Mujeres apasionadas. Mujeres que sufren por el engaño de su amor, que sufren por la traición, que le cantan a hombres que no las supieron querer bien. Mujeres que, al ritmo de cumbia, cuentan sus amarguras, sus luchas y también la búsqueda y el encuentro de un amor con mayúsculas. Karina La Princesita (36) le pone la voz, el cuerpo y la entrega a todas ellas. “La gente se siente reflejada por las cosas que me pasan”, dice en una entrevista con Ciudad.
Desde la adolescente tímida que, recuerda, no sabía qué hacer en los shows con la mano con la que no sostenía el micrófono hasta la figura del prime time que comparte cartel con Natalia Oreiro, Lizy Tagliani, Wanda Nara y Roberto Moldavsky en ¿Quién es la máscara? pasó el tiempo. Hoy, elegida como una referente indiscutida de la música popular de Argentina, habla de su éxito, de su crecimiento y de sus lugares más terrenales.
La que vive una relación sin rótulos con Nicolás Furman, el físico que la enamoró. La que habla de “viejazo” cuando reconoce que le genera tristeza que su hija se quiera ir del país cuando cumpla 18. La que admite que quiso tener relaciones más libres, que intentó pero no le salió. La que cuenta las vidas de muchas.
"Entiendo lo difícil que es estar debajo de las máscaras. No ves nada. Cuando participé en ¿Quién es la máscara? de Uruguay yo tenía un disfraz de unicornio y tenía unos ojitos que eran muy chiquitos. Miraba hacia un lado y ya no veía".
-Tus compañeros de ¿Quién es la máscara? tienen personalidades fuertes y son muy populares. ¿Cómo se llevan?
-Todos tenemos personalidades fuertes, pero hay lugares donde no hace falta ver cómo son los compañeros. La buena onda es tanta y todos mis compañeros son totalmente divertidos y son así en cámara y fuera, también. Con los investigadores estamos juntos todo el tiempo y nos matamos de risa. Con Nati también hay buena onda. Se formó un grupo muy lindo.
-Participaste de la versión uruguaya del programa y estuviste ahí disfrazada. ¿Cómo fue esa experiencia y ahora estar del otro lado?
-Primero, nosotros no tenemos que juzgar si los famosos lo hicieron bien o mal. Entiendo lo difícil que es estar debajo de las máscaras. No ves nada, o sea, estás limitado. Encima a veces llevás alturas más grandes que las tuyas. Por ejemplo, yo tenía un disfraz de unicornio y tenía unos ojitos que eran muy chiquitos. Miraba hacia un lado y ya no veía. Hay algunos que tienen una visión más amplia, dependiendo del personaje que les haya tocado. Es difícil llevar esos trajes. Los bailarines hacen un laburo que hay que destacarlo porque te llevan de la mano y te hacen respetar tus posiciones.
"Me propuse en algún momento, pero no me sale, salir con uno y con otro. No va conmigo y no porque lo vea mal. Lo intenté, pero no va con mi personalidad. Estando sola o acompañada yo no soy así".
-Estás siempre con la música, pero también hiciste teatro, te animaste a bailar, fuiste jurado. ¿Cómo te sentís en este momento de tu carrera?
-Creo que al fin estoy perdiendo el miedo de hacer lo que tengo ganas. Eso es todo. Cuando era chica me atrapaba la idea de trabajar en televisión. No es que quería ser cantante, quería ser actriz y eso me gustaba más. Hay muchas cosas que dejé en el camino. Proyectos de ficción que no acepté. Desde el 2005 tengo propuestas de ficción, de hecho en Telefe.
-¿Qué te ofrecieron? ¡Dale, contanos!
-No, no voy a decirlo (risas). La primera propuesta que recibí fue para estar en Dulce Amor. Ya habían comenzado y era una participación. Tuve una reunión acá, pero yo siempre era como ‘no, no’. No me arrepiento porque no estaba preparada psicológicamente para hacerlo y tampoco formada. Ahora tampoco lo estoy, pero el haber pisado desde hace 20 años escenarios, de repente hay una soltura y una comodidad que me permitiría hacerlo. Tengo propuestas de este tipo.
"En un momento era una prioridad tener un pilar. No porque sin un hombre no se pueda, pero ya no siento más que no puedo. Pero en algún momento lo pensaba y ahora digo ‘ok, tengo ganas de estar tranquila’".
-Hay mucha gente que te sigue, que le encanta tu música y que se siente muy identificada con tu historia, tus luchas. ¿Cómo lo vivís?
