Famoso desde la cuna. Literal. Fede Bal recuerda con humor su primera “nota”: recién nacido, en brazos de su madre, Carmen Barbieri, y ante la atenta mirada de su papá, Santiago Bal. “Yo estaba ahí, todo violeta como salen los niños después del parto y encima fui sietemesino. ¡Estaba todo mal!”, cuenta entre risas sobre ese comienzo no buscado en el mundo de la fama.
Hijo de una de las vedettes más famosas de su generación y de uno de los actores que dejó su huella en el difícil arte de hacer reír, Fede siente que su destino estaba marcado por el talento de sus papás: "Hay algo que es muy popular en mi vida, que son mis viejos. Los dos son muy populares, están en el colectivo de la gente de teatro, de cine y de tele. Entonces, ¿a qué me iba a dedicar yo? ¿Iba a ser bombero, científico, oficinista?”.
Pero, eso sí, se sabe dueño de su propio camino. Por eso, en medio de la popularidad del Bailando, decidió dar un "volantazo" en 2018 y focalizarse en su carrera cinematográfica. Un riesgo que hoy ve sus frutos con el estreno de Crímenes Imposibles, el atrapante thriller de terror que lo tiene como protagonista y que llega a los cines este jueves 31 de octubre.
"A veces prendo la tele y no entiendo qué están diciendo de mí si nadie me conoce. Muchas veces se dicen cosas que no fueron ciertas, se inventa mucho. Tal vez por el rating, es un poco difícil la prensa. Pero no reniego"
- ¿Qué te se decidió a aceptar la propuesta de Crímenes Imposibles?
- Para empezar, tiene un gran guión, ganador del Festival Rojo Sangre. No podía dejar de leerlo, tiene una trama de mucho suspenso que invita al espectador a resolver el misterio juntos, como una especie de sociedad. Eso es algo que me encantó. Para mí en lo actoral es algo nuevo porque puedo contar varias capas dentro de un mismo personaje. Me permitió divertirme y probarme dentro de la pantalla grande con un rol tan líder.
- ¿A dónde acudiste para ir a ese lugar oscuro en el que se encuentra Lorenzo, tu personaje?
- Empecé a pensar en este tipo de gente que no para de trabajar, los workhaholics, que necesitan el laburo como motor de su vida. Él tiene un accidente familiar y termina en un lugar tan oscuro que necesita meter al trabajo en la base de su vida. Eso un poco lo tengo: el trabajo en mi vida ocupa casi el 80%. Porque le doy mucha bola a mi crecimiento, a las redes sociales, necesito saber qué dice de mí la gente. No es que me angustie o no, pero trato de cuidar lo que se dice de mí, poder mostrar algo lindo todo el tiempo, perfeccionarme y crecer. Después, intenté pensar en conocidos que pasaron tragedias grandes. Y tuve una gran charla con Alejandro Awada.
- ¿Cómo fue esa charla?
- Tengo una buena relación y me parece uno de los actores más grandes de nuestro país. Y cuando me llegó este guión, le pedí juntarnos a tomar un café. Me senté y le dije "tengo miedo, realmente siento que puede irme muy mal, siento que puedo no convencer a la gente y que nadie me crea". Porque no es que estoy haciendo de un pibe en una comedia, donde me enamoro de una chica. Es una película muy profunda, con un guión pesado y una oscuridad muy grande en Lorenzo. Entonces, me dijo "relajá, lo que ya me contaste de la película es quién sos. Está todo en los ojos, vos me lo contaste y yo te lo creí. Entonces, ¿por qué no te lo va a creer la gente? El cine son los ojos" Creo que es el mejor consejo que me podían dar. Lo amé.
"Les veo las caras a todas esas mujeres con las que estuve y cada una me enseñó algo importantísimo. Son relaciones que volvería a elegir, hasta las más difíciles. Hasta las que más de dolieron y me hicieron mal"
- ¿Tenías ganas de mostrar una nueva faceta tuya, no tan mediática?
- Siento que es el momento para mostrar que me gusta encarar a un personaje en mi rol de actor. Me gusta mucho esto que me pasó porque creo que puedo jugar mucho con el espectador y que sientan "ah es el pibe del Bailando pero también puede actuar". Porque creo que pueden convivir esas dos cosas y las vamos a hacer convivir.
- Antes mencionabas la popularidad de tus papás, ¿cómo es ser famoso desde el nacimiento?
