Las vedettes del teatro Brisco se lucieron recreando la recordada “guerra de las vedettes” que se convirtió en un mítico episodio de Almorzando con Mirtha Legrand, que fue el lei motiv del episodio de ATAV 2 de este martes, y que significó la segunda aparición de la diva en la novela, aunque esta vez en su versión adulta.
“Almuerzan hoy con la señora Mirtha Legrand las vedettes Leticia Haiek (Jessica Abouchain), Salma Gutiérrez (Agostina Cauteruccio), Mónica Villalobos (Andrea Rincón) y Anita Moretti (Justina Bustos)”, anunció la locutora.
En ese momento, Horacio (Juan Gil Navarro) llegaba al estudio, donde lo esperaba Ethel (Malena Solda), muy nerviosa por la situación. “¿Y Goar Mestre? ¿Cómo están las chicas? Cacho Fontana te manda un saludo grande”, le dijo él, mencionando al fundador del canal, que en los hechos reales ya no estaba a cargo desde hacía una década.
LA “GUERRA DE LAS VEDETTES” TUVO SU REEDICIÓN EN LA MESA DE MIRTHA LEGRAND EN ATAV 2
Con una compaginación excelente para un producto televisivo, la producción utilizó el metraje del mítico episodio de 1980 y lo mezcló con imágenes actuales. “Ella no es vedette, es vendedora de ropa, Mirtha. Vende ropa en Mar del Plata. Contale”, comienza diciéndole Mónica a Anita.
“Yo estoy súper contenta con la carrera que estoy construyendo y tengo que agradecer a mis compañeras, que están siendo súper generosas, aunque tengo que aguantar a esta mujer a la mañana, es un tanque de guerra”, le devolvió la marplatense, que recalcó los “muchos años” de trayectoria de la morocha.
Todo derivó en una fuerte discusión que terminó con una fuerte reprimenda de Horacio a las cuatro vedettes por sacar los “trapitos al sol” del teatro en el que todas estelarizan una obra que, a todas luces, se olvidaron de promocionar.
“La guerra de las vedettes”, fue un episodio emitido originalmente en mayo de 1980 en el que Zulma Faiad, Ethel Rojo, Adriana Aguirre y la recién llegada Violeta Montenegro (que había estado cinco años fuera del país) se lanzaron indirectas de todo tipo, y el tiempo –y las voces de otras artistas que no fueron parte del envío- se encargaron de elevar al estatus de mítico.