-El hecho de haber comenzado tan chica a cantar, es exactamente la mitad de mi vida la que estoy cantando en el escenario, hizo que a uno lo vean crecer. A veces, sin querer exponer, se terminan conociendo cosas de tu vida. Uno lleva su trabajo, su carrera, siendo madre, solita y de repente, la gente se siente reflejada con cosas que me pasan. Eso es lo que me dicen cada vez que me cruzan. Yo tengo mucho contacto en las redes y en la calle con la gente y siempre recibo mucho cariño. Pienso que tiene que ver con que me vieron crecer.
Foto: Instagram
-Arriba del escenario has mostrado muchas veces tu lado más sensible, que es algo que muchos artistas no quieren, siendo vos una cantante con mucha fuerza frente al público. ¿Cómo se da esto de poder mostrar los dos lados?
-Yo pienso que con los años sucedió eso. Me acuerdo de las primeras veces que me subía a un escenario. Yo tenía con la mano derecha el micrófono y con la otra no sabía qué hacer. Empezaba y terminaba el show sin saber qué hacer con esa mano. El día que me olvidé de eso fue cuando también me di cuenta que no soy un personaje arriba del escenario. Voy, canto, me divierto, trato que los otros se diviertan, pero no es algo que me propongo. Es algo que sucede. Hay mucha espontaneidad en nuestros shows y, de repente, la que está abajo del escenario es la misma que está arriba. Por eso puede pasar que a veces me emocione, a veces estoy más enérgica y también el público que es un gran protagonista de los shows.
"Es la primera vez que me pasa que no sé si hay un título, pero no me importa. Estoy muy tranqui con Nicolás. Se los recomiendo. Estamos bien, disfrutando cosas".
-Tu hija Sol cumplió 15 años y contaste que fue muy movilizante para vos, porque ella tiene intenciones de irse a vivir afuera cuando termine el colegio.
-Me pegó el viejazo (risas). Me hago problemas… No, en realidad es que me adelanto mucho a los hechos. Digo ‘ya tiene 15, falta cada vez menos para que un día se vaya’ y esas cosas no hay que pensarlas. Es más disfrutar el momento. Hoy está acá conmigo, quiero disfrutarla y tener prioridades en la vida. Yo vengo, me dedico al laburo, pero la mayoría del tiempo de mi vida va dedicado a mi hija y eso es lo más importante.
Fotos: Instagram
-Siempre se te pregunta si estás de novia y hace poco dijiste que no querés estar enamorada…
-¡Habré estado enojada ese día! (risas) Es verdad. En un momento era una prioridad tener un pilar. No porque sin un hombre no se pueda, y hablo de un hombre porque es mi condición, pero ya no siento más que no puedo. Pero en algún momento lo pensaba y ahora digo "ok, tengo ganas de estar tranquila". De todas maneras, estoy… No sé en qué estoy.
"La primera propuesta que recibí para actuar fue para estar en Dulce amor. No me arrepiento de que dije que no porque no estaba preparada psicológicamente para hacerlo y tampoco formada".
-¿Te referís a tu relación con Nicolás Furman?
-Es la primera vez que me pasa que no sé si hay un título, pero no me importa. Estoy muy tranqui. Se los recomiendo. Sí, con Nicolás estamos bien, disfrutando cosas. Pobrecito (risas). Pero sí, estoy sola.
-¿Eso significa que estás abierta a que alguien te inviten a salir? ¿Relaciones más casuales?
-No, no soy así. Eso es algo que me propuse en algún momento, pero no me sale. No va conmigo y no porque lo vea mal. Lo intenté, pero no va con mi personalidad. Estando sola o acompañada, yo no soy así.
"Con mi hija me pegó el viejazo. Me hago problemas, me adelanto mucho a los hechos. Digo ‘ya tiene 15, falta cada vez menos para que un día se vaya’ y esas cosas no hay que pensarlas. Es más disfrutar el momento hoy".
-Tus canciones son muy pasionales, hablan del romance y, por supuesto, del desamor. ¿Existe la posibilidad de una que hable sobre estar sin una pareja y estar bien?
-Es verdad. Pero, de todas maneras, así como todo evolucionamos, en mi música me pasó lo mismo. Años atrás cantaba canciones que hoy ni en ‘pepe’ cantaría. Hay una canción donde ella está tan desesperada para que vuelva que le dice ‘te prometo dejar mis amistades, y mil cosas, para que vos vuelvas”. “Te prometo no fallar, los amigos olvidar” y hoy digo “ohhh”. Yo no la escribí igual y en ese momento, cuando era chica, la cantaba como algo muy natural. Hoy digo “la put… madre”. Es bueno darse cuenta que no está bien ese mensaje, si bien no es grave. No está bueno y hoy elijo no hacerla.
Foto: Instagram
-¿Qué canción podrías escribir de este momento en tu vida?
-Hay una canción que me define que se llama Yo sigo cantando. Me definió y me va a definir siempre. Es sobre las muchas cosas que pueden pasar en la vida, pero apesar de eso, seguir cantando.
Video y Edición: Fernando Halperín