Durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio por coronavirus, Ariel del Mastro, el hijo de Nacha Guevara, logró bajar 60 kilos y mejorar su calidad de vida. Feliz por este cambio, rememoró cómo era su relación con los alimentos cuando era chico.
En diálogo con Clarín, el director contó de qué manera se alimentaba en su casa; es sabido que Nacha mantiene una vida muy saludable, es vegetariana desde hace muchísimos años y se ocupa de mantenerse siempre activa.
"En mi familia había como una forma de comer muy especial, que tiene que ver con la sanidad. Nunca se nos preguntó si a nosotros nos gustaba eso".
"En mi familia había como una forma de comer muy especial, que tiene que ver con la sanidad. Nunca se nos preguntó si a nosotros nos gustaba eso. Hoy como padre entiendo que uno pretende darle lo mejor a su hijo pero las nuevas generaciones hemos entendido que el otro ser tiene su opinión. Con diálogo y libertad la decisión es más consciente. De otra manera se convierte en algo más autoritario, por más que sea buscando la sanidad. Yo con mis hijos hablo un montón, incluso son más sanos que yo", reflexionó.
Y contó que de grande pudo charlar con su mamá sobre las dinámicas cotidianas que reinaban en su hogar cuando era chico: "La hemos tenido más de grandes. No tengo muchas cosas para reclamar, ya lo hice con ella o lo hablé en terapia. Las charlamos desde un buen lugar, cuando sos padre entendés muchas cosas que no entendías de tus viejos. Fueron buenas charlas".
"No había opiniones en esa época si comíamos lechuga verde o amarilla. Era lo que había y quizás ese es el reclamo que te enunciaba, la falta de diálogo".
Antes de cerrar, remarcó que le hubiese gustado tener con su familia diálogos más profundos como los que él tiene con sus hijos. "No había opiniones en esa época si comíamos lechuga verde o amarilla. Era lo que había y quizás ese es el reclamo que te enunciaba, la falta de diálogo. Finalmente todos terminamos comiendo bastante sano, es como que a la larga algo quedó. Pero yo hubiera preferido que se diera más como una cosa compartida, como hice yo con mis hijos. Y no solo con la comida, también con las relaciones, con las drogas, con el sexo. Hoy se charla más sobre todo y esa es una ganancia maravillosa que tenemos", sentenció.