La muerte de Diego Maradona sucedió hace un año, y para Dieguito Fernando (8), el hijo menor del Diez, fruto de su relación con Verónica Ojeda, el duelo por la pérdida todavía continúa y le duele.
Como abogado de Dieguito en la causa que investiga las circunstancias del fallecimiento de Maradona, y a la vez pareja de Ojeda, Mario Baudry cuenta ante Ciudad cómo está el niño: "Es un nene que perdió a su papá y encima lo ve todos los días en televisión. Con lo cual, es muy difícil".
En ese sentido, Baudry revela las inquietudes que Dieguito plantea con absoluta ingenuidad y precisión: "Pregunta por qué los médicos no lo cuidaron y curaron. Hoy ve un médico y es un problema".
"Recordarán que durante seis meses se hablaba de los médicos que mataron a Maradona y él lo veía. Entonces, a un nene de ocho años eso le queda, y cada vez que le decimos que tiene que ir al médico pregunta si es que él no se va a morir. Es lo que le quedó".
-¿Cómo está Dieguito hoy?
-Como todo nene de ocho años, que en ese momento tenía siete y había logrado entablar una relación importante con su papá porque iba todos los días, o día por medio a verlo. Entraba a los estadios de fútbol, es el primer nene que FIFA y AFA permiten que entre en un partido y se siente en un banco de suplentes. Eso no existe y con Diego lo permitían. Dieguito es un nene que perdió a su papá y encima lo ve todos los días en televisión. Con lo cual, es muy difícil.
-¿En qué situaciones ve imágenes de su padre?
-Cuando se pone a ver YouTube con las tablets mira videos y siempre aparece su papá. Se pone a jugar a los jueguitos y cuando le preguntás dice que juega con sus amigos, porque usa el nombre de Dieguito Maradona porque en el juego Fifa está su cara, y no entiende que es su papá, sino que piensa que es él. Es una situación difícil y creo que Verónica está cumpliendo un gran trabajo en estar al lado de Dieguito todo el día.
-¿Dieguito es consciente de que su papá se murió?
-Él piensa que el papá está en el cielo, y al principio salía mucho a ver las estrellas pensando que su papá era una estrella. Muchas veces le dijo a Verónica que quería irse al cielo con su papá.
-¿Dieguito cuenta con apoyo psicólogos?
-Sí, ya venía con tratamiento de antes porque él cada vez que veía a Diego se excitaba, y ahora que no está obvio que tiene un apoyo que necesita.
-¿Qué dice Dieguito sobre lo que le pasó al padre?
-Pregunta por qué los médicos no lo cuidaron y no lo curaron. Hoy ve un médico y es un problema. Recordarán que durante seis meses se hablaba de los médicos que mataron a Maradona y él lo veía. Entonces, a un nene de ocho años eso le queda, y cada vez que le decimos que tiene que ir al médico pregunta si es que él no se va a morir. Es lo que le quedó. Nosotros tratamos de que tenga una vida plena, que pueda ir al colegio, al club, porque recién pasó un año. La pandemia a Dieguito le sirvió para estar cerca de su papá, pero le retrasó el crecimiento como nene.
-¿Qué recuerdos materiales tiene Dieguito de su padre?
-Dieguito tiene cosas mínimas porque no compartió grandes momentos, sí tiene recuerdos personales de haber compartido un montón de cosas en el último año con su papá, como haber ido a la cancha. En tres partidos estuvo sentado en el banco de suplentes. Esas imágenes van a estar siempre.
-¿Hoy en día puede hablar del papá sin ponerse triste?
-El otro día agarró el video de Diego haciendo jueguitos de chiquito y decía "yo voy a ser mejor que mi papá". Siempre está esa competencia, ese gen Maradona dentro suyo. Creo que lo va a terminar recordando sin dolor, como su papá.
-¿Cómo está Dieguito de su salud por el Trastorno Específico del Lenguaje que padece?
-Evoluciona muy bien. La pandemia juega en contra de la socialización, porque Dieguito es muy sociable, le gusta estar con sus amigos y la pandemia aisló no solo a Dieguito sino a todos. Ahora va avanzando bastante bien a medida que se va abriendo.
-¿Cómo maneja Dieguito la curiosidad que despierta por ser Maradona?
-Es imposible, no hay forma. Él empezó a jugar al fútbol en Tristán Suárez, y antes iban 15 papás a ver a los 500 chicos que jugaban, y ahora cada vez que va él hay 500 padres y 500 chicos, y sacando fotos. Es un tema muy difícil. En el colegio es igual, le pasa lo mismo. Es propio de quién es, porque además genéticamente es idéntico a Diego, mirás a Dieguito y a Diego y ves lo mismo. Es difícil, pero él nació con eso. Va a depender del afecto familiar para poder sobrellevar eso, que no es fácil.
-¿Cómo te llevabas con Diego?
-Cuando conocí a Verónica no sabía quién era, me enteré al otro día. Después mis amigos me decían que tuviera cuidado porque Diego me iba a matar, porque era la fama que él tenía. Hasta que, de buenas a primeras, en julio me encuentro con un mensaje de audio llamándome, porque me veía en televisión por el tema de la seguridad. A partir de ahí empezamos a tener relación. Tanto es así que me pidió que lo lleve de su casa de Bella Vista a Brandsen, y varias cosas respecto de su patrimonio.
-¿Y cómo es tu relación con Dieguito?
