Quince años después de su debut como actriz en Sin Código, con producción de PolKa y por eltrece, Mónica Antonópulos (38) regresó a la misma productora y canal para interpretar a Clara Rivero en Separadas.
En diálogo con Ciudad, la actriz habló sobre su rol en la nueva ficción, el nuevo ritmo de trabajo que practica y cómo fue grabar escenas con Marco Antonio Caponi (36), su pareja.
-¿Qué más nos podés contar de tu personaje, además de lo que ya vimos anoche en el primer capítulo?
-Mi personaje se llama Clara Rivero, es una mujer de una educación muy rígida, muy conservadora y ultracatólica. Dejó su profesión, su carrera y sus estudios por tener a su familia junto con Fausto (Marco Antonio Caponi). Es mamá de dos hijos y vive en una especie de adormecimiento pero va a despertar a la fuerza, no porque quiera. Tengo 38 en la vida real y mi personaje cumple 39. Ella se replantea un poco el tema de la crisis de los cuarenta, una mujer cuyo objetivo fue la familia y se da cuenta de que sus hijos están grandes y se encuentra sin una profesión.
-¿Te inspiraste en alguien en particular para componer a Clara?
-La inspiración me llegó de todos lados, pero tengo mis tres personas observadas en particular. No voy a decir quiénes son porque son familia, estoy dedicándoles este rol de alguna manera. Siempre con amor, por supuesto.
-Hablabas de la crisis de los cuarenta de tu personaje, ¿a vos te pasó?
-Me pasó a los 37 con la segunda maternidad (N. de la R.: en mayo de 2018 fue mamá de Valentino, junto a Caponi) que de repente dije "¿cómo dos hijos?" y tuve como una especie de duelo o entierro de cosas que a veces las pateás para adelante y te das cuenta que ya no las vas a poder hacer, porque no te da la energía o el tiempo.
-¿Por ejemplo?
-Y, por ejemplo, querer bailar hip hop y te das cuenta que los pibes la rompen y que a vos todavía te está doliendo la cintura. Fui convencida diciendo "la voy a romper", porque soy muy buena bailando y salí desvastada, sin poder coordinar. Me gusta cumplir años, me gusta la madurez, la consciencia, la experiencia, pero también vas dejando atrás otras cosas.
-¿Cómo notás tu evolución como actriz y los distintos roles que estás interpretando?
-Estoy contenta de haberme permitido frenar en su momento y retomar después de cuatro años las tiras. Me siento como descansada en cuanto a la creatividad. Me había mentalizado a volver y voy encontrando que mi mecanismo es un poco ese: frenar, pensar, hacer otras cosas y volver. Hacía mucho que no trabajaba en PolKa, donde había dado mis primeros pasos, así que es una especie de cierre de un gran ciclo.
-¿Cómo fue compartir algunas grabaciones con Marco Antonio?
-Grabó por un par de capítulos también haciendo de mi marido en la ficción. Nos quedamos con ganas de grabar más. Me divierte mucho trabajar con él.
-¿Se turnan para que uno tenga un trabajo más demandante y el otro pueda quedarse más en casa?
-Sí. Hicimos eso sobre todo en la primera instancia del bebé. Marco trabajó un montón. Él estaba en Sandro de América cuando yo estaba embarazada, después frenó un mes apenas nació el bebé, pero después siguió con El Tigre Verón, La Odisea de los Giles, todos personajes livianitos por suerte ja ja... Y después empecé yo acá y le tocó a él quedarse. Yo estoy grabando y Marco se queda en casa o sino también traigo al bebé acá, hacemos magia. Él es padre primerizo así que está aprendiendo también.
-Claro, vos tenés más experiencia porque ya sos mamá de Camilo (8, junto a Coraje Ábalos).
-Sí, bastante. ¡Bastante! Así que también aprendiendo a acompañarnos. Es un momento donde todo se está reformulando, porque sino parece que el hombre te está "ayudando" y no tanto acompañando. Y uno también hace más, entonces es un momento de movimiento que está buenísimo.
-¿Podés estar en tu trabajo sin tener tantas preocupaciones en la cabeza?
-Para eso hace falta siempre una buena red de contención y no sentir culpa. Venimos de una cultura donde las mujeres que salimos a trabajar siempre, de alguna manera, hemos sentido culpa. Me parece que ahora está bueno bajar el volúmen y que sea más parejo. "Mater-pater" lo llamo yo: aprender a estar en comunidad. Estamos bastante organizados.