a la estrella que tengo y a que siguen sucediendo cosas a pesar de la edad, y de que mi carrera nunca estuvo basada en el centro de mi historia. Siempre aparecieron cosas muy loables, muy buenas, que me hicieron divertirme muchísimo. Nunca estuve atenta al exterior, pero sé que se vio en un montón de lados, de hecho, viajé a España con Mercedes (Morán) y con Peter (Lanzani), porque nos nominaron a los premios Goya. Me nominaron como actriz secundaria y fue como un baldazo de agua fría. Hasta último momento decía que no iba a ir y después me decía ‘¿Cómo no vas a ir?’ y fue una experiencia hermosísima.
¿Ya vamos a volver a verte en una tira pronto? ¿Tenés algún proyecto por delante?
A mí me encantan las tiras, y me encanta la televisión, pero la televisión que yo hice no es la misma. Tengo proyectos, pero no se pueden decir, ya sabés….
Pero sabemos que tenés proyectos y que te vamos a ver muy pronto. ¿Con quién quisiste trabajar siempre y todavía no pudiste?
Con Pepe Soriano no trabajé nunca. Tenemos unos actores argentinos increíbles… Y con Cecilia Roth, que tampoco trabajé nunca.
Este año se cumplen 30 años, y con esto no te quiero poner triste, del final de El agujerito sin fin. ¿Van a hacer algo? ¿Va a volver Burako?
¡Mi amor, Burako! Debe ser una larva vieja ya en las alcantarillas…. De alguna manera seguimos en contacto todos. Tenemos como un Google, Instagram, todos con caminos diferentes: María Eugenia (Molinari) es astróloga, Pablito (Marcovsky) sigue con la música y hace radio, Esteban (Prol) y (Claudio) Morgado, y a Julián (Weich) me lo cruzo bastante seguido y es como si el tiempo no hubiera pasado. Fue un programa que marcó una diferencia en la tele para niños.
Ya van 23 años con Pablo Echarri…
¿Tanto?
Si, desde Los Buscas de siempre, en el año 2000. Ya tienen una hija en común, así que ¿cuál es el próximo paso que darán para renovar la pareja?
Vos querés data. Querés saber cómo se llega a los 23 años..
Bueno, yo voy 22 años…
Bueno, pásame la tuya
Después de la entrevista, detrás de cámara te cuento, pero vos hacelo delante de cámara que es lo que le interesa a la gente.
Es una anormalidad. No es normal estar tanto tiempo con alguien. Es una anormalidad, o por lo menos lo que uno cree que es lo normal. Yo siento que estoy en el lugar que quiero estar desde hace tiempo y sigo eligiendo a esta persona para que esté al lado mío porque sigo compartiendo lo más esencial. Siempre hay momentos de crisis y de cambios, pero siempre con la certeza de que quería quedarme ahí, y él también. Eso también es lo anormal: coincidir, que a las dos personas les pase lo mismo a pesar del paso del tiempo; y entender que en determinados momentos hay que poner un ‘punto muerto’ y refundar. Las parejas se refundan, se reconocen, conversan. La pareja es la conversación, de eso se trata: de decir todo, de no guardarse nada debajo de la alfombra, de exponerse, y eso da mucho crecimiento. Y fueron pasando los años con así, esa metodología que cada vez estamos más aceitados, y no sigue encontrando juntos: él me sigue gustando, yo le sigo gustando…
Bueno, él es un galán y vos una de las mujeres más bellas de la Argentina, eso facilita mucho las cosas.
Él es un galán, y te agradezco muchísimo lo de bella, pero eso no es verdad. El hecho de estar en la televisión o en los medios hace que te cuides más, por un sentido de la estética, pero no es lo esencial porque también ‘todo se cae’ y el tiempo va generando en nosotros cambios físicos que también te tienen que gustar. Si coincidís también desde ahí, te seguís dando la mano a pesar de lo que la naturaleza va haciendo con cada uno… Qué se yo, esa es mi fórmula. Cuando eso no pase, no estaremos (juntos) y por ahí nos encuentra a los 100 años y nos sigue pasando.
¿Y tienen planeado trabajar juntos otra vez?
A mí me encantaría trabajar con Pablo. La verdad es que es algo re loco porque decís ‘¿Trabajar con tu marido? ¡Bah!’, pero a mí me encanta ir a trabajar en el auto charlando, hacer las escenas, volver, tomarte un vino, comentar… A mí me gusta eso y nos salió bien hasta ahora así que, si surge un nuevo proyecto, bienvenido sea y te lo vamos a contar.