- Y... es mi vida, ¿qué sé yo? Yo siento que me crié entre bambalinas, me cuidaban las compañeras de mi vieja y las bailarinas. Mi jardín era Cebollitas, mi mamá grababa la tira y yo estaba en los estudios. Y me divertí. Mis veranos fueron también muchas temporadas en Mar del Plata con mis viejos y es una ciudad que me dio mucho amor, amigos, playa y noche. El teatro es lo más grande que conozco, es mi escuela, es lo único que conozco. Quizás mi mundo es mucho más chico de lo que la gente piensa. Los que somos hijos de artistas tenemos un diálogo muy acotado: tal vez no podemos hablar de mucho pero de teatro, cine y tele es de lo que siempre se habló en mi casa. Es lo único que sé.
- ¿Cuál fue el momento en el que más padeciste esa fama?
- Bueno hay un lado B del ser popular, más que "famoso". Es feo decir "famoso" como si te pusieras en otro nivel o escalón. Yo soy un pibe normal, la gente que me conoce realmente sabe que soy un tipo muy tranquilo y con los pies sobre la tierra. Hay un lado B, que es el no poder tal vez hacer lo que me hubiera gustado hacer siempre… Por ejemplo, hace poco me pasó que fui a bailar, hablé con una chica, me pareció linda, le pasé mi teléfono y al otro día, el domingo, la invité a almorzar. Terminamos de almorzar y a los diez minutos estaba todo en las redes sociales, todo lo que hablé… La piba hablando y contando todo en todos lados. Entonces digo "¡qué triste!". Mi idea de esa chica terminó rompiéndose. Entonces, ¿qué tengo que hacer? ¿Tengo que cambiar? Yo creo que no tengo que cambiar, tengo que seguir siendo quien soy. Solamente que hay algunas cosas que te hacen un poco paranoico y sentís que tenés que cuidarte por no exponerte. Después, las separaciones que a veces vivo o que la gente tenga que opinar de mí. A veces prendo la tele y no entiendo qué están diciendo de mí si nadie me conoce. Muchas veces se dicen cosas que no fueron ciertas, se inventa mucho. Tal vez por el rating, es un poco difícil la prensa. Pero no reniego. Es también el camino que un poco elegí… y no.
- ¿Por qué 'sí' y por qué 'no' elegiste este camino?
- Un poco sí por entrar al Bailando y exponer algunas relaciones. Y no por mis viejos simplemente, por haber nacido en una familia donde mis papás son muy famosos. Se separaron en una separación muy conflictiva y yo aparecí en los medios como una manera de tranquilizarlos a ellos porque estaban diciéndose cosas muy feas. Ahí empecé a tener un poco de protagonismo; y en el Bailando claramente. Hice mucho mea culpa de sentir que expuse muchas relaciones personales más de lo que debería. Hoy estoy en una etapa en la que intento cuidar eso. Con mi última novia (Bianca Iovenitti) intenté cuidarlo hasta donde pude, pero llegó la propuesta del Bailando y es bailarina… ¿y va a decir que no? Entonces, vuelve a hacerse todo conocido y la relación se termina. Es difícil.
"Con la pelicula puedo jugar mucho con el espectador y que sientan ‘ah es el pibe del Bailando pero también puede actuar’. Porque creo que pueden convivir esas dos cosas y los vamos a hacer convivir"
- ¿Tenés miedo de no encontrar el amor por la fama?
No, siento que el amor va a llegar. Hoy no es mi meta. Ahora realmente tengo mi carrera muy presente. Hace poco también terminé de filmar la película Realidad Virtual, donde filmaba 8 horas por día, ensayaba tres horas, grababa el Bailando y llegaba a casa y no tenía fuerzas para ocuparme de una pareja. Lo digo de verdad, quería pegarme una ducha, acostarme y que alguien me diga "todo va a estar bien". No tenía más fuerzas para seguir el día. Cuando estoy en pareja, soy de nutrir esa relación y sentía que no la estaba nutriendo y que no es el momento para estar en pareja. Es momento de ocuparme de mí, de mi viejo, que está atravesando una situación difícil de salud. Son todas cosas que hacen un día intenso en mi vida.
- ¿Cuál de tus amores fue el que más te marcó?
- Creo que cada persona a la que llamé novia marcó un momento muy importante en mi vida. Les veo las caras a todas esas mujeres con las que estuve en estos últimos años y cada una me enseñó algo importantísimo. Realmente creo que son relaciones que volvería a elegir, hasta las más difíciles. Hasta las que más de dolieron y me hicieron mal. Porque hoy soy una persona distinta, hoy no permito un montón de cosas. Cuando sos más pibe dejás pasar cosas por la juventud. Hay cosas que tenés que vivir. Tengo 30 años y siento que viví varias vidas en una. Tuve que vivir momentos límites, momentos de extremo amor, momentos de sentir que las cosas deberían ser de otra manera. Hoy me acuesto y digo "amé un montón y me amaron un montón".
