Lejos del glamour, sus primeros y exitosos años como cantante y compositor, sumado a la fama conquistada en toda América, Sandro tuvo una etapa más "oscura" en la que sufrió pérdidas de seres queridos, se recluyó en su casa y enfrentó algunos "fracasos" profesionales.
Marco Antonio Caponi (34) interpreta al ídolo en esos años tan particulares durante Sandro de América, la serie. Durante 13 capítulos consecutivos (de lunes a jueves), Telefe aborda la vida del astro con tres actores: Agustín Sullivan, en la etapa más joven y de explosión del cantante; Caponi, desde sus 35 a sus 48 años; y Antonio Grimau, en su enfermedad y últimos años de vida.
Pero no todo es éxito en lo laboral para Caponi. En lo personal, también vive un momento de realización absoluta: se declara completamente enamorado de su mujer, la bellísima Mónica Antonópulos, y esperan juntos su primer hijo (ella ya es mamá de Camilo, fruto de su relación con Coraje Ábalos).
En diálogo con Ciudad, Marco Antonio se refirió a la ficción y relató cómo se preparó para este desafío.
"Fue muy difícil fumar tanto, no la pasé bien. Dejé de fumar de hecho. Había días que el nivel de tabaco que me llevaba a casa era muy fuerte, tenía escenas todo el tiempo fumando porque había que contar todo el tiempo eso y la pasé fatal. Me propuse no fumar nunca más en la vida y desde que terminé de filmar la serie no volví a hacerlo, le tengo un asco absoluto".
-Te vimos sacándole una foto al afiche en el que estás caracterizado como Sandro, ¿te gustó cómo quedó el trabajo final?
-Sí. Intentamos a proximarnos a una figura que se parezca a una especie de Sandro. Cuando veo la foto, me pongo contento. En algunas me gusto y en otras no tanto. Me tocó una etapa muy linda de Sandro, muy humana. Adrián Caetano, el director de la serie, tiene un ojo bárbaro y lo cuenta minuciosamente. Es un momento de estar mucho adentro de la casa, craneando, pensando. A mí también me gusta mucho la música, toco algunos instrumentos y descubrir el personaje desde su voz y sus canciones me parece maravilloso. En un momento de muchos golpes, fallece su mejor amigo y representante (Anderle) y su madre. Además tiene el golpe artístico más grande que es apostar a una obra de teatro y no poder llegar a estrenarla. Me tocó la parte de la deconstrucción del héroe y el personaje mítico. Es la parte en la que lo agarra una ola y lo revolea para todos lados.
-¿Cómo fue la interpretación desde lo físico?
-Fue muy difícil fumar tanto, no la pasé bien. Dejé de fumar, de hecho. Había días en los que el nivel de tabaco que me llevaba a casa era muy fuerte, tenía escenas todo el tiempo fumando porque había que contar todo el tiempo eso y la pasé fatal. Me propuse no fumar nunca más en la vida y desde que terminé de filmar la serie no volví a hacerlo, le tengo un asco absoluto. Fue muy interesante lo que pasó porque además cuando actuaba necesitaba fumar, sino era como que no entraba en personaje. Te puede parecer una locura pero es así. Fue todo un viaje en ese sentido. Además, no sé cómo Sandro tenía la energía para hacer todo lo que hacía fumando tanto. Me pasaba que por ahí tenía una escena que tenía que bailar y me quedaba con una insuficiencia de oxígeno a los tres segundos. Empecé a engordar también. Comí, aproveché. Y no paré. De hecho ahora tengo diez kilos más de los diez que había tenido que engordar.
-¿Hiciste alguna dieta especial?
-No, le entré a las hamburguesas, a las cervezas y al cigarro (sonríe).
"Me propuse a los 40 años ser músico y estoy aprendiendo, un poco de piano también. Quiero que sea un espacio de experimentación. La música me conmueve y me llena el alma como nada lo hace, ni siquiera la actuación que es algo que me apasiona y es mi vocación. Pero cuando me pongo a hacer música siento que eso es mi intimidad, quizás algún día la muestre, pero no tengo la energía puesta en querer que sea algo masivo".
-¿Te hiciste algún estudio para chequear que estés bien de salud después de todo?
-Ja, ja, no. ¡Estoy bien! Aunque ahora me hiciste asustar, ja.
-Llevándote un poco al tema de lo musical, ¿cómo te llevás con esa parte tuya?
-Me gusta tocar la guitarra, ahora estoy haciendo guitarras de hecho. Me propuse ser músico a los 40 años y estoy aprendiendo, un poco de piano también.
-¿Se viene un lanzamiento de Caponi músico?
-No sé, ja, ja. Me cuestiono lo que quiero hacer. Quiero que sea un espacio de experimentación. Me conmueve y me llena el alma como nada lo hace, ni siquiera la actuación que es algo que me apasiona y es mi vocación. Pero cuando me pongo a hacer música siento que eso es mi intimidad, quizás algún día la muestre, pero no tengo la energía puesta en querer que sea algo masivo.
Fotos: Movilpress.