Antes de dirigirse a la clínica para dar a luz por cesárea a su bebé, a Gabriela Mandato le detectaron que tenía coronavirus. A partir de ese momento, el día más especial de su vida se convirtió en una odisea.
"Me internaba en el Cemic el lunes para la cesárea y el viernes anterior me hacen un hisopado que me dio positivo. Estuve meses cuidándome, no fui a trabajar. Y me dijeron, además, que el padre no viniera a la cesárea porque era contacto estrecho, así que me tenía que buscar a alguien que me acompañara“, expresó en diálogo con El run run del espectáculo (Crónica).
"Fue todo muy duro, fui llorando a hacerme la cesárea. Me acompañó mi hermana, pero a mi marido no lo dejaron entrar; no hubo manera”.
Para colmo, su pareja no pudo estar a su lado durante el parto y tuvo que pedirle a un ser querido que por favor la asistiera. "Fue todo muy duro, fui llorando a hacerme la cesárea. Me acompañó mi hermana, pero a mi marido no lo dejaron entrar; no hubo manera”, aseveró.
Además, acusó a la clínica de haber discriminado a su bebé a pesar de que le hicieron el hisopado y le dio negativo. "No lo querían atender, no lo venían a ver. Me tuve que pelear con todo el mundo para que vinieran a verlo. Decían que tenían que atender primero a los nenes que estaban sanos. Pero a mi nene le dio negativo el test“, remarcó.
"No me importa que me hayan discriminado a mí. Lo que más me dolió es que discriminaron a mi bebé. Porque no lo tocaba nadie. Le tenían miedo. Muchos médicos tienen pánico de esta enfermedad“.
Y se despidió explicando que lo que más le dolió fue el destrato que habría sufrido su hijo. "No me importa que me hayan discriminado a mí. Lo que más me dolió es que discriminaron a mi bebé. Porque no lo tocaba nadie. Le tenían miedo. Muchos médicos tienen pánico de esta enfermedad“, sentenció.
¡Grave!