Indefectiblemente, quienes la evocan eligen hablar de su sonrisa franca, su mirada llena de picardía y su espíritu indómito. Quizás, hasta demasiado rebelde. Ocho años atrás, el domingo 5 de febrero de 2012, Jazmín De Grazia dejó este plano para convertirse en un recuerdo cruzado de dolor. Un dolor que solo el tiempo en su gran sabiduría logró mitigar con algún arrojo de alegría al traerla al presente.
“Estoy de vacaciones en el Sur, que fue un lugar hermoso en toda nuestra niñez. La verdad es que no se me ocurre algo que diga todo lo que siento o representa Jaz para mí. Sí, es difícil... Los Andes y los Redondos tienen que estar presentes sin dudas, pero no soy de exponer lo de Jaz. Me lo quedo para mí”, dijo a Ciudad Daiana De Grazia (42), hermana de la modelo y actual concejal de Tres Arroyos, recordando el fanatismo de la joven por el club de Lomas de Zamora y su afición por la banda fundada por el Indio Solari y Skay Beilinson.
“La recuerdo y la llevo en mi corazón para siempre. Cada tanto hablo con el papá, sobre todo. Me llama y recordamos lindos momentos”, confió a este sitio su exnovio, Leandro Cabo Guillot, que fue quien encontró sin vida a Jazmín aquel fatídico día. “Entiendo que lo vivido con ella me marcó en lo bueno y en lo trágico. De alguna manera, cambió la perspectiva de muchas cosas. Hoy pongo el foco en lo importante de la vida”, agregó el empresario, en comunicación con Ciudad desde Mar del Plata.
Hija de Ricardo y Marta, la rebeldía era el sello que distinguía a Jazmín. Aprovechando un viaje de sus padres a Europa, desobedeció el mandato paterno y, con 17 años, se anotó en el reality Súper M2002, que marcaría el puntapié de su prolífica carrera en los medios y el comienzo de su entrañable amistad con Paula Chaves.
“Siempre fui alegre y extrovertida, de pésimo comportamiento. Prefería trepar un árbol que jugar con una muñeca y mi plan favorito era recorrer las calles con mis amigos y tirar petardos. Me anoté a escondidas, como hice siempre con todo lo que se me prohibía”, le dijo a la revista Caras al recordar sus inicios.
En 2005, Jazmín dio su primer paso en TV acompañada de Paula en el ciclo Princesas, que ambas condujeron en eltrece. Luego, participó de programas en E! Entertainment, FTV, MTV y Fox Sports. En 2009, se recibió de periodista en TEA a los 25 años y, al año siguiente, debutó como panelista de Duro de Domar.
Menos de 72 horas antes de morir, la modelo realizó una Twitcam (servicio dado de baja en junio de 2016) para hablar con sus seguidores con su habitual estilo desenfadado. Antes de terminar la transmisión, Jazmín dejó un mensaje. "Con esto me voy a retirar. Acá viene el mensaje espiritual: cambien por ustedes, por su alma, de a poco, concienzudamente", se despidió con una sonrisa.
Aquel domingo, Jazmín llegó junto a una amiga a su departamento, en el quinto piso B de Las Heras 1703 pasadas las 14. Una hora más tarde, publicó el que sería su último tweet: “Este fin de semana fue variadito, variadito. Casi tanto como un tenedor libre con chinos como dueños”.
Luego de que se retirara su amiga, a las 17.40 se comunicó con Cabo Guillot -con quien salía desde hacía un año- para decirle que no se sentía bien. Menos de media hora más tarde, Leandro estaba golpeando la puerta sin obtener respuesta. Desesperado, llamó a un cerrajero y al encargado del edificio, Richard (que Jazmín hizo participar en algunas de sus Twitcams). Tras forzar la puerta, ingresaron al departamento solo para encontrar a Jazmín sin vida, sumergida en la bañadera.
“Asfixia por inmersión”, decretó el Cuerpo Médico Forense de la Nación. La joven se desvaneció luego de consumir un cóctel de drogas, que incluyó cocaína y ansiolíticos. En medio del hervidero mediático por su muerte, muchos adivinaron un mensaje premonitorio en la frase que la modelo había escrito con lápiz labial en el espejo del baño. “Vos no tenés la culpa de que el mundo sea tan feo”, habían sido las palabras elegidas por Jazmín. Sin embargo, el fragmento de la canción Lágrimas de oro, de Manu Chao, estaba escrito en el baño desde un mes antes de su muerte.
Al día siguiente de su fallecimiento, sus familiares y amigos la despidieron en Lomas de Zamora, a pocas cuadras de la casa que la vio crecer. Sobre su cuerpo sin vida colocaron coronas y la camiseta de su amado Los Andes, club del que sus abuelos fueron socios fundadores.
La muerte de Jazmín generó también un fuerte debate sobre el límite de los medios y la libertad de expresión. El viernes 10 de febrero, cinco días después de su trágica partida, el diario Crónica publicó imágenes de la modelo sin vida. “Pobre Jazmín: así la encontraron muerta. Fotos exclusivas”, se jactaba el matutino. “Había consumido un cóctel de drogas, pastillas y alcohol”, detallaba en la bajada.
El fuerte material fotográfico, filtrado por la Policía Federal, se regó por toda la Internet y los padres de De Grazia iniciaron acciones legales contra el diario Crónica, el Estado y Google. La compañía con base en Mountain View, California, le envió un comunicado oficial a Ciudad con su palabra.
“En el año 2012, la Justicia ordenó a Google que debía dejar de mostrar en sus resultados de búsqueda las imágenes de la fallecida modelo Jazmín De Grazia, las cuales debían ser identificadas por los reclamantes. Desde entonces hemos removido cada imagen identificada en el expediente”, comienza la misiva.
“En mayo de 2019, el Juzgado Federal N° 4 rechazó la demanda iniciada por los padres de Jazmín, justamente al haber considerado que Google demostró ‘una razonable diligencia de las distintas órdenes impartidas en el incidente cautelar y no se ha podido demostrar la existencia de un proceder contrario a la buena fe de manera intencional en la conducta de las accionadas’”, completó la empresa en su mensaje a este sitio.
Finalmente, seis meses atrás, la Sala 3 de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal confirmó la condena al Estado Nacional y a la Editorial Sarmiento (dueña de Crónica) por la filtración y publicación de las fotos de Jazmín, ordenando el pago de 1 millón de pesos al padre y 950 mil pesos a la madre (3.685.940 pesos y 2.501.643 pesos respectivamente, con los intereses aplicados según la tasa pasiva promedio mensual del Banco Central de la República Argentina).
Edición de video: Leandro Bevilacqua
Producción de video: Clara Loustaunau