- ¿Siempre fuiste correspondido?
- Muchas veces fui correspondido y muchas veces no. Y está bueno también no ser correspondido porque no tenés que tener asegurado el amor. El amor es así también: enamorarte de alguien y que no se enamoren de vos; estar con alguien que está mucho más enamorada y vos no. Es la vida. Muchas veces me pasó de estar en el mismo momento y eso es hermoso cuando pasa. Pero cuando no ocurre, también aprendés de lo bueno y de lo malo. Me llevé las mejores experiencias. Cuando el día de mañana encare un proyecto familiar creo que va a ser por todas estas mujeres que pasaron por mi vida.
- Mencionaste el delicado momento de salud de tu papá, ¿cómo está él?
- Está complicado. Está pasando un momento difícil. No tiene realmente nada específico complicado de salud. Es una persona de 83 años con muchos problemas de salud toda su vida y llega un momento en el que está muy frágil. Está con respiración asistida, con oxígeno y comida intravenosa. Es difícil contarte cómo está mi viejo porque tiene días buenos y malos. Está muy lúcido y eso es muy importante. Con él también filmamos la película Camino al mar, el año pasado.
- La peli justamente habla de un papá que está mal de salud y su hijo. ¿Cuán difícil es no emocionarte cuando ves el tráiler?
- ¡Uff! Esa peli es tremenda. Hace poco vi un nuevo corte y él estaba tan bien… La vejez le jugó una mala jugada muy rápida. Él quería filmar esta película cuando leyó el guión y me dijo "hay que hacerla ya porque no sé cuánto más puedo estar". O sea, él lo sabía. En el verano me dijo "tengo que hacer una revista con vos, quiero que la dirijas y la escribas". Lo hicimos y fue como que cumplió laboralmente su sueño. Cumplió lo que estaba esperando en su vida. Él quería terminar su vida, laboral o como quieras decirlo, junto a su mujer y a su hijo. Y así fue. Esa imagen de los dos dándome un beso de cada lado en los cachetes al final de la obra la tiene siempre en el centro de rehabilitación ALCLA. Eso es lo que él quería. Entonces, ¿yo qué puedo hacer con la vida? Es abrazarlo y decirle que hizo todo lo que quiso. Tuvo amor, familia, hijos, un sueño de trabajo que siempre hizo lo que quiso, filmó películas, lo amó la gente. Hoy está en la etapa descendente, que es normal y que es el ciclo de la vida.
"Aunque sea mi viejo y uno nunca está preparado para despedir a un papá, ya me preparé hace varios años porque él viene con una salud muy mala hace mucho tiempo. Desde muy chico empecé a entender que se iba a ir "
- ¿Y vos cómo lo estás viviendo?
- Aunque sea mi viejo y uno nunca está preparado para despedir a un papá, ya me preparé hace varios años porque él viene con una salud muy mala hace mucho tiempo. Entonces desde muy chico empecé a entender que en un momento se iba a ir y tal vez mucho antes que los papás de mis amigos. Empecé a sanar mi corazón y a prepararme para lo peor. Hoy está acompañado, feliz, realizado, está en paz; así que cuando sea el momento de irse…
- Hace poco compartiste un posteo muy fuerte en Instagram después de visitarlo en la clínica, donde se te vio llorando y pidiendo no descuidar a los afectos...
- Sí, me rompí. Porque salí de ver a mi viejo y esa mañana no estaba bien papá. No estaba muy lúcido, le hablaba y estaba en su mundo. Me subí al auto y no paraba de llorar. Te lo cuento y un poco me emociono porque son momentos en los que uno a veces está tan metido en el trabajo, y tenés un momento para parar, hasta almorzamos entre una reunión y otra. Eso no es vida. Tenés que parar un segundo de tu día, decirle a tu papá lo mucho que lo amás y abrazarlo. Porque después se van y ya no tenés ese registro de escucharle la voz o mirarlo a los ojos. Son cosas que no vuelven. Y una reunión no es más importante que un papá. Y un trabajo, una grabación, una película no son más importantes que la familia. Tenés que estar siempre para tu familia. Y fue un consejo que, entre comillas, quise dar… No soy quién para aconsejar, soy simplemente un pibe que vive una situación muy fuerte con su papá casi en el final de su vida. No sabés la cantidad de mensajes de apoyo que recibí...
- Bueno, ¿ese es el lado positivo de la fama?
- Sí, está bueno dar un lindo mensaje, bajar un cambio y poder contar algo que me está pasando.
Fotos: Musepic
Video y edición: Leandro Bevilaqcua
Producción: Aldana Moreno Lusianzoff
Locación: Hotel Melia
Agradecimientos: Martina Valía, Luxo y Roberto Sánchez Style