Mercedes Ninci vivió una experiencia inolvidable en el Vaticano cuando fue madrina de una beba bautizada por el mismísimo papa Francisco.
La periodista, amiga de Lucas y Ana Schaerer, padres de Simona, viajó con ellos a Europa el pasado miércoles 5 y regresó en la mañana del lunes 10. Horas después, le contó su maravillosa experiencia a Ciudad.com.
Ninci: "Fue re emocionante estar con alguien tan simple y dedicado a la gente, tan alejado del poder. Me dijo una cosa que me emocionó 'que seas una periodista pobre habla bien de vos'. Y así fue, tuve que pagar el pasaje en 12 cuotas, ja, ja".
-¿Cómo viviste el hecho de ser madrina de una beba bautizada por el Papa en el Vaticano?
-¡Fue muy emocionante! Yo soy muy amiga Lucas Schaerer, que es de la Fundación La Alameda y muy amigo del Papa. Francisco quería que Lucas fuera cura y se lo quería llevar de monaguillo al Vaticano, ja, ja. Pero Lucas conoció a Ana, su mujer, y cuando quedó embarazada le mandaron una ecografía y el Papa les dijo que cuando nazca la iba a bautizar él. Así que hace unos días me llamó Lucas preguntándome si quería ser la madrina de su beba, Simona (también bautizaron a Charo, la hija mayor de Ana, de 9 años), y contándome que era en el Vaticano. La cosa es que yo no tenía un mango...
-¿Cómo hiciste para viajar?
-Fue todo un tema, porque yo no tenía vacaciones, nada. Así que les pedí a Jorge Porta, gerente de Programación de Radio Mitre; y a Lucas González, mi jefe en El Diario de Mariana; si me dejaban faltar y me dejaron. Después, fue muy gracioso, porque pedí que me amplíen el cupo de la tarjeta de crédito y lo pagué en 12 cuotas. Además, como no teníamos dónde quedarnos, el Papa nos consiguió un convento de unas monjas hermoso.
-Contame de la ceremonia y lo que charlaron con Francisco.
-Estuvo re lindo, Francisco dio la misa y después pasamos a un salón, donde charlamos un montón. Fue re emocionante estar con alguien tan simple y dedicado a la gente, tan alejado del poder. Yo lo conocía a él de La Alameda, pero no tenía una amistad. Me dijo una cosa que me emocionó: "Que seas una periodista pobre habla bien de vos". Además, me dijo muchas cosas que me dejaron pensando. Por ejemplo "para ganar la guerra no hay que empezarla". Yo, tan guerrera que soy, vivo batallando por cosas que no debería. Ahora que volví no me peleé con nadie, al menos todavía, ¡ja, ja, ja! También se acordaba mucho de su papá y su mamá, de su vida de chico, de sus hermanos. Es muy simple. Y lo que más me llamó la atención es que se apareció solo, sin todo ese séquito que suele acompañar a muchas personalidades. Anímica y espiritualmente me vino bien.