Su celular, esa herramienta de trabajo que la convirtió en una de las periodistas de espectáculos más y mejor informadas del medio, esta vez le jugó una mala pasada. En la tarde del miércoles se viralizaron una serie de fotos de Marina Calabró (41) desnuda, jugando a tomarse fotos hot frente a un espejo. Y no hay elogioso comentario a su figura que sirva de consuelo. Su intimidad fue vulnerada de la misma manera que lo padecieron varios famosos y famosas en los últimos años. Y la rapidez de Internet hizo el resto.
"Sé que una vez que se viraliza por las redes, es imposible frenarlo. Pero lo que no me gustaría es que los medios las muestren, porque ahí hay otra responsabilidad. No me queda otra que hablar con mi abogado para que esté atento a eso".
"No sé qué decirte, me enteré hace unas horas y todavía estoy como mareada", es lo primero que comenta Marina al atender gentilmente el llamado de Ciudad.com. "Por supuesto que no me causa gracia esto. Lo que te puedo decir es que son fotos viejas, de hace como tres años, y que ni siquiera tenían un destinatario. Era más un juego narcisista de posar frente al espejo para verme reflejada en una foto. Nada más que eso", agrega.
"Esas imágenes estaban en un celular viejo, que hace tiempo que ya no tengo. E incluso las había borrado, pero se ve que quedaron en algún lado y alguien las tomó", explica Calabró con voz apesadumbrada. Pero luego lanza con firmeza: "Sé que una vez que se viraliza por las redes, es imposible frenarlo. Pero lo que no me gustaría es que los medios las muestren, porque ahí hay otra responsabilidad. No me queda otra que hablar con mi abogado para que esté atento a eso".
"No tengo idea de quién pudo haberme hackeado ese celular, pero haré lo posible para rastrearlo", cierra Marina Calabró, dolida por la situación, pero entera para afrontarla. Y para ponerle límites.