Chio, el hijo de Gilda, sobreviviente del accidente donde perdió a su madre cuando tenía ocho años, se lanzó como cantante luego de un largo proceso de sanación del dolor, dando el paso discográfico de "Estamos vivos" que presentará mañana con un recital en la sala porteña Rondeman Abasto.
"Este disco es un viaje interior, un proceso de transformación profunda, donde muestro un renacer, de encontrarme conmigo, completarme, de sumergirme dentro de mí", afirmó a Télam Fabricio Cagnin, de 34 años, quien de pequeño compartía el amor por la música con su mamá.
Después de transitar tiempos oscuros y tristeza, Chio sigue los pasos de Gilda, logró volcar los sentimientos que lo atravesaron estos años en un puñado de sentidas canciones con las que muchas personas pueden sentirse identificadas.
En la charla, el cantante aclaró que prefirió no encasillar su música y aclaró que sus canciones van más allá de los géneros. "Se trata de la honestidad de mostrar lo que sos y transmitirlo en letras y melodías, creo que mi mamá hacía eso y trato de hacer lo mismo", explicó.
Inició su camino musical propio con este trabajo luminoso que presentará el miércoles a las 20.30 en Rondeman (Lavalle 3177), donde mostrará sus canciones inclinadas hacia sonoridades acústicas y rockeras, y no a la música tropical, que tuvo a Gilda como una de sus máximas referentes.
"No es que no me guste la cumbia -sostuvo-, fluyó para ese lado, con esos arreglos, creo que este es un disco que tiene canciones sobre todo, no me gusta definirlo en estilos porque cerrás puertas", dijo.