-Es tratar de ayudar a Verónica, creo que nunca voy a poder reemplazar a su papá, porque nadie puede hacerlo. Sobre todo, porque Dieguito lo tiene muy presente en todo. Pero sirvo de apoyo y hago más de amigo y confidente que de papá. La función de papá y mamá hoy la está cumpliendo Verónica, a pesar de que es difícil lo hace muy bien, yo apoyo con las decisiones que tome, esté o no de acuerdo.
-¿Conviven con Verónica?
-Claro, estamos todo el día juntos en Ezeiza, o en el campo. Mis raíces están en las domas, en la yerra, vacas y caballos, con lo cual Dieguito empezó a compartir un montón de cosas. Por eso Diego en uno de los audios habla de regalarle un caballo a Dieguito, porque había visto fotos de él en mis caballos. Entonces, le quisieron vender a Diego un caballo de carro a 30.000 dólares. Cuando Diego me mandó la foto le dije que no pague eso porque valía 1.000 pesos. Le dije que le regalaba yo el caballo.
-¿Qué rutinas compartís con Dieguito?
-Juego, nos peleamos, discutimos. Soy el hombre que le faltaba en la casa. Entonces, jugamos a la lucha, vamos con los caballos, corremos. EL juego de hombres que se hace normalmente. Porque hoy en día ya ni juegan a eso, están todo el día entre el teléfono y la Tablet. Yo tengo que tratar de que Dieguito crezca en paz y para que pueda lograrlo tiene que dejar estos juicios atrás. No puede crecer con estos problemas de grande. Mi función es tratar de terminar estos juicios lo más rápido posible.
-¿Verónica acusó el impacto por la muerte de Maradona?
-La afectó el cómo murió Diego. Porque tenían un trato de exparejas muy bueno y respetuoso. He llegado a atender a Diego 10 veces por día porque llamaba para ver a su hijo.
-Casi que Verónica fue la persona más cercana a Diego antes de su muerte…
-Diego la llamaba mucho cuando podía, porque tenía un teléfono con tarjeta, se quedaba sin crédito y no podía llamar. Le preguntaba y contaba un montón de cosas. De hecho, ella no era bien recibida por el entorno de Diego en las casas, pero entraba igual por su carácter y porque iba a llevar a su hijo. En ese contexto, la última persona que vio Diego fue a Verónica. Fue el lunes 23 de noviembre feriado y fue el día que se quejó porque Diego estaba hinchado, no fue el martes porque llovió mucho. Esa vez Diego estaba todo sucio, tirado en la cama y le pidió que se bañara.
-Dieguito tiene una gran familia por parte de su papá, cuatro hermanos, cuatro primos, tíos en argentina y en Italia. ¿Cómo es la relación con ellos?
-No tiene relación con nadie, solo con Jana. La que llama todas las semanas es Jana.
-¿Con Diego Junior, o…?
-No, no tiene relación con nadie. Nadie llama preguntando por Dieguito.
-¿Es por decisión de Verónica?
-No. Es por decisión de cada uno de ellos. Pero tampoco Verónica espera nada de ellos. El objetivo de Verónica es que cuando Dieguito lo decida, que se junten. No hay impedimentos para que vengan a verlos. Cualquiera que quiera ir a verlo de la familia puede hacerlo sin ningún tipo de impedimentos ni inconvenientes. Pasa que nadie llama.
-¿Ni siquiera le mandan saludos o regalos por su cumpleaños, Navidad o Día del Niño?
-No, nada.
- ¿Lo afecta esta situación a Dieguito?
-No. Él a la única que identifica como su hermana es a Jana, porque compartió mucho el último año con su papá y Jana. Porque ella casi que vivía con Diego, estuvo mucho tiempo con Diego. Con lo cual, Jana iba mucho a verlo independientemente de Diego. Después, Dieguito está con sus amigos, su madrina, que lo contienen mucho.
-¿Qué pasó el último cumpleaños de Diego cuando le hicieron un homenaje en el estadio de Gimnasia y Esgrima La Plata? Se lo vio en televisión muy demacrado y eso había encendido las alarmas.
-Ese día Diego quería ver a sus hijos, pero lo tuvieron hasta las seis de la mañana con alcohol, marihuana, con lo cual, Diego estaba durmiendo, fueron los doctores Stinfale y Morla por la mañana a verlo, pero Diego no los atendió porque no los quiso ver. Al mediodía llegaron sus hijos. Verónica le había mandado el desayuno de regalo, como lo hacía todos los años por Dieguito, pero Diego no quería levantarse por el estado en que estaba, que después se vio en televisión.
-¿Por qué lo forzaron entonces?
-Mandaron a levantarlo, vino el arquero de Gimnasia a levantarlo, porque Maxi Pomargo decía que tenía que cumplir el contrato con una empresa por diez presentaciones por 60.000 dólares, y una de las presentaciones era en ese partido. Con lo cual cual, si sacamos impuestos, a Diego lo llevaron por 7.000 dólares a cumplir. De hecho, los hijos fueron los que lo limpiaron porque a Diego lo levantó el arquero y lo subieron a una combi de la empresa de bebidas energizantes para llevarlo.
-¿Cuál fue la actuación de Verónica Ojeda ese día?
-Verónica no tuvo nada que ver. Es más, no quería que fuera. Tanto es así que no participó. Dieguito siempre estaba al lado de su papá en los partidos y ese día no estuvo ahí. Estaba afuera de la cancha, y cuando Diego no vie a Dieguito se levantó y se fue. Estuvo muy poquito en la cancha y en el estado que vieron.