Gastón Marote, que a finales de junio de 2020 pesaba 136 kilos, cambió radicalmente su manera de vivir cuando a punto de salir al aire en Nosotros a la mañana (eltrece) el pantalón que debía lucir no le cerraba.
"Bajé 50 kilos en un año... Le pedí a la vestuarista que me cosiera el botón. Lo cosió y no me abrochaba porque había engordado más. Me hice mala sangre y usé un jean. Llegué a mi casa a la tarde, estaba relajado y sentí que flotaba. Me tomé la presión: 19.4 la máxima y 14.6 la mínima. Ahí dije: ‘¡Basta!’. Me di cuenta de que no podía seguir así", le contó a Teleshow.
Y habló de cómo empezó a incorporar hábitos más saludables: "Arranqué por reducir la porción de comida y hacer un poco de ejercicio en casa. Empecé solo porque si iba al médico con 136 kilos y me contagiaba de coronavirus, me moría. En ese momento había mucho desconocimiento, las guardias estaban colapsadas y no sabíamos dónde se contagiaba la enfermedad”, explicó.
"Tenía dolores de cabeza constantes, apnea, se me entumecían las manos. En las piernas tenía retención de líquido y me dolían"
Muy contento, contó que su salud mejoró muchísimo tras haber bajado de peso. "Mi promedio de presión era 16.12. Tenía dolores de cabeza constantes, apnea, se me entumecían las manos. En las piernas tenía retención de líquido y me dolían. Mis tobillos eran como si fueran una papa, como el de Maradona en el Mundial de Italia... Me agitaba al subir las escaleras del subte. Cuando hablaba estaba como ahogado. Dormía 10 horas y me quedaba dormido en cualquier lado. Era todo un combo. Al dolor lo relegás para no enterarte de una mala noticia, y así vas empeorando”, expresó.
Y se despidió relatando que en su última consulta médica quien lo atendió lo felicitó por haber cambiado sus hábitos a tiempo, de lo contrario su vida corría peligro.
"El médico me dijo: ‘A vos, de milagro no te cortaron las piernas, no te agarro un infarto, no tuviste diabetes... No sé si sos creyente, pero tuviste un Dios aparte’. Tenía una especie de trombosis que se frenó a partir de cambiar los hábitos, comer sano y hacer ejercicio. Al tener mala circulación, se te hacen coágulos y no pasa sangre por las venas. Primero, la pierna se va poniendo colorada y más oscura, hasta llegar al color negro. En mi caso era hasta la rodilla. Hoy tengo desde el gemelo para abajo. Y en un momento hasta me supuraba: me tocaba las piernas y hervían. Siempre bromeaba con mis compañeros, porque cuando entrás a la productora te toman la temperatura con la pistolita en el brazo o en la frente. Yo decía en chiste: ‘Si me la ponen en la pierna, directamente me echan...’”, cerró, agradecido por hoy por hoy poder jugar sin problemas con sus hijos y practicar fútbol.